Alta demanda de celulares, computadoras e internet en Bariloche

La "oficina en casa" y las clases virtuales generan la necesidad de dispositivos electrónicos y conectividad. Hay listas de espera en las prestadoras del servicio.

Solo en agosto, la empresa AVC registró 830 pedidos de conexión a internet.  Con 5.000 clientes al día de hoy, la firma de la Cooperativa de Electricidad Bariloche (CEB) acumula 3.500 solicitudes de conexiones, desde el comienzo de la pandemia, que se encuentran en lista de espera.

Sucede que las clases virtuales, “la oficina en casa”, la necesidad de comunicarse y lograr algo de esparcimiento ante el encierro incrementaron exponencialmente la demanda.

Sin embargo, en el caso de AVC, la imposibilidad de dar respuesta a estos pedidos no está fundada en razones técnicas sino en un litigio judicial con la empresa Telecom que fue socia de la CEB durante varios años.

Luis Barrales, presidente de AVC, advirtió que “de todos modos, el decreto vinculado al Covid-19 nos ha obligado a dar servicio a ciertos clientes que realizan tareas esenciales, como el municipio, la Fundación Intecnus y algunos medios de comunicación, por ejemplo. Pero lo cierto es que no podemos dar el servicio por eso, hemos eliminado la promoción y el marketing”.

Explicó que, en febrero, la cooperativa tenía contratados 8 gigas. En los picos más altos de consumo, habían llegado a 7 gigas. “Hoy, tenemos contratados 12 y hemos llegado a picos de 13, con misma cantidad de clientes; es decir que se duplicó el consumo. La gente que antes usaba como esparcimiento, ahora lo usa las 24 horas del día”, señaló.

Hay espera para tener nuevas líneas de internet en Bariloche. Foto: Marcelo Martinez

La empresa Movistar también registra, desde el mes de mayo, una suba del 20% en la demanda de internet tanto en la modalidad “cobre como fibra óptica”. 

Si bien tienen una lista de espera como AVC, aseguran que las demoras “no son significativas” y que oscilan entre 10 a 20 días. 

Organización familiar minuciosa

María y Germán son docentes y tienen dos hijos en primaria. En los últimos seis meses de pandemia, el dictado de clases de cada uno de ellos, la corrección de tareas, sumado a la participación en clases de sus niños y la entrega de sus propias tareas, resultó una odisea que requirió una organización puntillosa para evitar entrecruzamiento de horarios. 

En este caso, la pareja disponía de dos teléfonos celulares pero la existencia de una sola computadora portátil en la casa complicó las labores en más de una ocasión.

Más allá de los pedidos de conexión a internet, la cuarentena también desnudó la necesidad de dispositivos tecnológicos. Aparatos que antes se usaban esporádicamente, ahora sufren un uso constante y, por lo tanto, registran más roturas y daños. 

“Hay que analizar cada unidad familiar. Con suerte, en cualquier casa hay una computadora de cualquier generación o tablet o lo que sea. Con esta situación de que la gente se tuvo que quedar en su domicilio se generó un conflicto de intereses, de algún modo. Padres que deben trabajar, hijos que deben estudiar. Y muchos problemas de horarios”, señaló Jorge Elvira, propietario de Elvira Hogar, una empresa de electrodomésticos.

De todos modos, advirtió que “no es que hoy se vendan más teléfonos o computadoras”. 

La mayor demanda se registró en el rubro de computación. Pero no todos los hogares tienen capacidad de adquirir una máquina, menos en este contexto. Este fue el caso de pequeños empresarios pymes que debieron trasladar las oficinas a sus casas. Pero no es algo generalizado”, destacó. 

En relación a los teléfonos celulares, aclaró, “lo que no hay es posibilidad de elección. De una gama de 100 modelos de teléfonos de las 3 marcas líderes, hoy nos reducimos a 5 o 6 modelos”.

En este caso, mencionó que se trata de “un problema de industrialización ya que se corta periódicamente y no abastecen la demanda normal del país. Hoy un teléfono es algo indispensable. Se dañan, se rompen, se caen”. 

Elvira adjudicó la falta de stock “a las restricciones a las importaciones por parte del estado nacional y a los atrasos en las fábricas, en los procesos de ensamblado. Entonces, pareciera haber una sobredemanda pero no, no es que consumimos más”. 

A partir de agosto, aseguró: “todo tiende a normalizarse aunque obviamente, está supeditado a que no ocurran casos de coronavirus en alguna fábrica”. 


Producción en baja


Tanto la producción como la venta de productos electrónicos registraron una caída en el primer semestre de año, según el informe de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte), al que accedió RÍO NEGRO. 

La industria electrónica de consumo terminó el 2019 operando con un 57% de capacidad ociosa y los niveles de producción más bajos de la última década. Llegó el 2020 con la expectativa de recuperar algo del volumen perdido”, detalla el estudio.

Con la pandemia, sin embargo, en el caso de la industria electrónica de consumo, las fábricas estuvieron sin producir por más de 50 días. Por otro lado, la comercialización de esos bienes atravesó un escenario de restricción total que luego, fue parcial. 

A mediados de mayo, recordaron desde Afarte, las plantas reiniciaron la producción y comenzó a regularizarse el abastecimiento. “Pero el cierre del primer semestre dejó variaciones interanuales negativas en todas las líneas de producto. Y no está claro el panorama para los próximos meses ya que los primeros días de agosto se volvió a establecer una estricta cuarentena en Río Grande y parte de la industria está nuevamente sin actividad”, indicaron.

Televisores y celulares

El mercado de televisores arrancó este año con una fuerte recomposición de stock después de un 2019 con caídas de más del 40% en producción y ventas, según Afarte. 

Los televisores fueron la línea de bienes electrónicos que menos sufrió el efecto de la pandemia en el país. Consideraron que el aumento del tiempo de ocio y la permanencia de los consumidores en sus hogares resultaron estímulos para este mercado. Sin embargo, en los primeros seis meses del año “se fabricaron 718 mil televisores, un 2% menos que en el primer semestre de 2019 y se vendieron 788 mil televisores (-11% interanual)”.

En cuanto a los teléfonos celulares, en el primer semestre del año se vendieron 2,7 millones de dispositivos, un 22% menos que en el mismo período del año anterior. Por otro lado, se fabricaron 1,8 millones de celulares, un 48% menos que en 2019. 

Al cierre del 2019, la gama alta de celulares se reservaba el 5% del mercado. En la primera mitad del 2020, se evidenció un cambio que ubica a la gama alta en un 10% del mercado; mientras que la gama baja pasó del 42% en 2019 al 19% entre enero y junio de 2020.


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