El mayor bache de la selección nacional es la ofensiva 

Hasta ahora hubo demasiada dependencia de los ‘ollazos’.

 TOLEDO, Brasil (DyN, enviado especial).- No parece fruto de la casualidad que la selección Sub-23 de la Argentina haya convertido de pelota parada tres de los cuatro goles que acumula en el Preolímpico.

Más bien, conviene pensar que el motivo de la exagerada dependencia de los envíos aéreos responde a la ausencia de variantes ofensivas que viene mostrando el equipo y que tanto preocupa a José Pekerman.

En el mismo sentido, sería un error creer que es azaroso que Leandro Cufré sea -con dos tantos- el goleador del equipo. Los dos goles restantes fueron convertidos por el defensor Placente y el delantero Biagini.

Las estadísticas, al fin, dan cuenta con elocuencia de las dificultades para generar un fútbol fluido que viene evidenciando el equipo que dirige José Pekerman

Autocrítico, el entrenador sabe que es poco menos que imperdonable que un conjunto que posee a jugadores de la capacidad técnica de Cambiasso, Aimar y Saviola no sea capaz de llegar al arco contrario con cierta claridad.

Por eso, a partir de hoy cuando comience con los ensayos tácticos de cara al vital choque del martes ante Bolivia, el técnico pondrá especial énfasis en el aspecto ofensivo.

Se sabe que la pretensión del conductor del plantel es que el seleccionado maneje la pelota durante el mayor tiempo posible, que imponga los cambios de ritmo y que sorprenda llegando por los costados.

Hasta el momento, Argentina exhibió poco y nada del repertorio deseado. Busca, es cierto, pero no hay que olvidar que tanto en el triunfo ante Paraguay como en la sufrida igualdad ante Perú se vio obligado a atacar masivamente por haber arrancado en desventaja en ambas ocasiones.

Saviola dijo ayer que “todo pasa porque no estamos teniendo suerte a la hora de definir”, pero su apreciación parece bastante ligera. El equipo necesita recuperar la confianza en sí mismo para que el toque y la movilidad se transformen en las llaves para abrir a las defensas rivales.

Claro que para ello se necesita solidaridad. Para que los jugadores se muestren libres de marcas y se ofrezcan como posible descarga para el compañero que lleva el balón, una premisa básica del fútbol que Argentina parece haber olvidado.

En definitiva, si el equipo echa mano a los manuales y deja de lado la aparente presión que significa el apodo de “Dream Team”, el objetivo de clasificar para Sydney 2000 se verá mucho más cercano que en estas horas invadidas por algunas dudas y un inevitable temor interior al fracaso.

Poco tiempo para reponer energías

Eduardo Urtasún, uno de los preparadores físicos del seleccionado argentino, aseguró ayer que la recuperación de los jugadores entre partido y partido “no es la ideal”.

El profesional explicó que en torneos cortos como este Preolímpico “uno sabe que los procesos regenerativos de recuperación no se llegan a cumplir de la manera más conveniente”.

“Eso hace que la recuperación entre partido y partido no sea la ideal”, agregó. (DyN)


 TOLEDO, Brasil (DyN, enviado especial).- No parece fruto de la casualidad que la selección Sub-23 de la Argentina haya convertido de pelota parada tres de los cuatro goles que acumula en el Preolímpico.

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