Así es la labor y los riesgos que afrontan los bicipolicías en el Alto Valle
Labores múltiples y amplios recorridos ocupan a esta franja del personal de las comisaría en la zona.
El accidente ocurrido este mediodía y que dejó como saldo a un bicipolicía herido en pleno centro de Roca, sumó otro caso a la estadística de 20 siniestros que la comisaría Tercera llevaba en lo que va del 2017.
La gravedad de las heridas, al menos hasta ahora, no pasó de diagnósticos leves, pero siempre involucró a vehículos mayores, lo que da cuenta de los riesgos a los que está expuesto este sector de trabajadores de la policía provincial.
Un jefe policial cuenta que las tareas en Roca para esos efectivos tienen una activa dinámica, aunque varían los escenarios. No es lo mismo para quienes se desempeñan en la zona centro o asfaltada, que quienes son enviados a la zona rural.
En el caso de la jurisdicción de la comisaría 21°, por ejemplo, se calcula que giran a lo largo de unos 15 kilómetros, en turnos más cortos pero con mayor desgaste físico.

30 son los efectivos que integran el equipo de la Comisaría 3°, en contraste con los 12 de la Unidad 21°. Con lapsos de media hora de recreo cada dos horas de trabajo, los recién recibidos más atléticos son los elegidos, para responder con mayor rapidez a los llamados.
En la 31°, son muchos menos, apenas 5, de los cuales una se encuentra recuperándose de las lesiones que sufrió a mediados de este mes, justamente, cuando fue atropellada.
En Cipolletti, después de dos años de labor, una de las agentes contó lo que es cumplir su turno arriba de una bicicleta. Ese área de trabajo le trajo satisfacciones pero también largas horas de labor, en días de frío o calor, sin excepciones.
Los elegidos para ese puesto cumplen jornadas de siete horas, con unos 40 minutos para “bajar a base” y descansar. No cualquiera es asignado, se sabe entre los códigos internos. Al margen del rango que tengan y el estado físico, deben tener un perfil que se caracterice por la responsabilidad, la asistencia, la puntualidad y el compromiso.
Los “bikers”, como se reconocen entre ellos, salen a pedalear una vez que su “encargado de calle” les asigna una jurisdicción. El sector para la dupla puede abarcar desde la salida de bancos y escuelas, hasta zonas “calientes” del mapa delictivo, en uno o dos barrios.
Con paradas fijas a elección y momentos de ronda preventiva van repartiendo las horas, hasta el momento del refrigerio, almuerzo o cena en la comisaría, a costa de sus propios bolsillos.
En el medio, deben responder a las situaciones que vayan surgiendo, desde arrebatos y robos menores hasta rescates, peleas callejeras y accidentes. Cuando el hecho es de mayor envergadura, la intervención se amplía y colaboran efectivos en patrulleros, motos y camionetas.
En todos los casos es obligatorio el uso de casco, aunque las rodilleras y coderas son optativas. Se aliviana el uniforme en los meses de verano, cuando pueden elegir bermudas, chombas y borsegos “tácticos”, que tienen otra flexibilidad y son menos calurosos.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios