A 10 años de la visita de la selección: Diego en la Visera, Palermo, Ortega y Garcé

Diego en La Visera

Diego saluda a los pocos que se enteraron de su presencia en cancha de Cipo.
Foto: Miguel Gambera

En la previa al partido con Haití, el entonces técnico de la selección decidió realizar una práctica con los arqueros. Su contacto con Marcelo Yorno, ex compañero en Boca y DT de Cipolletti en aquel momento, llevó a que la práctica se haga en La Visera de Cemento. Esa visita no tomó estado público por lo que muy pocas personas se acercaron a la cancha. Diego se mostró distendido y hasta se divirtió mostrando su intacta destreza con la pelota. Aprovechó para ver en acción a los arqueros Diego Pozo y Adrián Gabbarini, en disputa por el lugar de tercer guardameta en la lista para el Mundial. Ante Haití atajaron un tiempo cada uno y Pozo ganó la pulseada para ir a Sudáfrica.

Fue la tercera vez que Maradona pisó La Visera.En 1977, disputó un amistoso con la selección Sub 20 frente al Albinegro. Aquella vez, el “10” metió su primer gol con la Albiceleste. En 1978, el combinado mayor jugó su último encuentro en el interior previo a la cita mundialista, otra vez contra Cipo.

En esa oportunidad, Diego entró en el complemento. Era una época en la que el entrenador César Luis Menotti, además de formar un seleccionado local, también salía a recorrer por todo el país. Es algo que Maradona intentó emular en su paso como DT, lo que quedó demostrado en Cutral Co.

El partido que cambió la vida del Chino Garcé

Garcé marca a un haitiano en el Coloso. Una imagen surrealista. Foto: Yamil Regules

El amistoso con Haití, independientemente de la sede patagónica, es recordado por muchos como el encuentro que llevó al Mundial de Sudáfrica a Ariel Garcé. Su convocatoria a Cutral Co fue sorpresiva pero no tanto como su posterior lugar en la lista mundialista.

El defensor, en aquel momento en Colón de Santa Fe, fue lateral derecho y cumplió una muy buena tarea. Su asistencia a Palermo en el 2 a0, con un preciso centro a la cabeza del “9” ayudó a la valoración de su tarea.
Ese puesto fue conflictivo para la selección en esa época y en el Mundial lo ocuparon Jonás Gutiérrez, Nicolás Burdisso y Nicolás Otamendi. Ninguno de los 3 era un “4” natural. Garcé, originalmente central, venía jugando en ese puesto. Además de la aceptable labor en el amistoso, al entrenador le gustó la arenga que dio el zaguero en la manga antes de salir a la cancha.
“Los haitianos estaban con gorra y guantes, no querían salir. Hacía un frío. Nos quedamos un instante en silencio y me puse a hablar yo. Me salió algo. Hablé de que si en ese momento era el Mundial, la Selección éramos nosotros. Tiré todo un verso que estuvo bueno”, recordó Garcé.
Antes del llamado de Diego para el cruce con Haití, el ex River había jugado solo dos partidos en la selección, bajo la dirección de Marcelo Bielsa en 2003.
El jugador ya tenía pensando viajar a Sudáfrica pero para ver el Mundial con amigos. Fue tal la sorpresa de la convocatoria que generó la divertida bandera: “Garcé traé alfajores”, que se pudo ver en la despedida del equipo ante Canadá en estadio Monumental.
El defensor incluso reveló que pensó en no ir al partido en el Coloso del Ruca Quimey, dada las pocas chances que creía tener de cara al Mundial, y que su hermano lo convenció “por mi papá y mi mamá, que me querían ver”. Con el tiempo, se popularizó la versión de que Maradona había tenido un sueño en el que el futbolista levantaba la Copa.

Palermo y Ortega, dos ídolos convocantes

El espectacular marco de público y las expectativas que despertó el partido de la selección en Cutral Co tuvo otro aliciente: Martín Palermo y Ariel Ortega juntos en cancha.
La lista de convocados, con muchos jugadores del medio local con poca experiencia y rodaje en el combinado nacional, tuvo como frutilla del postre al Titán y al Burrito, dos de los mayores ídolos contemporáneos de Boca y River.
Además de la figura de Diego Maradona, ya de por sí atractiva, la inédita dupla de ataque favoreció al interés por aquel partido.

Palermo terminó de afianzar su lugar entre los citados al Mundial de Sudáfrica con el segundo gol de la noche. El delantero ya había sumado muchos porotos en el agónico tanto ante Perú en la anteúltima fecha de Eliminatorias, clave para clasificar a la Copa del Mundo.
Hacía menos de un mes, el emblema del Xeneize venía de convertirse en el máximo anotador de la historia del club.

Garcé tiró el centro para el gole de Palermo. Toranzo, que armó la jugada, y Ortega se acercan a festeja con ellos. Foto: Yamil Regules

Lo de Ortega fue un homenaje a su carrera. El Burrito no estaba dentro de la consideración para Sudáfrica y llevaba siete años sin vestir la camiseta de la selección.

En Cutral Co se dio el gusto de ser el capitán del equipo y de usar nuevamente la “10” en la espalda a los 36 años.
Maradona siempre tuvo una relación muy cercana con el jugador. Ortega fue, de alguna manera, su sucesor hasta la aparición de Lionel Messi.
En un River deslucido en aquella época y el jujeño seguía destacándose, como lo hizo en el amistoso con Haití.
“Diego me llamó a la Selección porque estoy pasando un momento bueno, no porque me llame Ariel Ortega. Le voy a estar eternamente agradecido, estoy muy contento”, manifestó antes del encuentro. Su gratitud con el DT quedó clara en el abrazo que le dio al ser sustituido.


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