¿Me volverías a contar cómo viviste aquel 17 de octubre del ‘45?

Vecinos de la región le cuentan a las nuevas generaciones cómo vivieron aquella jornada que ya es un hito en la historia nacional.

EN PRIMERA PERSONA

Juan Francisco Nieva, de Roca Para mis nietas que hoy tienen 8 años… Recuerdo que cuando tenía unos siete años, ese 17 de octubre, estaba sentado en el andén de la estación del ferrocarril de un pueblito llamado Tostado, provincia de Santa Fe, esperando la llegada del tren, junto a mi padre y otras personas del lugar. Por este medio recibíamos los diarios que nos informaban los acontecimientos recientes en Buenos Aires. Confirmando lo que ya habíamos escuchado en las emisoras de radio. Estando allí, comenzamos a escuchar gritos y frases como: ¡Lo metieron preso a Perón! ¡Viva Perón! ¡Viva Perón! ¡Qué lo larguen! ¡Qué lo larguen! Yo no entendía mucho, pero me sumé a los gritos y cánticos. Al día siguiente nos enteramos de que había sido liberado y habló frente a la Plaza de Mayo donde se congregó una multitud de trabajadores y pueblo en general. Así se inició el movimiento político llamado “peronismo” que llegó a ser uno de los más representativos de la época y que persiste en la actualidad. Pedro Salvatori, de Neuquén Pedro Salvatori tenía 13 años cuando el sector obrero se movilizó en Capital Federal para exigir la libertad de Juan Domingo Perón. Cursaba los estudios secundarios en esa ciudad y vivió la efervescencia política y militar de esa época. Nunca imaginó que años más tarde sería uno de los principales dirigentes del partido provincial que se formó en Neuquén ante la proscripción del peronismo. “Tenía en ese entonces 13 años. Había iniciado el secundario en el Colegio San Francisco de Sales de la Capital Federal, porque en Neuquén todavía no había secundario”, recordó el ex gobernador. Aseguró que en esos tiempos notaba “mucha actividad política y fundamentalmente militar”, principalmente luego de la destitución en 1943 del presidente Ramón Castillo, y de lo que se llamó el “Fraude Patriótico” de los conservadores. “Ese proceso no era totalmente interpretado por mí, pero sí sus consecuencias ya que significó la irrupción del movimiento obrero organizado en el país, lo que dio origen a una verdadera revolución”, indicó Salvatori. Los recuerdos de ese día en particular quedan vagos en la memoria de Salvatori, quien sí tiene en mente las consecuencias de la movilización obrera. “El día de la Lealtad significó un gran cambio en el país que inicio una etapa de progreso, y crecimiento, además de modernización”, remarcó. Salvatori se identificó luego, en su militancia juvenil, con el peronismo, y es uno de los principales dirigentes del MPN en la provincia. El partido se fundó en 1961 ante la proscripción del peronismo. Salvatori fue gobernador (1987-1991), diputado provincial, senador nacional y convencional constituyente, entre otros cargos.

