En Chimpay, el arte sale a la calle con una escultura

CHIMPAY- Se inaugurará el próximo 11 de mayo del año 2000, aniversario de la localidad de Chimpay, una escultura monumental en reconocimiento a los trabajadores rurales de la región.

El proyecto que nació desde el departamento de comunicación y expresión del centro de educación media Nº 25, en forma conjunta entre alumnos y docentes se verá así realizado.

Tras muchos meses de remar -muchas veces contra la corriente- desde que se lanzó el concurso «un símbolo para mi pueblo» en mayo pasado, la obra será virtualmente terminada este fin de semana, por escultoras que llegan desde la ciudad de Viedma.

El concurso despertó el interés de una importante cantidad de jóvenes y niños de la localidad, quienes participaron a través de centros educativos, escuelas e instituciones.

El boceto fue elegido, entre un total de 8 trabajos finalistas, en la plaza pública por 264 personas que asistieron a los festejos por el aniversario de la cuna de ceferino.

El público tuvo la oportunidad de votar por la escultura que será sin dudas un nuevo atractivo para la localidad.

De las más de 200 personas que votaron, 154 votos fueron para elegir el dibujo que representa al trabajador rural.

Luego, a través de de la biblioteca «Pedro Garro Vidal», los organizadores del concurso artístico y literario lograron hacer contacto con escultores de la Escuela de Artes de Carmen de Patagones «Alcides Biacetti», quienes se ofrecieron gratuitamente a realizar la obra.

Los alumnos de segundo año diurno del CEMº 25, «Héroes de Malvinas», Samuel Rapiman, Javier Chagallo, Mauricio Gutiérrez, Belén Funes y Pablo Zabala, fueron los ganadores del concurso. Los estudiantes fueron coordinados por las profesoras María Elena Bejar y Mabel Camertoni, y en la primera etapa contaron con la ayuda del profesor en informática Daniel Hernández.

En el camino, luego que se eligiera la obra, se fueron sumando instituciones que brindaron su aval. Entre ellas, los organizadores rescataron el papel que jugaron el municipio local, la cooperativa «La chimpayense», la firma «Avicena», la empresa frutícola Expofrut, vecinos y docentes.

En tanto que la profesora María Elena Bejar, que estuvo a cargo de la iniciativa, resaltó la labor incondicional que están realizando los albañiles Facundo y Julio Riquelme, Troncoso, Villarroel, Carreño, Luis Acatino y personas del plan trabajar.

A su vez la escultora y profesora Guillermina Prado, de Bahía Blanca, explicó que «la obra de carácter monumental ha sido trabajada con la técnica de cemento directo, y que en esta última etapa se levanta la estructura con hierros de distintas medidas siendo la parte más importante del monumento, la más compleja, y que tiene que quedar exacta para después hacer el modelado y darle la pátina de color».

«Se trabajó en una escala mayor a la prevista, ya que iba a ser emplazada en una de las calles principales de Chimpay y dadas las dimensiones del lugar se decidió el tamaño de 5 metros con 60 centímetros. El carácter de monumental se debe no sólo por las dimensiones de la obra, sino también al tema y la disposición en el espacio, que representa las manos de los trabajadores agricultores ofreciendo -desde la tierra- los frutos típicos del lugar».

Por su parte, María Elena Bejar resaltó que «son muchos los gestores culturales anónimos en la Argentina que en pequeñas localidades desarrollan esta práctica de la cultura cívica, son muchos los que se animan a buscar la evolución desde diferentes idiosincrasias».

«Hoy en Chimpay, lugar de habitantes solidarios, se buscan estrategias para que los derechos culturales sean derechos de todos los hombres. Y así crecer como comunidad. No importa que el proceso sea lento, hay que seguir…».

Los profesores agradecieron a todos los que de alguna u otra manera colaboraron con la iniciativa cultural única en Valle Medio y por la unión de la comunidad para llevar a delante el proyecto.

La inauguración será en el aniversario

Aunque la obra se terminará este fin de semana, los organizadores prefirieron que la inauguración se realice el próximo aniversario. «Para nosotros significa el final de un ciclo» señaló Bejar.

En esa fecha además se colocarán en el pie de la escultura, dos placas. Una de ellas llevará el nombre de los alumnos que diseñaron la obra y una frase elegida por las profesoras, mientras que en la otra se nombrará a las autoridades que hicieron posible con su colaboración que ésta se haya levantado.

Una particularidad de la obra es que una vez que se eligió el boceto, se le realizaron algunas modificaciones.

Para realizar estos cambios, las escultoras realizaron una sesión de fotos, tomando como modelo las manos de uno de los jóvenes que realizaron el dibujo.

A la par, el joven indicó que eligieron ese motivo porque cerca del 90 por ciento de los trabajadores de la localidad realizan tareas en las chacras. Incluso los padres de los pibes que hicieron el dibujo trabajan en los campos de Chimpay.