Advierten faltante de hierro y ladrillos en corralones de Neuquén y Río Negro

Una radiografía en los puntos de venta permite observar que hay una constante: la falta de materiales clave para la industria de la construcción que asiste a una reactivación después del parate de la pandemia.

La industria de la construcción enfrenta un desafío que es la obtención de insumos clave para poder mantener los niveles de reactivación. A continuación, cómo viven la situación en las principales ciudades de la región.



Los corralones de Neuquén coinciden en que hay una gran demanda en sus locales, pero que lamentablemente no puede ser cubierta por la falta de stock de productos como hierro, aluminio, chapa, ladrillos huecos, viguetas y alambre.

Hay faltante de hierro, aluminio, ladrillos huecos, alambre. Y en otros insumos como el cemento lo que hay es un corte de financiación (solo se está vendiendo de contado). Si bien hay entregas se bajó el plazo de pago drásticamente. No sabemos los motivos, y pasa en todo el país», señaló Giulio Retamal, representante de la Cámara de la Construcción en Neuquén.

Marcó que en el caso del hierro el faltante se viene observando con fuerza hace un mes. «Se habla de cupos, que hay que reservar y se hace con un plazo de pago muy corto especulando que hay más demanda que oferta«, indicó.

Hubo aumento de ventas por las construcciones familiares en Neuquén (Yamil Regules)

Dijo que en último mes la suba en los materiales que escasean ronda entre el 15 y el 20%.Sostuvo que desconocen el motivo de la falta de stock.

«El presidente de la Nación de hecho está hablando de aplicar la ley de abastecimiento, por lo cual se está suponiendo que hay una cuestión de especulación”, manifestó.

Sobre las consecuencias que genera para la provincia sostuvo que «no se puede medir todavía el impacto ya que las empresas van buscando de diversificar tareas mientras van consiguiendo los materiales«. Pero «si esto persiste va a tener un impacto más medible».

Desde Corralón Dimaco mencionaron que lo más crítico en stock de insumos de construcción es el hierro, ladrillo hueco y viguetas.

«No se está prácticamente despachando y si se hace es con un cupo muy chico. Se está entregando el 20% de lo que uno necesita recibir», comentaron desde el local.

También describieron que «hay muchísima demanda pero no se puede desarrollar la venta porque no tenés la seguridad que lo vas a recibir o el cupo de entrega es muy chico, y eso te limita la venta”.

Por lo cual desde el corralón señalaron que las fábricas están generando «un cuello de botella» y «todo lo que uno podría estar generando esta frenado por esas condiciones«.

Tomás Garcia, dueño del corralón La Meseta, contó que ante la falta de hierro tuvo que restringir la venta a 20 unidades por cliente. Reflejó que la barra de 6 milímetros se incrementó en un mes de 340 pesos a más de 450 pesos.

“Está todo el mundo apurado en comprar. Las constructoras incluso van a los corralones mas chicos para buscar si hay hierro porque no hay por ningún lado.Es muy complicado conseguir de fábrica o de algún revendedor, y si te venden, te lo hacen con cierta cantidad», describió García.

También mencionó que escasean algunos productos de ferretería, el caso de los clavos. Sumó que un pedido de alambre que realizó hace dos meses atrás llegó recién hace pocos días.

El representante de la Cámara de la Construcción en Neuquén señaló que hay niveles de reactivación en la provincia.

«En lo que es gas, petróleo y energía todavía no ha reactivado. La expectativa es en enero en función del Plan Gas. En lo que es obra pública está aumentando un poco, esta en proceso todavía. Y en la actividad privada si ha reactivado y es la que menos cayó con la pandemia», graficó Retamal.

Por su parte, Víctor Carcar, interventor de la Uocra Neuquén, marcó que el faltante de materiales se da en un momento donde «en todos los corralones hay gente y hay incluso colas afuera».

También con «el alza de la construcción, menos en lo que es yacimientos». Y mencionó que se ve en lo que es trabajos de albañilería. «Hay bastantes trabajos de changas. El que labura de monotributista particular. Se nota esta actividad en los barrios», dijo.



La construcción de obras particulares tomó especial impulso en los últimos meses, en contraste con la parálisis de otras actividades económicas, pero podría tener un desarrollo todavía mayor si no fuera por el marcado desabastecimiento de algunos insumos clave.

Las varillas de hierro, las aberturas, las chapas y perfiles metálicos son los faltantes más graves, y también hay problemas para conseguir sanitarios y grifería. Los corralones admitieron además que existen demoras y provisión “cuotificada” por debajo de la demanda en ladrillos y otros materiales básicos.

El ingeniero Eduardo Hoqui, titular de Hoqui Construcciones SRL, confirmó que “faltan materiales y faltan precios”. Dijo que sin hablar de los artículos específicos, “hay productos estandarizados en los que los corralones suelen tener stock permanente y hoy eso no existe”.

En Bariloche hay escasez de hierro(Alfredo Leiva)

Estimó que las empresas locales que distribuyen y vendes materiales no son las responsables, sino que dependen de sus proveedores “y no les entregan”.

Según Hoqui “falta especialmente todo lo que tiene metal y también algunas aislaciones para techo, lana de vidrio. Cuesta mucho conseguir”. En ese rubro aparecen “marcas alternativas”, de otra calidad.

Desde el Corralón Andino uno de los responsables, Facundo López, aseguró que “hay problemas con varios ítems” y las proveedoras piden plazos de hasta 120 días de entrega.

Admitió que la falta de provisión entorpece mucho el ritmo de las construcciones chicas y las grandes directamente se frenan, porque no pueden trabajar sin el material asegurado.

Según López, los faltantes se acentuaron en los últimos tres meses y entendió que las razones son varias. “Las empresas dicen que producen al máximo y se justifican con la actual forma de trabajo, porque deben rotar al personal en equipos, por si saltan casos de Covid. O a veces realmente tienen un empleado que se contagia y deben parar la producción -explicó-.

Otra causa señalada son problemas de logística, atraso en los fletes. Pero también será que algunos esperan a ver qué pasa”.

Consideró que “como el mercado patagónico es chico se perjudica más”, porque las proveedoras prefieren abastecer a los grandes centros.
En el corralón Andino, aseguró López, el actual cuadro de situación los obligó a abandonar la “venta con acopio”, en el que el cliente paga para retirar a futuro. “No se puede hacer, porque la mercadería no está”, afirmó.

Ratificó que el hierro y los materiales con metal son los que más escasean. Mencionó entre las grandes proveedoras a Siderar, Gerdau y Acerbrag, “que producen la chapa y luego otras empresas las pliegan, hacen perfiles, pero dicen que no les entregan”.

También señaló que el cemento está condicionado por entregas periódicas a países limítrofes, y hay faltantes de productos que llevan materia prima importada.

“Por ejemplo cuesta mucho conseguir tanques de plástico, porque el plástico viene de afuera y no entra -dijo López-. Lo mismo pasa con la grifería y los sanitarios”.

Los ladrillos los compran en Cunmalleu (una firma de Allen) y a pesar de la fuerte demanda, deben ajustarse a un cupo histórico y no les venden más. “Es lo que hay, y cuando llega se va enseguida”, refirió.

Según el empresario, la volatilidad del dólar tiene mucho que ver en la falta de precios. “Pasa lo que pasó siempre, para cubrirse el que compra a 50 por las dudas vende a 100, ante el riesgo de no poder reponer -dijo-. El dólar sube y todo sube, el dólar baja y nada baja. Lamentablemente funciona así”.

Eduardo Hoqui, desde la mirada del constructor, dijo que el principal problema es la falta de certeza para acceder a los materiales. “Pasa mucho que uno paga antes y cuando va a retirar la chapa o el hierro no están”. Dijo que no fue siempre así, desde el inicio de la pandemia, sino que “se acentuó a partir de la disparada del dólar”.



Construir en tiempos de pandemia se está complicando para muchos vecinos que no encuentran materiales en los corralones. En Roca varios depósitos de construcción informaron que hasta fin de año no tendrán stock de ladrillo hueco.

Además, tampoco se puede comprar gran cantidad de hierros y chapas porque la disponibilidad que tienen es limitada.

En cuanto a las grandes cadenas en el rubro hay materiales que no venden no por falta de stock sino porque aún no definen los precios ya que estos se rigen por el valor del dólar.

Carlos García es dueño de un corralón ubicado sobre la avenida Roca.
Lo más crítico es el faltante de ladrillo hueco, para armar de nuevo los stocks faltan meses”, señaló a este medio.

García explicó que la fábrica donde se abastece ubicada en Allen tuvo compilaciones para producir por la pandemia.

“Muchos era grupo de riesgo, a veces tenían obreros para separar los ladrillos, pero no tenían quien los cargara. Un día les ofrecí uno de mis empleados para que use la autoelevadora con tal de que nos entreguen pallets”, contó.

Carlos García del corralón Cosmos explica las razones del faltante (Juan Thomes)

El dueño dijo que además no hay stock de materiales para realizar conexiones de agua y gas, especialmente cañería.

“El hierro se vende con reservas al igual que la chapa porque los proveedores no nos entregan la cantidad que pedimos. Si el cliente viene a comprar más de 30 barras tiene que esperar dos semanas mínimo, no puedo vender en cantidad para una obra y dejar otros clientes sin materiales”, dijo.

Garcini tiene su ferretería sobre la calle San Juan. Si bien tiene disponibilidad de los materiales básicos le faltan aditivos para hormigones y elementos estructurales.

“Hay proveedores que dejaron de venir hace cuatro meses y no sabemos cuándo vamos a tener, dependemos de las fábricas, ellos ponen los precios y mandan de a poco” dijo.

Para el propietario la demanda se triplicó. “La gente no se va de vacaciones, la plata la invierte en construcción”, analizó.

En otra ferretería ubicada en el norte de la ciudad también mencionaron que no tienen stock de ladrillo hueco hasta el próximo año.

Por otro lado, existe otra situación además del faltante de insumos. En una empresa de ventas de materiales ubicada sobre la Ruta 22 tienen stock, pero hay algunos productos que no se venden porque no tienen precio. Uno de ellos es el cemento ya que se rige por el precio del dólar, señalaron a este medio.

También informaron que hay demoras con las entregas a los clientes y que tardan hasta más de una semana.

Otra empresa del rubro señaló que hay poca entrega de hierro, ladrillos y perfiles, entre otros. Algunos rubros no se encuentran en entrega, pero por falta de producción a nivel nacional. Y la mayor movilidad de precio se ha dado en el hierro.

Pedimos 20 pallets de ladrillo del 18 y la respuesta, por ser clientes, es que van a ir entregando de a tres pallets”, detallaron a este medio.



Una decena de corralones funcionan entre Viedma y Carmen de Patagones. Existe coincidencia que el faltante mayor se advierte en los ladrillos cerámicos al punto que algunos directamente suspendieron las ventas o, en todo caso, hay entregas programadas en aquellos clientes que ya compraron y dejaron pendiente sus retiros.

Las dificultades -explican esos comercios- se advierten desde julio y se fueron acentuando, dependiendo de las producciones y proveedores.

Los argumentos de las fábricas se concentran en limitaciones en personal enfermos o aislados por Covid, pero tampoco faltan la aceptación de cierta especulación en productos vinculados con el valor del dólar, como hierro, chapa o grifería.

Las diferentes firmas de la Comarca comparten que hay particularidades en relación a la escasez de los productos y, también, de la realidad de cada corralón, pues las fábricas están ponderados criterios de fidelidad comercial en la regulación de su venta y posterior entrega.

Así, hay corralones que reciben cierto producto y otros no””, explica un propietario viedmense.

Otro componente del presente panorama es el descomunal aumento de la construcción familiar y menor, con su equivalente requerimiento en los corralones, y que se contraste con la caída de las obras mayores.

El cemento en granel tuvo una caída importante y, en cambio, la venta en bolsas se duplicó y hasta se triplicó, dijo un empresario de la construcción.

Ese contraste se explica en Viedma con el auge de la pequeña o mediana obra privada, mayormente familiar, que se inclina por construcciones o ampliaciones en sus viviendas con la disponibilidad de reservas y la imposibilidad momentánea de otras inversiones o de sus habituales viajes.




Por Diego Penizzotto

Dos son las componentes que movilizan la reactivación de la construcción sobre el final del año.

El primero tiene que ver con el rebote natural del nivel de actividad tras el furioso parate que significó la pandemia.

El segundo con el histórico rol de los ladrillos como refugio de valor, especialmente en momentos de alta incertidumbre cambiaria.

Los despachos de cemento y de insumos, mostraron un marcado crecimiento en octubre, tanto a nivel mensual como en términos interanuales, lo cual revela el despegue, en tanto si bien dos terceras partes del año la actividad estuvo cuasi paralizada, los niveles de demanda actuales, superan a los que se registraban el año pasado inmediatamente después de las elecciones presidenciales.

Hay demanda del cemento en bolsas en Cipolletti (Florencia Salto)

La tendencia se sustenta tanto en la reactivación de la obra pública, donde un ejemplo claro es el avance que se registra en diferentes tramos de la Ruta 22, y también en el repunte de la obra privada, la cual ya se encuentra habilitada con protocolos en toda la región.

Existe no obstante, una componente insoslayable en la reactivación, y es la incertidumbre en torno al dólar. Ante la imposibilidad de acceder a la divisa al precio oficial y el fuerte salto que experimentaron las cotizaciones alternativas tras las restricciones anunciadas a mediados de septiembre, muchos optan por colocar sus tenencias en ladrillos.

El relanzamiento del Plan Ahora 12 y Ahora 18, la disponibilidad de mano de obra en un sector ávido de volver a trabajar y la expectativa generalizada de una posible devaluación, incentivan en consumo en bienes durables en pesos.

Del lado de la oferta existen a la vez dos factores que alimentan el faltante de materiales.

En primer lugar, los proveedores mayoristas aducen falta de stock a raíz del escaso nivel de trabajo durante los meses previos, y del despertar repentino de la demanda en los últimos dos meses. Cierto es que el nivel de utilización de la capacidad instalada en la industria ya era bajo previo a la pandemia, y en ciertos segmentos se acercó a cero en el segundo trimestre del año.

Segundo, existe sin lugar a dudas una componente especulativa atada de igual forma a la expectativa de devaluación.

Los proveedores minoristas juegan con una doble vara ante el incremento de la demanda: saben por un lado que en caso de que la devaluación suceda, difícilmente la reposición de los materiales sea sin un impacto fuerte en los precios, es decir se corre riesgo de descapitalización.

Por otra parte, en especial aquellos que tienen gran capacidad de acopio, saben que retaceando la entrega a la espera del salto en la cotización del dólar y de la fuerte presión estacional sobre los precios a fin de año, pueden lograr cuantiosas ganancias únicamente por tener la mercadería guardada en el galpón.


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