Lucía Susana Velasco, Roca Para vos Mateo, que militás en un partido cuya raíz es el peronismo, quiero contarte como viví el histórico 17 de octubre del ´45. Fue un miércoles. De esos días de aplastante calor en Buenos Aires. Terminamos de comer y con mi hermana y mi perrito nos fuimos a jugar al jardín. Sin embargo no estábamos tranquilas, ya que durante todo el día habíamos visto a nuestros padres preocupados al leer las noticias de los diarios de la mañana y de la tarde. Entrábamos al hall a cada rato y veíamos a mi mamá, papá y abuela Celina sentados alrededor de la radio capilla, que era el centro del hogar en aquellos tiempos. Escuchaban atentamente y no nos dejaban hablar, pero se oía un griterío de voces muy fuerte que se unían en una sola voz: PERÓN… PERÓN. No entendíamos mucho o casi nada, pero al oír los aplausos y la alegría de una gran cantidad de personas y escuchar una voz grave y templada a la vez, de alguien que los calmaba, les hablaba con voz segura y enérgica y luego les pedía que se dispersaran tranquilamente, nos sentimos bien, el alma volvió a nuestros cuerpos y pensamos que algo muy bueno estaba pasando. Han pasado 70 años y todavía conservo la imagen de mi familia contenta, satisfecha por esta nueva etapa que estaba comenzando. Fue un antes y un después en la historia argentina. Jamás habría imaginado que 9 años después iba a conocer personalmente a ese hombre aclamado y vivado por cientos de voces, al cual solo había escuchado por la radio. Fuimos invitadas junto con varias compañeras del Normal donde estudiaba a compartir un café en la Quinta Presidencial de Olivos con Ministros y miembros de su gabinete. Una experiencia inolvidable. Roberto Cárdenas, de Centenario “Me enteré del 17 de octubre por la poca gente que se animaba a hablar; conversando con gente de Buenos Aires que estaba en Centenario, un peronista que nos contaba que el golpe de Estado no sólo lo hicieron los militares, ahí estuvieron los civiles metidos… Yo soy del 28, asi es que sacá la cuenta cuánto tenía en ese momento…unos 20 y pico de años”. “A nosotros nos agarraban y nos metían en la comisaría de Centenario, nos llevaban a Neuquén, nos metían una semana, nos largaban, nos mandaban a buscar….yo ese 17 de octubre estaba preso por sindicalista y trabajador de la Fruta. Nosotros hicimos estas chacra siendo pibes y cuando vino la manzana, se hicieron los galpones. Ni me acuerdo del comisario… y la gente con la que caímos… esa gente ya no está más viva, murieron todos”.

Balduvino Gallardo, de El Bolsón Al recordar el 17 de octubre de 1945, Balduvino Gallardo (91) –el afiliado peronista “más viejo de El Bolsón-, detalló que en aquella jornada estaba “trabajando en el ferrocarril en El Maitén. Siempre algún rico tenía una radio y pronto nos enteramos que habían largado al coronel Perón de Martín García. Nos dieron franco pago por el gobierno durante tres días seguidos y para todo el pueblo fue una alegría tremenda, comimos asado, bailamos para festejar con la animación de un compañero que tocaba el bandoneón, un tal Tissera, de Buenos Aires”. “Por esos años, acá no teníamos ni diarios, ni televisión, las noticias de Buenos Aires llegaban de boca en boca, o porque alguien las escuchaba en la radio –que eran muy pocas-, y después comentaba en el boliche”, remarcó. “Nací en Epuyén en 1924, así que por esa época ya tenía 21 años, recién había salido de la milicia, que me tocó en Esquel, donde tuve las primeras noticias de Perón. Incluso lo vi un par de años después, cuando nos fue a despedir a los trabajadores ferroviarios que salimos en barco desde Buenos Aires para construir el ramal desde Río Gallegos hasta las minas del Turbio, en Santa Cruz”, evocó. “Hasta que se me quemó la casa siempre tuve carné peronista. Perón y Evita me marcaron durante toda mi vida, hubo mucha ayuda a todos estos pueblos, principalmente para los más pobres, donde repartieron sillas, camas. Siempre estuve muy orgulloso de ser peronista”, reiteró. Erlinda Eugenia Tassano, de Roca El 17 de octubre fue una jornada muy importante se trató en líneas generales de una reacción popular donde miles de trabajadores concentrados en Plaza de Mayo pidieron la libertad de Perón que en ese momento se encontraba detenido en Martín García y luego en el Hospital Militar. Este acontecimiento sostenido por el Ejército (o al menos por su pasividad) dio lugar a un esquema político nuevo que rigió durante los diez años siguientes., el movimiento sindical que respaldaba a un gobierno cuyo apoyo era sustentado por las Fuerzas Armadas. Y el ingreso a la vida Política argentina de las masas no vinculadas a ningún partido tradicional, sino leales a un hombre que les había dado diversas conquistas. El 17 de Octubre marcó el fin de una vieja política. Esto debía tener una secuela electoral. Alrededor de Perón se armó un frente sobre la base de tres grupos: laboristas, radicales renovadores y centros cívicos independientes, así como del apoyo invisible pero importante de los sectores nacionalistas, que soñaban con un caudillo que permitieran la comunicación directa entre dirigente y masa y de la simpatía de la Iglesia por este militar católico devoto de la Virgen de Lujan. Recogía una serie de ideas que estaban en la atmósfera de la época, la idea de que el Estado debe tener mayor injerencia en la vida económica, la idea del compromiso del Estado con los humildes, la idea de justicia social, la idea de soberanía. Perón está vinculado a momentos felices como los que vivía el pueblo, con total ocupación, altos salarios, ausencia de inflación. Perón asumió la presidencia el 4 de junio de 1946. Fue el único proceso de facto en la Argentina que tuvo éxito electoral.

