Bariloche tiene un laboratorio para innovadores

Ya funciona el espacio llamado Fab Lab Brc, lugar que permitirá “democratizar” el acceso a quienes fabriquen equipos digitales y presenten nuevas tecnologías de diseño.

Toncek Arko

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- “Democratizar el acceso a la fabricación digital y a las nuevas tecnologías de diseño” es uno de los objetivos del laboratorio que estrenó el municipio hace pocos días, y que está orientado a los emprendedores con ideas innovadoras. El llamado “Fab Lab Brc” funciona en la calle Juramento, a unos 200 metros del Centro Cívico y aspira a convertirse no sólo en un centro de capacitación y conferencias sino también a brindar un espacio para el “co-working” colaborativo y en red, que permita llevar a la práctica alguna de esas ideas prometedoras que nunca pasaron de un borrador. Los coordinadores son Peter Schwarbock y Mariano Filippini, quienes se referencian con el Punto Pyme del municipio, a cargo de Valeria Bran. Los “fablab” son una corriente mundial de laboratorios de fabricación. En el país ya existe una decena, vinculados a universidades u organismos de gobierno. La mayoría en Buenos Aires, Rosario y Córdoba. Pero Bariloche no podía quedar al margen. Schwarbock explicó que en esta ciudad existe “una alto porcentaje de gente muy capaz en nuevos desarrollos tecnológicos pero que trabaja puertas adentro”. Bran aseguró que tienen registrados en el Centro Pyme unos 120 emprendedores, de los cuales 27 son “tecnológicos”, en rubros como software, harware e ingeniería industrial, entre otros. Algunos de ellos se han nucleado en un espacio que se identifica como de “industrias creativas”. El Fablab barilochense cuenta con una impresora 3D, computadoras, televisores e incorporará en breve una cortadora láser, entre otros equipos. Por allí pasaron ya algunos emprendedores con demandas que pudieron “prototipear” un implemento nuevo para escalada en roca y ciertas piezas indispensables de un motor neumático. Todo con la impresora 3D y el asesoramiento de los técnicos del laboratorio. Otro joven emprendedor que estudia ingeniería elaboró en minutos un botón antipánico que llama a un teléfono celular programado. También hubo ya experiencias para desarrollar un capuchón que permite enchufar artefactos eléctricos a salvo de los chicos y un patín de ruedas adaptable a la bota de ski “para desplazarse en la base del cerro cuando no hay nieve”. Juan Pablo Di Massa, un emprendedor local que fabrica drones, también participa activamente del Fablab, y se han acercado técnicos interesados en desarrollar prótesis y otros implementos de uso medicinal.


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