Aute cantó y enamoró al público neuquino

Presentó su nuevo disco, "A día de hoy", ante tres mil personas.

NEUQUEN (AN).- Luis Eduardo Aute cantó en Neuquén en la noche del domingo y ratificó que sus cuarenta años de carrera no fueron en vano ni mucho menos producto de la casualidad o el azar. El cantautor vino a presentar su último disco, «A día de hoy», con catorce canciones que se fueron desparramando cálidamente a lo largo y ancho de todo el estadio. «No les voy a cantar todas las canciones nuevas porque sé que prefieren escuchar las que ya conocen. Les cantaré soló trece, o doce si se portan bien».

Así arrancó el show frente a unas tres mil personas que se sumieron de poco el más absoluto relax con el transcurrir de las horas. Las nuevas poesías de este filipino y español por adopción se fueron mezclando lentamente con aquellas viejas canciones que ya son un clásico, como «Imán de mujer» y el sutil erotismo de «Mojándolo todo».

Los recitales de Aute están siempre despojados de escenografía y coreografías de alto impacto. Los ritmos de las melodías no presentan grandes

variaciones, salvo algunas incursiones novedosas. Y eso está bien pues es el estilo que Aute impuso y que lo define como un cantautor que marca la diferencia. Por otra parte, ningún eximio preparador vocal podría afirmar que la voz de Luis Eduardo sea una de las mejores y más excepcionales que existen en el mercado de la música. Entonces, ¿cuál es el secreto del éxito de este artista que independientemente de su innegable talento durante cuatro décadas mantuvo su popularidad en todo el mundo? Sencillo, todo está perfectamente logrado en las letras de sus canciones, que son poesía pura y contemporánea, como espejos de pequeñas grandes realidades, que en su boca no pueden pasar desapercibidas. «Naves quemadas» es uno de los temas nuevos que Aute le regaló al público neuquino y el aplauso fue estridente y pro

longado luego de escuchar «porque vivir es navegar tras un espejismo, detrás de un abismo sin vuelta atrás».

Luego vino «Tic tac» y su sentencia: «el futuro que será pasado, no dará ni ha dado cuerda a su reloj. Sólo el paso del incierto ahora nunca se demora porque ya pasó».

Aute se dio el placer de cantar en inglés en un tema homenaje «a ese efímero recuerdo de Sharon Stone cruzando las piernas en la película «Bajos instintos». Y cantó en francés una canción dedicada a «los surrealistas, a los precursores del surrealismo y a los que hicieron el surrealismo a su manera».

Así, entre pequeños lujos, canciones viejas y nuevos temas, Aute mantuvo hipnotizada a la platea neuquina. Fueron dos horas de clima intimista, de compartir el pensamiento y el sentir más profundo de un gran artista. El acento español marcando la voz suave y grave a la vez se dejó acompañar por cada melodía, produciendo un ensamble perfecto. Cada palabra, cada verso se encadenaba a su sucesor con la simpleza evidente e inevitable que espontáneamente generan los genios.

A cuarenta años del primer disco, Aute dejó que el tiempo hiciera mella en su rostro y en su cabello, pero no permitió que ajara su música. Por el contrario: mientras el tiempo pasaba Luis se encargó de perfeccionar sus acordes, de cambiar el vestuario de sus poesías y de proteger su estilo. En cuatro décadas estuvo ocupado en reinventarse, para llegar con «A día de hoy» a besar los pies de la perfección.


Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora