Alcohol y negligencia en dos accidentes ocurridos en Roca

Fueron en el centro y en las 827 Viviendas. De milagro no hubo niños heridos en uno.

ROCA (AR).- Dos accidentes que tuvieron el alcohol y la negligencia como protagonistas ocurrieron ayer en Roca. Uno fue en pleno centro de la ciudad y sus responsables se dieron a la fuga. El otro fue en el barrio de las 827 Viviendas, donde un grupo de chicos se salvó de milagro de ser atropellado por un auto fuera de control. Según informaron desde el área de Tránsito del municipio, el primero de los choques se produjo a las 3.55 de ayer en la intersección de Italia y 9 de Julio. El vehículo que se llevó la peor parte fue el Fiat Duna rojo en el que un hombre se dirigía rumbo a su trabajo. Circulaba por Italia, con prioridad de paso, cuando en la intersección con 9 de Julio fue embestido por un Renault Clío gris (patente EHM- 806) en el que circulaban dos mujeres jóvenes y, aparentemente, alcoholizadas. A causa del impacto el Duna hizo un trompo y terminó sobre la vereda sur. Las mujeres, por su parte, pudieron continuar su marcha y escaparon de la escena del accidente, por lo que el auto estaba siendo buscado. El segundo choque ocurrió minutos antes de las 13 sobre calle Chula Vista, entre Misiones y Kennedy, en el extremo sur del barrio de las 827 Viviendas de Roca. Su protagonista fue un joven de 20 años, identificado por las autoridades policiales y de Tránsito como Mauro Bengolea, a quien -según las mismas fuentes- le dio positivo el test de alcholemia. El joven conducía un Renault 18 color celeste (patente R072245) por calle Misiones. Al llegar a la intersección con Chula Vista dobló a la derecha y fue entonces que perdió el control de su auto y terminó chocando violentamente contra un camión que se encontraba estacionado sobre la mano contraria. La velocidad del Renault, sumada a que en esa esquina había una importante acumulación de agua que afectó la adherencia de las ruedas al asfalto, agregó al estado de ebriedad los factores que habrían sido clave para que se produjera el accidente. Al momento del choque un grupo de chicos del barrio jugaba alrededor del camión. Ninguno de ellos fue alcanzado por el Renault porque justamente el vehículo mayor actuó como barrera. De otro modo, hubiera sido una tragedia. “Este chico siempre pasa rápido por esta calle, porque vive a la vuelta”, reprocharon los mismos vecinos. El conductor del auto debió ser asistido por un fuerte golpe en el rostro que le provocó un profuso sangrado. Su auto fue secuestrado por las autoridades municipales.


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