Benja, el gaucho de 7 años que cabalga la Patagonia: la historia detrás del video viral

En Cholila, al noroeste de Chubut, Franco Guzmán filmó este video de su hijo que ya tiene miles de reproducciones en las redes. Acá cuenta cómo lo grabó y la pasión que ambos sienten por los caballos y el campo.

Franco Guzmán compra un estabilizador para el celular y decide probarlo al galope. Filma a su hijo Benjamín, de 7 años, en Cholila, al noroeste de Chubut, que monta a Corcho, el caballo criollo que le regaló su bisabuelo Ramón.

El escenario no puede ser más lindo, entre valles y montañas y esa laguna de deshielo que aparece en abril y termina de evaporarse en diciembre, que ahora Franco y Corcho atraviesan con calma.

Benja, todo un gaucho. Foto: Franco Guzmán.

Franco edita el video, le suma un fragmento de esa canción emblema de Argentino Luna, la que dice mire que es lindo mi país paisano. Y lo publica. Enseguida tiene miles de reproducciones y cientos de comentarios.

«Benja se hizo inseparable de Corcho. Le pusimos así porque es cortito y gordito. Es noble, resistente, manso y tranquilo como buen caballo criollo. Es ideal para él», explica Franco, de 34 años, que vive en Esquel con su hijo y su pareja y cuando es necesario los fines de semana va al campo donde los abuelos tienen ovejas y vacas a llevar provisiones, medicamentos y vacunas, por eso está autorizado a circular.

Benja aprendió a cabalgar a los 3 años. Foto: Franco Guzmán

«Benja siempre pregunta cuando vamos al campo. Es su pasión. ¿Cómo le enseñé a andar a caballo? Creo que esto no se enseña, se aprende. Vos te subís y vas para adelante, mirás al que va a adelante. Benja hizo eso. Se subió a los tres, cuatro años y nunca más paró. Incluso aprendió a silbar antes que a hablar. En los arreos es así, uno silba. Después volvíamos a casa y silbaba frente a la computadora. La madre me preguntaba por qué silbaba. Y yo le respondía: «Porque viene del campo».

Benja y Franco. Padre e hijo. La misma pasión.

Benja también participa de los arreos. Este año, por ejemplo se integró como cuarta generación un día de pleno sol. Estaba su bisabuelo Ramón, que a los 90 años sigue montando, su abuelo Nóbel (a Ramón le gustó el nombre al leerlo en el diario), su papá Franco y él, orgulloso en su montura y protegido del sol por un sombrero.

Benja, Franco, Nóbel y Ramón. Cuatro generaciones a caballo.

Franco solía organizar cabalgatas rumbo a la frontera con Chile en la cordillera, hasta a un glaciar a 3 km del límite. Pero como los ingresos eran solo en verano, debió mudarse a Esquel con su familia en busca de un ingreso fijo. Hoy es empleado en una ferretería, pero no renuncia al sueño de algún día volver al campo donde es tan feliz como su hijo.


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