Murió el compositor Ariel Petrocelli
El poeta salteño falleció ayer a los 73 años, tras ser intervenido quirúrgicamente. Entre sus obras se destacan “El Antigal”, “Soy sembrador argentino” y “La Bagualera”.
La poesía aplicada al cancionero folclórico perdió ayer la luminosa pluma del poeta y compositor salteño Ariel Petrocelli, autor de reconocidas piezas del cancionero folclórico argentino como “El Seclanteño” y “Zamba del Ángel”, quien murió a los 73 años en una clínica de Salta. A partir de los ritmos de las vidalas, las bagualas y las zambas, este creador, nacido en 1937 en Campo Santo, encontró la manera de narrar su tiempo sin perder jamás de vista el peso de las tradiciones heredadas de los pueblos originarios de la región. La dimensión de su obra permitió que grandes de la talla de Mercedes Sosa, Horacio Guarany, Daniel Toro, Los Tucu Tucu, Los Cuatro de Córdoba, Los Cantores del Alba, Los de Salta y Zamba Quipildor, por citar sólo algunos, interpretaran las líricas y las músicas que supo urdir combinando saber, talento, curiosidad, testimonio y conocimiento. Petrocelli realizó su primaria en un colegio salesiano y se recibió de maestro en la Escuela Normal de Salta, por lo que luego se trasladó a Cachi para ejercer como docente en ese pueblo, donde con 19 años empezó a escribir sus poemas como “Zamba de Cachi”. En ese pueblo, además, conoció los antigales, restos de las civilizaciones indígenas que habitaban América antes de la conquista española, un espacio que los pobladores actuales reconocen como portadores de un antiguo significado y en ese sentido, la palabra “antigal” es un argentinismo que significa “antiguo” y al que el artista debe la zamba “El Antigal” que compuso junto a Daniel Toro y Lito Nieva. “Cuando fui maestro conocí la Puerta la Paya y allí entré en contacto con los antigales. Después de esa visión empecé a profundizar al tema. Toda América es un enorme antigal. En todas partes están presentes los restos de las culturas primitivas”, recordó alguna vez. Otras páginas esenciales de su autoría -en solitario o en fecundas colaboraciones- son “La Bagualera”, “Cuando tenga la tierra” (también con Toro), “Soy sembrador argentino” (junto a su mujer Isamara). Las más recientes andanzas de su inquieta y prolífica trayectoria lo vincularon con su esposa Isamara con quien en 2009 editó “Pueblos” (un cancionero salteño generado tras recorrer 1.070 parajes en el lapso de un año) y “Andar la vida”, que se conoció a inicios de 2010. El creador murió esta mañana luego de permanecer internado varios días en una clínica de Salta. Los restos de Petrocelli fueron velados, en la sala 2 de La Piedad (Alberdi al 400, de la ciudad de Salta) y serán sepultados hoy a las 11 en el cementerio De la Divina Misericordia. (Télam)
Poeta y compositor, las obras de Petrocelli fueron popularizadas por Los Carabajal, Zamba Quipildor y Carlos Cabral, entre otros.
La poesía aplicada al cancionero folclórico perdió ayer la luminosa pluma del poeta y compositor salteño Ariel Petrocelli, autor de reconocidas piezas del cancionero folclórico argentino como “El Seclanteño” y “Zamba del Ángel”, quien murió a los 73 años en una clínica de Salta. A partir de los ritmos de las vidalas, las bagualas y las zambas, este creador, nacido en 1937 en Campo Santo, encontró la manera de narrar su tiempo sin perder jamás de vista el peso de las tradiciones heredadas de los pueblos originarios de la región. La dimensión de su obra permitió que grandes de la talla de Mercedes Sosa, Horacio Guarany, Daniel Toro, Los Tucu Tucu, Los Cuatro de Córdoba, Los Cantores del Alba, Los de Salta y Zamba Quipildor, por citar sólo algunos, interpretaran las líricas y las músicas que supo urdir combinando saber, talento, curiosidad, testimonio y conocimiento. Petrocelli realizó su primaria en un colegio salesiano y se recibió de maestro en la Escuela Normal de Salta, por lo que luego se trasladó a Cachi para ejercer como docente en ese pueblo, donde con 19 años empezó a escribir sus poemas como “Zamba de Cachi”. En ese pueblo, además, conoció los antigales, restos de las civilizaciones indígenas que habitaban América antes de la conquista española, un espacio que los pobladores actuales reconocen como portadores de un antiguo significado y en ese sentido, la palabra “antigal” es un argentinismo que significa “antiguo” y al que el artista debe la zamba “El Antigal” que compuso junto a Daniel Toro y Lito Nieva. “Cuando fui maestro conocí la Puerta la Paya y allí entré en contacto con los antigales. Después de esa visión empecé a profundizar al tema. Toda América es un enorme antigal. En todas partes están presentes los restos de las culturas primitivas”, recordó alguna vez. Otras páginas esenciales de su autoría -en solitario o en fecundas colaboraciones- son “La Bagualera”, “Cuando tenga la tierra” (también con Toro), “Soy sembrador argentino” (junto a su mujer Isamara). Las más recientes andanzas de su inquieta y prolífica trayectoria lo vincularon con su esposa Isamara con quien en 2009 editó “Pueblos” (un cancionero salteño generado tras recorrer 1.070 parajes en el lapso de un año) y “Andar la vida”, que se conoció a inicios de 2010. El creador murió esta mañana luego de permanecer internado varios días en una clínica de Salta. Los restos de Petrocelli fueron velados, en la sala 2 de La Piedad (Alberdi al 400, de la ciudad de Salta) y serán sepultados hoy a las 11 en el cementerio De la Divina Misericordia. (Télam)
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