A la obra de la calle Mitre siempre le falta algo: ahora son los cables

En el plan es indispensable soterrar los conductos de electricidad, telefonía y televisión por cable, que conforman un enjambre que desluce la remodelación.

El proyecto original de remodelación de la calle Mitre incluía la eliminación de todo el cableado aéreo, pero si bien la obra ya fue terminada y entregada por la contratista, los postes y tendidos permanecen en su lugar, a la espera de que las empresas de servicios los bajen al subsuelo.


En algunas esquinas el enjambre de cables llama la atención y contrasta con la nueva imagen de la calle, diseñado con criterios de simpleza y modernidad. Los frentistas se quejaron de la “contaminación visual” y recordaron que era uno de los puntos a resolver.

El Municipio ya “recibió” formalmente las obras de hormigonado definitivo, veredas y mobiliario urbano que ejecutó la empresa Insersan y terminó en diciembre pasado. Esos trabajos incluyeron la colocación de “cañeros” subterráneos para los cables, pero hasta ahí llegaron.

El jefe de Gabinete, Marcos Barberis, dijo que las prestadoras de servicios fueron intimadas para que bajen sus cables en las siete cuadras de Mitre abarcadas por la obra que financió el BID. Pero hasta ahora sólo la CEB cumplió en parte con esos trabajos.

El enjambre de cables en los postes de la calle Mitre, una postal que afea el paisaje. Foto: Alfredo Leiva

Señaló que los cables que deben ser soterrados son los de Telefónica, Telecom, los servicios de tevé por cable y el resto de las “señales débiles”, además del tendido eléctrico. No habló de plazos.


Dijo también que todavía falta completar la obra de agua, contratada por ARSA, “que nada tiene que ver con el proyecto BID”.

El gerente de la CEB, Federico Lutz, aseguró que esa empresa ya está a punto de completar el enterramiento de su cable troncal. “Tiene un avance del 90%”, afirmó. La tarea que les queda es “desmontar las torres metálicas” del antiguo alumbrado, que también sirven de soporte a los cables. Estimó que “en abril o mayo” Mitre quedará liberada de esas estructuras, pero antes deben soterrar sus cables el resto de las empresas. A lo largo de la calle hay en total unas 50 columnas que quedarían ociosas.

La prestadora de tevé por cable AVC, que también pertenece a la CEB, ya retiró sus tendidos y sirve a sus clientes “por los contrafrentes”, aseguró Lutz.

Liliana Cabrera, referente de la asociación de frentistas de la Mitre, confirmó que la eliminación de los cables aéreos y columnas es una de las tareas faltantes y que llevarán el reclamo el miércoles a la reunión que tienen programada con el intendente Gustavo Gennuso.


Otra comerciante, Ingrid Marinozzi, recordó que las nuevas luminarias fueron colocadas con lámparas de sodio, “que no se usa más en ningún lado”, y recibieron una promesa del gobierno provincial para cambiarlas por tecnología led. “Es más económico y más moderno”, subrayó.

Dijo también que van a llevar a la reunión “el problema de los cables”, porque el Municipio les informó que las intimaciones ya fueron libradas, “pero hasta ahora ni noticias”.

Cabrera admitió que la obra de Mitre, que se prolongó durante cuatro años, acumuló fallas y desaciertos uno tras otro, incluido el alumbrado. “Lo más triste es que las cosas pasaban y nadie decía nada, no nos defendieron ni la Provincia ni el Municipio –opinó–. La obra estuvo en manos de nadie”.


Recordó por ejemplo que la chocolatería Del Turista tiene lista para colocar una nueva marquesina pero no lo puede hacer por la red de cables que nadie retira. Cabrera dijo que el perjuicio no es sólo para los comercios sino para todo Bariloche.

Explicó también que resta todavía acordar un criterio de uso definitivo para Mitre y señaló como “un peligro” las tomas eléctricas que quedaron de la obra y que “no fueron retiradas y hoy las usan los músicos callejeros”.


Análisis: Una experiencia que deja rastro



Que pasen los meses y no aparezcan nuevos vallados, replanteos de obra ni otras malas noticias en relación a la calle Mitre es un avance en sí mismo. Así de bajo quedó el listón después de cuatro años en los que se sucedieron un empedrado fallido, un primer hormigón “impreso” que no conformó y también fue levantado, caños rotos, zanjeos interminables, nuevos zanjeos sobre los anteriores, bancos de madera reemplazados por otros de cemento y un sinfín de contramarchas que pusieron a prueba la paciencia de los barilochenses y también de los turistas. Dieciocho meses del contrato inicial que en la práctica fueron más de cuarenta, incluida una empresa que desertó a medio camino y obligó a relicitar.

El perjuicio que alegaron los comercios por la merma de ventas atrajo las miradas sobre lo particular, cuando un velo de silencio pesa todavía en torno de los sobrecostos que deparó la seguidilla de errores, en los que tuvo responsabilidad directa la inspección de obra, originalmente a cargo de la provincia y del municipio.

Las demoras con el soterramiento de los cables es casi una anécdota luego de la saga de promesas incumplidas que dejan una especie de memoria corporal difícil de tramitar. Al punto de que ante la intervención de cualquier otra calle (como ocurre hoy con Los Ñires o con la repavimentación de Elflein, sin final a la vista) sólo cunden los malos presagios. Una inercia inevitable.

Increíble

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pasaron desde que se iniciaron los trabajos sobre la calle Mitre. En marzo volverán a romper una parte.

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