Se acerca la licitación para recuperar la calle Mitre

Gennuso anunció que después del invierno arrancarán los trabajos que dejó inconclusos la empresa Planobra.

Hormigón, bolardos de metal a prueba de choques, cableado subterráneo y nueva iluminación tendrá la calle Mitre, la más famosa del turismo de Bariloche, en menos de un año, según promete el intendente Gustavo Gennuso. La obra, además de quedar paralizada por la salida de la empresa constructora, está mal hecha: los adoquines se hunden y las baldosas se parten.

La calle volverá a estar en obra posiblemente a partir de la primavera. Las tareas serán para culminar la obra que dejó abandonada Planobra, la empresa de Patricio Farcuh, que tiene un conflicto con Hugo Moyano por el manejo del correo privado OCA.

La obra que se realizó con un crédito del banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través de la Unidad Ejecutora Provincial tendrá una nueva licitación para que una empresa concluya las tareas y para eso el municipio colaboró en definir qué se debe realizar y en armar el pliego de licitación que está próximo a salir.

El intendente Gustavo Gennuso confirmó a “Río Negro” que está a un paso la nueva licitación que realizará la provincia y que en los próximos días mantendrá una reunión con la Cámara de Comercio para transmitir cuáles serán las obras.

La idea es empezar de inmediato, tras el invierno porque las tareas son al aire libre y el clima impide muchas obras, y concluirlo para fin de año.

El municipio con un aporte de 4 millones de pesos de la provincia logró acondicionar la calle y las fallas para pasar la temporada de verano, se instalaron maceteros para reducir la calzada de circulación de vehículos y para evitar el estacionamiento, y se levantaron adoquines sueltos.

Gennuso se mostró conforme con el resultado de esa intervención que sacó el foco de la queja a la calle Mitre y anticipó que con la futura empresa que tome las obras, con fondos del BID, se realizarán boca calles con hormigón impreso, se retirará y cambiará cañería vieja y pluviales.

También se instalará el mobiliario urbano, se colocarán bolardos de metal (similar a los colocados en la calle Florida de Buenos Aires) en lugar de los maceteros que provisoriamente están ahora y se definirán espacios de dársenas para carga y descarga, es decir para la detención breve de algún vehículo que requiera llevar mercadería o provisiones a un comercio de la arteria.

Se deberá concretar además el cableado subterráneo que la obra debe disponer y cada prestadora de servicio culminar con la remoción del cableado que ahora es aéreo y afecta la visibilidad.

La obra que abandonó Planobra en mayo del año pasado es objeto de dos investigaciones, una judicial con poco grado de avance y otra administrativa que está en la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, para determinar si hubo responsabilidad de organismos o funcionarios provinciales en el desenlace de la situación.

La lavada de cara ayudó a pasar el verano. Se perdieron espacios de estacionamiento que no fueron reemplazados (se había planeado un sector para dejar los autos en 45 grados en la plaza de la Catedral) y la reducción de calzada con los maceteros hizo más lento el tránsito, pero, lejos de provocar un colapso, la intervención mejoró la imagen de la calle comercial que los turistas recorren de una punta a la otra y que tiene opciones que van desde los restaurantes hasta las artesanías.

“No podemos darnos el lujo de tener la calle así, venimos peleando con todos los organismos, nos hicimos responsables”.
El intendente Gustavo Gennuso defendió su participación.


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