A las puertas de la biblioteca
Cecilia Boggio está parada a las puertas de una colosal e imaginaria biblioteca.
Se trata de una estructura de dimensiones acaso infinitas como los laberintos que imaginaba Borges y provista de un diseño que semeja al bello edificio que aparece poblado de libros en el filme de Peter Greenaway «El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante».
Cecilia sonríe desde lo más alto de la escalera. Y con un gesto tierno, desprovisto de toda malicia, invita a los que pasan por la vereda a hacer el esfuerzo de subir, peldaño por peldaño, hasta llegar a su cálido refugio, un espacio compartido.
Maestra por derecho propio, docente de profesión, inspiradora de la prosa ajena, creadora en un grado distinto al que motiva el término, sangre de la literatura, Cecilia Boggio ha trabajado en forma incesante en el maravilloso ejercicio de enseñar a leer las entrelíneas de las grandes obras.
Desde hace años coordina un taller que es un clásico en la región. «Leyendo a…» y esa «a» no tiene prejuicios ni boletos comprados.
La recuerdo también junto a Raúl Argemí conduciendo uno de los programas más interesantes y frescos dedicados a cultura que se hayan hecho en televisión local.
Aunque sabe de blogs, asegura que prefiere la inmediatez de la radio.
De un modo u otro, lo importante es que Cecilia seguirá siendo uno de los caminos más doctos e intensos hacia la literatura universal.
Cecilia Boggio está parada a las puertas de una colosal e imaginaria biblioteca.
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