Aseguran que la disco «Eterno» cumple con todas las normativas

NEUQUEN (AN).- El propietario del boliche bailable Eterno, Mariano Manrique, salió al cruce de las declaraciones de sus pares de Ticket. «Al decir que son los únicos que están en regla, están diciendo que el resto (locales nocturnos) están mal», sostuvo ayer. Y dejó en claro que la disco «cumple con la totalidad de la normativa vigente».

Su descargo está vinculado con las denuncias de los responsables de la disco ribereña al hablar de «competencia desleal» y trato desigualitario por parte de los funcionarios municipales. Al tiempo que solicitaron la reválida de todas las habilitaciones.

Manrique afirmó que «todos estamos bien, no sólo ellos (Ticket) sino el resto de los comerciantes, incluso los más chicos». En tanto que desplegó frente a este medio un montículo de actas y papeles que dan cuenta de sus «óptimas condiciones laborales en materia de seguridad».

Según dijo, Eterno recibe dos inspecciones por noche cada vez que abre sus puertas al público. «A todos nos exigen por igual», aseguró y enumeró una serie de cumplimentaciones con que cuenta el local. «Tenemos detector de metales, ambulancia, gabinete sanitario, sistema de cámaras, techo con acústica, barras antipánico y salida de emergencia, y seis policías de custodia», indicó.

Con todo, reafirmó que está «al día» con la normativa que exige el Ejecutivo municipal y bomberos para habilitar el lugar como un sitio de esparcimiento apto para los jóvenes que buscan divertirse.

De esa forma, Manrique se sumó a las duras respuestas que efectuó el lunes 8 de marzo pasado el director de comercio e Industria de la comuna, Fabricio Torrelday, una vez publicadas las opiniones de los propietarios de Ticket.

Tanto el funcionario municipal como Manrique negaron la existencia de «amiguismo» en el trato de un boliche y otro.

«Todos tenemos derecho a trabajar y yo con una capacidad para 1.000 personas cumplo las mismas exigencias y medidas de seguridad que Ticket», subrayó el dueño de Eterno.

La polémica que se desató en esta ciudad respecto del funcionamiento de los locales nocturnos tiene su correlato con el trágico incendio del boliche porteño Cromañón, donde murieron 193 personas. Después de ese fatídico 30 de diciembre, el escenario de las discos y pubs argentinos se modificó al calor de las inspecciones municipales y las intimaciones continuas.