Así remodelaron para vender esta casa en Neuquén: cuánto invirtieron y cuánto vale ahora
La dueña de una vivienda en el Bajo neuquino apostó a reciclarla para mejorar sustancialmente el precio de venta. La arquitecta Victoria Grossenbacher comparte aquí los detalles del proyecto, las fotos del antes y después de la obra y explica que con la construcción frenada por el aumento de los costos, el house flipping puede ser una buena opción para propietarios e inversores que compren, remodelen y vendan rápido.

Cuando la arquitecta Victoria Grossenbacher recibió el pedido de la clienta, recorrió en detalle la casa ubicada en la avenida Olascoaga en el Bajo neuquino. La dueña la había desocupado para venderla, pero después decidió remodelarla y ponerla a la venta más adelante a un precio que le dejara recuperar la inversión de los arreglos, sumar una ganancia adicional y la posibilidad de vivir un tiempo más allí.
Esa sería la misión de Victoria: dejar a nuevo esa casa de unos 45 años de antigüedad.
Los costos más altos para construir y una oportunidad
Por la experiencia de su estudio en Neuquén, Río Negro y Chubut sabía que los últimos tiempo el mercado se había frenado, que el alza de los costos en dólares desaceleraron la construcción de viviendas y que, entonces, reciclar una casa o incluso comprarla para hacerlo y venderla rápido, podía ser la oportunidad de un buen negocio. De eso se trata, explica, el house flipping.

La primera revisión de la casa: qué había que arreglar
Después de la primera revisión la arquitecta supo que en el listado inicial había que incluir el cambio de todas las cañerías, hacer los desagües otra vez, la red de agua, agregar un tanque cisterna, reemplazar los de gas, actualizar el sistema eléctrico y picar el piso.

El equipo puso manos a la obra. Entre las reformas, diseñaron desde cero la cocina para que quedara a nuevo. El baño también quedó a estrenar.
Cambiaron también todos los pisos y los azulejos: “La casa tiene unos 100 metros cuadrados y el piso unificado ayuda a dar la sensación de que es más amplia”, explica la arquitecta. El piso es de vinilo de alto tránsito con un aspecto similar al de la madera.


Además, se hicieron cielorrasos nuevos y una pérgola exterior con una vereda para disfrutar estar afuera. Otra decisión importante fue cambiar el flujo de circulación: taparon puertas y abrieron otras nuevas, sobre todo hacia el patio.
“La casa no tenía mucha relación con el patio. Se salía por una puerta y ahora tiene una salida más importante”, dice Victoria.

Con la pintura interior y exterior los trabajos insumieron cuatro meses y medio. Problemas detectados y resueltos sobre la marcha demoraron el foinal, asegura la arquitecta. Aún falta completar el paisajismo en el patio de atrás y el de adelante, pero ya la casa está habitada.
El equipo de trabajo incluyó una martillera
Cuando encara este tipo de obras, la arquitecta suele incluir en el grupo a una martillera para combinar el lado inmobiliario con el arquitectónico. También convocó al grupo de constructores con los que trabaja y así fue que Ricardo Manuel Alvear y equipo se sumaron a la remodelación. Victoria utilizó también sus contactos con proveedores para conseguir materiales no disponibles en los corralones.

“Si en una remodelación no sumás metros cuadrados es recomendable que la propiedad se distinga de las otras a la venta. Por eso pedí varias cosas a Buenos Aires ”, explica. Fue el caso del horno, la campana y los azulejos.

Cuánto invirtieron y cuánto vale la casa ahora
Entre el aumento de los costos de la construcción y las demoras para otorgar los permisos para la obra, la arquitecta encuentra una oportunidad para quienes quieren reciclar su casa y para quienes optan por comprar una vivienda antigua, remodelarla y venderla.
“Puede ser un instrumento hoy en día tanto para inversores como para quienes quieren vender su vivienda y aumentar el valor”, dice la arquitecta y agrega que el house flipping permite recuperar la inversión y deja una ganancia en un plazo mucho más corto que una obra nueva.

Terminados los trabajos, en los que se invirtieron 45.000 dólares, la casa se volvió a tasar. Para alquilar, pasó de 800 mil pesos a 1.600.000. Y para la venta, de 130.000 dólares a entre 200.000 y 210.000 dólares.
Mini bío

Le pedimos a la autora del proyecto que se presentara en diez líneas. Aquí, su respuesta. «Mi nombre es Victoria Grossenbacher, tengo 42 años, nací y vivo en Neuquén: Estudié en La Plata (UNLP). Trabajo de manera independiente en proyectos y dirección de obras. Me formé en construcción en seco, sistema de domótica y energía renovable (relacionado con mi carrera). Además, en pandemia hice cursos de finanzas e inversiones. Mi otra pasión son las plantas. Tengo cultivos y hago esquejes: me sirve para aplicar al paisajismo de mis obras».
Contacto: en Instagram
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