“Aquella escuela, aquellos maestros” en Neuquén

Yo me miraba hacia adentro y pensaba: “No doy lástima”, más bien parezco un esqueleto gordo. Era la época del primer grado superior en el turno mañana de la querida Escuela Nº 121, ubicada en la esquina de las calles Perito Moreno y Río Negro, cuando mi maestro Carlos Alberto Alcántara, bonaerense, también jugador de básquetbol (actuó en la primera división de Pacífico), me prodigaba tanta enseñanza como afecto que se enojaba conmigo si en alguna jornada de cada semana no pasaba por su casa –era a 50 metros de la escuela– para compartir un abundante desayuno y luego marchar juntos al establecimiento.

Lo recuerdo con toda emoción y me apena que los sucesivos acontecimientos de la vida no me hayan permitido hacer de él un amigo para siempre.

Cómo podía dejar de valorar tanta sensibilidad, si eran esas mañanas neuquinas de intenso frío sin ninguna calefacción en las aulas, pero con el desquite sublime que el sol nos otorgaba durante el recreo. Sufríamos hasta con placer pese a la logística rudimentaria del sacapuntas, el papel secante, el tintero involcable o el limpiapluma; pero también disfrutábamos de la cascarilla y la pastilla de yodo para prevenir el bocio, mientras la mayoría sostenía una pelea desigual por el acoso de los sabañones.

Si hoy alcanzamos la suerte de no tener la obligación de volver a la escuela es un privilegio, pero cómo no la vamos a extrañar y respetar si uno hasta pudo enarbolar el orgullo de saber que entre los directores y maestros de la 121, Eduardo Agapito Cortez Rearte y Víctor Manuel García, fueron consagrados intendentes de la ciudad de Neuquén durante los períodos 1954/55 y 1958/62, respectivamente.

Así las cosas, en medio de la renuente controversia sobre el inicio o no de las clases en tiempo y forma, mientras el avance de la ciencia y la tecnología sigue su derrotero, más la política y los sindicatos hacen lo suyo, pareciera que hoy la escuela está perdiendo su otrora categoría de lugar sagrado.

Dante Morosani

DNI 7.298.605

“Mientras la política y los sindicatos hacen lo suyo, pareciera que hoy la escuela está perdiendo su otrora categoría de lugar sagrado”.

Dante Morosani

DNI 7.298.605

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“Mientras la política y los sindicatos hacen lo suyo, pareciera que hoy la escuela está perdiendo su otrora categoría de lugar sagrado”.

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