Investigan si a Lucas lo ejecutaron

Investigan si a Lucas lo ejecutaron

Alicia Ocares y Benjamín Muñoz recibieron en las últimas horas una noticia que les desgarró el corazón: su hijo, el oficial ayudante de la Policía de Río Negro Lucas David Muñoz, que estuvo desaparecido 27 días, fue asesinado con un disparo de arma de fuego en la cabeza. “La fiscalía no tiene dudas de que se trata de un homicidio”, afirmó ayer el fiscal Martín Govetto en dos ocasiones, para descartar cualquier otra hipótesis.

A Lucas lo mataron vestido con su uniforme, tenía su arma reglamentaria y la billetera con su documentación. Los investigadores no pudieron precisar cuándo lo asesinaron. Tampoco que el homicidio haya ocurrido en el lugar donde lo hallaron el miércoles después del mediodía. Los análisis del gabinete criminalístico y forenses de Gendarmería aportarán esos datos que son clave para la investigación.

Por la tarde, Gendarmería allanó el predio de la Policía Montada porque la querella sospechaba que allí podrían haber escondido el cuerpo, pero no hallaron rastros que lo corroboraran.

Karina Chueri, abogada querellante, dijo anoche que durante el allanamiento se levantaron algunos elementos para su peritación. “Nos vamos tranquilos porque pudimos hacer la diligencia”, sostuvo.

Aunque admitió que la peritación de los elementos que recolectaron los gendarmes “por ahí no sale como nosotros pensamos”.

La revelación de una fuente con acceso a la causa es estremecedora: el cadáver tendría un disparo en una pierna y otro en la nuca, lo que hace sospechar que lo ejecutaron.

La desaparición de Muñoz había generado un remezón en el gobierno provincial y una crisis interna en la Policía de Río Negro. La confirmación de que se trata de un homicidio estremeció la cúpula del Ejecutivo rionegrino y puso en apuros al gobernador Alberto Weretilneck, que ratificó ayer al ministro de Seguridad y al jefe de la Policía, que recibieron en las últimas horas una lluvia de críticas.

Hay dos policías detenidos hasta el momento. El sargento Néstor Meyreles está preso imputado de encubrimiento agravado y el oficial Luis Irusta, acusado de haber allanado sin orden judicial el domicilio de Muñoz en esta ciudad. Además, hay tres comisarios y oficiales imputados de haber desviado la investigación para hallar al policía.

“No se descarta ninguna hipótesis respecto de quienes pudieron haber sido los autores del hecho”, respondió Govetto cuando se le preguntó si la hipótesis fiscal apuntaba a personal policial.

Los familiares de Muñoz sospechan desde el primer momento que policías estuvieron involucrados en la desaparición.

El hallazgo del cadáver y la posterior confirmación de que se trata de un homicidio resurgió la hipótesis de una posible vinculación con el crimen de Micaela Bravo.

“Es innegable que hay puntos de contacto respecto de donde ocurrió el hecho -admitió Govetto-. No descartamos que pueda tener alguna vinculación en razón de estas coincidencias que son muy llamativas”.

El cadáver de Micaela apareció el 6 de abril pasado, en un descampado, a unas pocas cuadras del barrio 2 de Abril, donde tenía su domicilio. El cuerpo sin vida de Muñoz lo hallaron el miércoles en un descampado, situado a menos de 1.000 metros del sitio donde apareció la joven.

Muñoz había desaparecido el 14 de julio pasado cuando se dirigía a trabajar en la comisaría 42 del barrio 2 de Abril. Dos agentes lo cruzaron a las 13.20 en la avenida Juan Herman, en cercanías del barrio. Después, vieron que Muñoz dialogaba con el conductor de un Chevrolet Corsa gris.

Fuentes judiciales aseguraron ayer que Muñoz no trabajó en la investigación del crimen de Micaela. Pero se desempeñaba en la comisaría del barrio. Para algunos familiares de Micaela no hay dudas de que ambos homicidios están relacionados. Pero esas sospechas aún no se corroboraron con pruebas.

Govetto dijo ayer que la autopsia del cuerpo de Muñoz la hizo un médico forense que llegó de Buenos Aires, con la participación de los forenses locales del Poder Judicial. Sostuvo que en las próximas horas recibirá un informe preliminar.

Los abogados querellantes Alejandro Pschunder y Karina Chueri habían aportado el dato del lugar donde supuestamente estuvo el cuerpo de Muñoz, en la hipótesis de que lo plantaron en el sitio donde lo encontraron, pero no se pudo corroborar esa idea.