“Coco” Colás, de Viedma Héctor Coco Colás vivió su infancia en un hogar peronista, por eso recuerda el 17 de octubre del 45 hasta en los mínimos detalles. Complementa aquellas vivencias de su Temperley de origen con lo que luego fue conociendo a través de documentación y libros. Su testimonio sintetiza la experiencia y la teoría. Mi padre -cuenta- era empleado de la Aduana y ese día se demoró más que de costumbre. Todos los días, Colás padre, recorría los 18 kilómetros desde el Congreso a la estación y desde allí 25 cuadras en colectivo a la casa. Llegaba a las 19 o 20 como mucho, pero ese día cenamos, mis hermanos se fueron a dormir y yo seguí esperando con mi vieja, dice Coco. Ya los chicos del barrio sabían que había convulsión en Buenos Aires, porque desde algunos talleres de manufacturas, desde las pequeñas empresas, veíamos que los trabajadores abandonaban sus lugares y les preguntábamos dónde iban y nos contestaban que iban a Buenos Aires porque habían puesto preso a Perón. El experimentado periodista y sindicalista radicado en Viedma desde 1963 mantiene vívidos aquellos momentos. Recuerda que en su hogar, aún antes del 45, habían palpado los beneficios del peronismo, pudimos ampliar la casa a través de créditos, porque desde el 43 se empieza a plasmar el pensamiento de Perón y se empiezan a ver algunas realidades. Colás sostiene -según pudo leer una vez transcurridos los años- que Perón hizo una gran legislación, del 43 al 45 creó estatutos de trabajadores, que después fueron sancioandos por el Parlamento pero que primero fueron decretos que impulsó desde Trabajo. El cronista e historiador de 82 años vuelve a aquel relato del 17 de octubre. Hace memoria y evoca la imagen de su madre preocupada porque el hombre de la casa no llegaba y la noche caía en el conurbano. No teníamos comunicación y la radio no decía nada. Recién a las 3 de la madrugada apareció, eufórico, contento, dice. Con emoción reproduce las palabras de su padre: sacamos al Coronel. Lo tenían detenido en la Isla Martín García, lo tuvieron que traer, habló con Farrel y después salió al balcón, la plaza estaba cubierta de gente. Les relató aquella noche que fueron varios los oradores que quisieron calmar a la masa, pero que solamente cuando Farrel anunció que el gobierno había convocado a elecciones y luego de que Perón hablara, la multitud se tranquilizó. Lo primero que hizo fue invitar a cantar el himno para organizar lo que iba a decir. Ahí comunicó que se ponía al servicio del pueblo, dice Colás, recordando a su padre y complementando con sus lecturas actuales. Mi viejo contaba y mi vieja se emocionaba, dice reviviendo aquellos momentos. Colás reivindica el peronismo y las conquistas de los trabajadores. Logramos tener un mejor nivel de vida, estábamos siempre atentos a las paritarias que actualizaban los salarios, y obviamente, nos llegaban las cajas de pan dulce, las sidras, el regalo de Reyes. Pero lo que más me quedó grabado, fue que en tiempos de Perón, por primera vez pudimos ir de vacaciones, asegura. Ese viaje fue una aventura, fuimos mi madre, mi padre, mi hermanita, mi hermano mayor, una tía y yo en tres camarotes a Capilla del Monte. Nunca habíamos salido de nuestro lugar, evoca, con un dejo de emoción que no puede ocultar aunque hayan transcurrido siete décadas. Producción: Horacio Lara Colaboraron: agencias Viedma, Neuquén, El Bolsón y Centenario


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