A prender la tele para ver el debut del «Manu»

«Manu» Ginóbili en la noche más esperada: hoy frente a los Lakers. El balón al aire para el primer salto de la temporada, se lanzará esta noche para levantar el telón de una de las «obras» más espectaculares del deporte mundial, a la cual se la conoce por tres iniciales: NBA. Terminan las vacaciones los integrantes de la élite basquetbolista que acapara la atención de todos cuantos gustan de este hermoso deporte en el mundo entero.

Como sucede desde hace mucho tiempo, entre julio y setiembre las noticias sobre los atletas de ese «otro planeta» se centran mayoritariamente en situaciones extra deportivas que salen a la luz, casualmente, por la fama de sus protagonistas.

Este año no fue una excepción y se habló mucho sobre la condena a dos delincuentes que trataron de asaltar a Paul Pierce -la estrella de Boston Celtics- a quien apuñalaron; la detención de un «chabón» que logró acceso a una de las cuentas bancarias de Michael Jordan y su esposa Juanita en el Citibank antes de que pudiera sacar algunos millones de dólares; un «bardo» que armó Allen Iverson con familiares de su esposa cuando la fue a buscar a casa de uno de ellos y no la encontró, por lo que utilizó una pistola para saber si era cierto y eso lo llevó a un tribunal. Y, sobre todo, la desaparición de Bison Dele (basquetbolista que en la NBA jugó con el nombre de Brian Williams) que en un viaje en su yate hacia Tahití, aparentemente fue asesinado por su hermano, quien posteriormente apareció moribundo en la frontera entre México y el estado de California, falleciendo a los pocos días.

Ya más cerca de octubre, las noticias se enfocaban en el estado físico de jugadores famosos y las transacciones entre franquicias. La de más impacto fue la resolución de Jordan de cumplir con el año que le queda de contrato con los Wizard, después de una exigencia física que le permitió aseverar que aguantaría a los 40 «pirulos» el exigente ritmo de la competencia. Aunque la lesión de Shaquille O»Neal en el dedo gordo del pie derecho (más o menos como el puño de una mano «normal») y su posterior operación, no le fue en zaga a la difusión periodística.

También hubo mucha calentura por parte de los Knicks, cuyos directivos le pusieron una multa de 250.000 dólares al rebelde Latrell Sprewell, quien se lastimó su mano derecha cuando le lanzó un puñetazo al novio de una amiga, que le vomitó en su nuevo yate atracado en la bahía de New York, y le pegó a la pared.

En fin, fue más satisfactorio enterarse que el lituano Arvydas Sabonis volvió a ser contratado por los Portland Trail Blazers; que Jerry Stackhouse será compañero de Jordan en Washington; que el chino Yao Ming (2,26) intentará cubrir el hueco de Hakeem Olajuwon en los Houston Rockets, que Grant Hill está recuperado e intentará volver a ser la «superestrella» de hace un par de temporadas atrás o que Tracy McGrady (jugadorazo) obsequió a un niño de 13 años que fue herido por el francotirador de Washington, una camiseta y un video, al enterarse que el pibe lo tenía como uno de sus ídolos.

Ese intervalo se termina hoy.En la cancha, no hay obras de caridad. Empieza la temporada de «el año en que perdieron el invicto», en Indianápolis y donde Argentina fue uno de sus «victimarios».

Como si fuera una obra maestra del destino, cuando se enciendan las luces de sus espectaculares estadios van a iluminar también a tres argentinos. Que no serán abucheados como los malos de la película, porque muy poco sabe de ellos el público del planeta NBA. Tendrán que ganarse un lugar. El «Colo» Rubén Wolkowyski con la mítica casaca de los Celtics, la franquicia más ganadora de todos los tiempos y que fuera escenario de las acciones gloriosas de superastros como Bob Cousy, Bill Russell y Larry Bird. Es cosa difícil, pero no imposible.

Juan «Pepe» Sanchez en el Detroit Pistons de aquellos «bad boys» de Isiah Thomas, Dennis Rodman y Joe Dummars, la tiene más clara. Sabe que es el tercer base, que debe cumplir funciones muy específicas y tiene que aprovechar al máximo los minutos que le puede dar el técnico. Tendrá que pelearla «paso a paso».

Y deje a propósito a Emanuel «Manu» Ginóbili para el final porque me parece que es la primera vez que «metemos» un jugador en aquel «planeta», que puede ser protagonista. Así como «Pepe» puso su inteligencia para extraer el máximo posible de su paso deportivo por la Universidad en beneficio de su etapa posterior (su primer ingreso a la NBA fue mucho más planificado que el del «Colo»), «Manu» lo hizo en su actuación en Europa. Vale más un pergamino logrado en las ligas de Italia o España, que en la Argentina. La vidriera es más luminosa, la experiencia más enriquecedora y las noticias llegan más rápido. Ginóbili llegó a la NBA por su propio peso. No esta ahí por la buena negociación de su representante. El puede.

El hecho irreversible es que esta noche se larga la temporada y veremos por televisión un intercambio de transpiración entre el superdotado Kobe Bryant y Emanuel Ginóbili, porque Los Angeles Lakers reciben a San Antonio Spurs (va después de la medianoche argentina y televisa ESPN). Buen regalito de comienzo. También jugarán hoy Orlando Magic-Philadelphia Sixers (a las 21.30) y Sacramento Kings-Cleveland Cavaliers.

Oscar Délfor Ibáñez