Tras la revuelta, Mahuad fue reemplazado por el vicepresidente
El Congreso y los militares apoyan que Noboa complete el mandato.
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QUITO (Reuters-EFE).- La renuncia de Jamil Mahuad como presidente de la República y su apoyo al vicepresidente Gustavo Noboa para que lo sustituya consolidó ayer una solución constitucional a la crisis ecuatoriana y abortó el golpe de Estado que protagonizó un grupo de coroneles tras un levantamiento popular.
Noboa, un abogado de 60 años, asumió la Presidencia de Ecuador con el respaldo de las Fuerzas Armadas que le designaron, el Congreso que lo ratificó constitucionalmente, y hasta del derrocado presidente, que le deseó el éxito que él no tuvo. Sin embargo, obtuvo el el repudio de los indígenas que se sublevaron contra el gobierno.
Mientras el ex presidente Mahuad admitía que fue derrocado del poder, una aplastante mayoría parlamentaria ratificaba la designación de Noboa y le encargaba el poder hasta enero del 2003, cuando debe concluir el periodo constitucional.
Los legisladores, además, rechazaron el golpe del viernes, que se diluyó a pocas horas de haberse fraguado para dar paso a una salida constitucional reclamada por ecuatorianos y toda la comunidad internacional.
Noboa sucede a Mahuad, pero también a una fugaz junta cívico-militar que asumió el poder por tres horas, pero que fue disuelta por los militares para dar paso a la sucesión presidencial con el objetivo de “defender la democracia y la Constitución”.
El centro histórico y urbano de Quito lucía ayer más tranquilo y con un fuerte resguardo del palacio presidencia, mientras algunos de los miles de indígenas, que vinieron a esta capital para protestar, comenzaron a emprender el retorno a sus tierras.
La asunción de Noboa se logró gracias a una hábil maniobra política gestada por el comando de las Fuerzas Armadas, con el general Carlos Mendoza a la cabeza. Mendoza admitió conformar una junta cívico-militar junto al diriegente indígena Antonio Vargas y un ex integrante de la Corte Suprema, Carlos Solórzano para superar la crisis y evitar enfrentamientos. Mendoza dejó que los otros dos miembros del breve triunvirato saborearan su victoria y tres horas después les anunció que se retiraba a favor de una sucesión constitucional con Gustavo Noboa.
Los otros dos miembros del derrocado triunvirato, Vargas y Solórzano, debieron acogerse a la decisión de los militares, aunque a regañadientes, y ratificaron que la lucha de los movimientos sociales continuará firme. Vargas anunció que radicalizará el levantamiento y afirmó que el movimiento indígena estará atento a las decisiones que tome Noboa (ver aparte).
“En acatamiento a las disposiciones contenidas en la constitución me encuentro en la ineludible obligación de asumir en este momento la presidencia del Ecuador”, dijo Noboa en el ministerio de Defensa, en compañía de la cúpula militar. Noboa es un catedrático de reconocida trayectoria en Ecuador, quien fue compañero de la fórmula presidencial de Mahuad en las elecciones de 1998.
“Un presidente derrocado no renuncia”
Visiblemente abatido, Mahuad admitió que fue derrocado como presidente y pidió el apoyo de la población para Noboa, a quien le auguró suerte ante la compleja crisis económica que aqueja al país de 12,4 millones de habitantes. Mahuad, un abogado de 50 años graduado en Harvard, dijo en un mensaje televisivo que “un presidente derrocado no renuncia, está derrocado”.
Sin embargo, llamó a los ecuatorianos a que respalden a Noboa, pues consideró que ese requisito, del que él no gozó, le es imprescindible al sucesor para dirigir una transformación que suponga mejores días para el país.
Tras aceptar la derrota, la embajada de Chile en Ecuador dijo que mantiene abierta su oferta de ofrecer asilo a Mahuad y su gabiente en el país sureño, dijo el encargado de negocios de la embajada en Quito, Luis Palma.
Palma informó que Mahuad estuvo unas dos horas en la residencia de la embajada chilena en Quito la noche del viernes, junto a algunos de sus ex ministros.
Pero el ministro de gobierno (Interior) del gabinete derrocado, Vladimiro Alvarez, aseguró que Mahuad permanecerá en el país por que no existe razón alguna por la que tenga que huir.
Mientras tanto, la dirigencia indígena dijo que seguirá combatiendo para tener el poder, aunque cientos de otros indígenas comenzaron a emprender la retirada hacia sus campos al sentirse defraudados por sus líderes.
Pese a que la asunción de Noboa permitía de a poco la salida a la crisis, los líderes indígenas mantenían un discurso triunfalista.
“Hemos logrado los objetivos planteados, no todos, no todos los tres poderes (del Estado), pero sí hemos demostrado y tenemos la capacidad de tomar y mandar sacando al presidente, es el orgullo que tenemos”, dijo Vargas, el máximo líder de los indígenas.
La última vez que Ecuador vio la salida forzada de un mandatario fue en febrero de 1997, cuando el Congreso destituyó a Abdalá Bucaram por “incompetencia mental” para gobernar. En 1979, Ecuador salió de la última dictadura militar.
Lo primero que hizo Noboa al recibir el poder fue ratificar el proceso de dolarización iniciado el 9 de enero, cuando Mahuad fijó una paridad de 25.000 sucres por dólar, en un intento por sacar al país de una profunda crisis económica.
“El proceso de dolarización continuará, ceñido a los parámetros que imponen los principios de la técnica económica y las demandas de la realidad ”, dijo.
En 1999 Ecuador registró una inflación del 60,7%, recesión del 7,5%, devaluación de la moneda de 67% y moratoria de la deuda externa de 13.000 millones de dólares.
En el mundo, gobiernos de América (entre ellos el del gobierno argentino) y Europa instaron a Ecuador a solucionar su crisis política a través de medios democráticos.
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