Aparecieron las facturas de la Fundación del BPN
Fue tras recorrer un sinuoso camino durante dos años.
NEUQUEN (AN).- Tras recorrer durante dos años un sinuoso camino, el Tribunal de Cuentas le aprobó a la Fundación del Banco de la Provincia de Neuquén una rendición de gastos por un millón de pesos/dólares. Los recursos se utilizaron para financiar espectáculos, auspicios, conferencias, sueldos y contratos de los más variados.
Con estos fondos se habría financiado parte del contrato del pianista Raúl Di Blasio que se presentó en esta ciudad y en el interior al inicio de la segunda gestión de Jorge Sobisch, un pago cuyo monto el gobierno nunca divulgó.
Los recursos llegaron a la fundación, que por entonces presidía Luis Manganaro, desde el Poder Ejecutivo a través del decreto 600 de 2001, bajo la forma de un aporte no reintegrable.
El trámite que acaba de finalizar, tiene una curiosidad administrativa: contiene dos auditorías, realizadas por autores diferentes.
El primer trabajo contiene un informe lapidario que, en su parte sustancial, decía que a la Fundación le faltaba documentación para respaldar gastos por unos 400 mil pesos.
Cuando este diario publicó el 14 de junio de de 2004 detalles de esa investigación, dijo que a la Fundación del BPN se le habían perdido algunas facturas.
El segundo informe, del que no se conocen detalles y confeccionado por tres auditores diferentes, dio por válida la documentación que, en una segunda instancia, presentaron las autoridades de la Fundación a requerimiento del Tribunal.
Con el último informe de los auditores, el organismo de control que preside Violeta Mandón cerró el trámite mediante el acuerdo JR-5658 de marzo de este año, publicado en la edición del boletín oficial del 20 de mayo último.
El primero en auditar los fondos fue el contador Mario Héctor Giménez. La tarea la realizó entre abril y agosto de 2003.
Este trabajo concluye que la Fundación no pudo justificar erogaciones del aporte no reintegrable por 171.000 pesos y que otros 235.000 pesos estaban respaldados por documentación que era inválida o generaba controversia.
Giménez elaboró un informe de 90 páginas, tras recibir de parte de la Fundación una explicación en la que se intentaba justificar gastos por más de 1.100.000 pesos. L entidad, un apéndice del BPN, dividió las salidas de los fondos áreas social y cultural, pero los rubros no estaban desclasificados. Al presentar la información de esa manera, al contador Giménez le resultó difícil armar el rompecabezas de ingresos y egresos.
Tras producir su informe, Giménez solicitó una extensa licencia médica. El Tribunal designó, bastante tiempo después, a los contadores Víctor Sagripanti, Húber Darío Brugues y Hugo Ariel Cervera para evaluar los descargos que, ante el informe del primer auditor, presentó la Fundación. Se defendieron el contador Luis Fernando Ros, y en escrito conjunto Luis Manganaro, Rubén Andrián, Pablo Prenna y José Oser.
Dictamen favorable
Los nuevos auditores evaluaron la documentación anterior y las explicaciones de los funcionarios. Su dictamen fue favorable a la aprobación de la rendición de gastos, entre otras razones porque consideraron que los fondos del aporte no reintegrable fuero destinados al cumplimiento del objeto social previsto en un artículo del estatuto de la Fundación. Al menos así lo dice el acuerdo del Tribunal que además destaca que «los fondos no fueron para un fin predeterminado en un período fijado» y que «ha quedado comprobado que los fondos otorgados ingresaron al conjunto de recursos del Ente y se utilizaron para el desenvolvimiento normal y habitual».
En el acuerdo del Tribunal de Cuentas que pone punto final al polémico trámite, los vocales toman parte del informe de los auditores y coinciden que para aprobar la rendición de gastos «se tuvo en consideración la naturaleza jurídica de la entidad, características y destino del aporte no reintegrable otorgado por el decreto 600/01 y la ausencia de normas que establezcan las condiciones, formalidades y requisitos que debe reunir la correspondiente rendición de fondos».
Finalmente, la Fundación no tuvo déficit de comprobantes sino superávit porque el Tribunal le aprobó gastos por 1.540.009,42 pesos.
Hubo una causa penal por el destino de 10 millones
NEUQUEN (AN)- La primera auditoría del Tribunal de Cuentas en la Fundación del Banco Provincia, que detectó gastos por 400.000 pesos sin justificar, disparó una investigación penal. La Fiscalía de Delitos contra la Administración Pública allanó la hermética Fundación y secuestró documentación suficiente para llenar más de 20 cajas.
El allanamiento fue hace justo un año, y con un objetivo más amplio que investigar el destino del millón de pesos que el gobierno provincial le derivó a través del ya famoso decreto 600. Los fiscales pusieron el ojo sobre los gastos de la Fundación entre 2000 y 2003, y descubrieron que en ese período, el Banco Provincia de Neuquén le había girado casi diez millones de pesos. La presidencia de ambos estaba a cargo de Luis Manganaro.
La investigación fue conducida por Pedro Telleriarte. A los pocos días de que allanara la Fundación, la Legislatura lo designó juez y lo apartaron de la causa. Dos meses después, los tres fiscales que lo acompañaban fueron derivados a otras dependencias y también tuvieron que abandonar la investigación.
Hay un detalle más, que rodea al caso de misterio como todo lo relacionado con la misma Fundación: antes del allanamiento hubo tantas consultas entre magistrados (incluso con un vocal del Tribunal Superior de Justicia) que se perdió el efecto sorpresa y parte de la documentación pudo ser ocultada.
Oficialmente, la Fundación consideró «absurdo» que la investiguen, y pidió el archivo de las actuaciones casi el mismo día que comenzaron.
A través de su apoderado Javier Durquet, ofreció como colaboración los balances de 2000, 2001 y 2002, libros de sueldos, de actas de reuniones, y el libro diario general.
También se quejó porque, según dijo, la investigación le ocasionaba «un gravísimo perjuicio a la Fundación y a la entidad bancaria que es el sustento de la primera, provocando también un descrédito de sus clientes».
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