Arriaga no da el brazo a torcer 26-4-03

CIPOLLETTI (AC).- Luego de haber anunciado que no vetaría la norma con la que el Deliberante intenta frenar la licitación del mantenimiento del alumbrado público, el intendente Julio Arriaga cambió de opinión, influenciado por el sector más intransigente del gabinete. Una vez que el rechazo sea dictado, los concejales opositores usarán seguramente los dos tercios de los votos con los que cuentan para insistir. Con este conflicto interpoderes, el gabinete de Arriaga quedó dividido en dos: están los conciliadores (Alberto Weretilneck, Fabián Gatti e Isaías Kremer) y los intransigentes (cuya cabeza visible es Francisco Navarro, de Obras Públicas). Detrás del grupo de los intransigentes aparece un funcionario de menor jerarquía pero, al parecer, de ascendente predicamento sobre el intendente. Es el abogado del municipio, Hugo Frare, al que Arriaga no quería, literalmente, ni ver luego de que renunciara, inesperadamente, a la banca de la Alianza que ganó en las elecciones. Los ediles cuestionan el monto de la licitación del servicio de mantenimiento del alumbrado de las calles, el plazo de la concesión, las cláusulas de aumento automático de precios y el traslado de los mayores costos a los contribuyentes. Por eso, la semana pasada sancionaron una ordenanza que prohíbe la actualización automática de precios en contratos de obras públicas. La idea era apuntar al corazón de la polémica licitación, que además fue objetada por la Contraloría. Arriaga, que sostiene que esa ordenanza no tiene efectos retroactivos sobre procesos en marcha, como éste, tenía decidido no vetar la norma, a sabiendas además de que con los dos tercios de los votos en manos de la oposición, el Concejo insistiría fácilmente en su sanción. Pero ahora, movido por lo que recomendaron Navarro y Frare, decidió vetarla y, en caso de que los concejales insistan en la sanción de la norma, frenar la licitación y responsabilizar a los concejales por los eventuales perjuicios a la comuna.