Boca y River igualaron 1-1 pero el Superclásico pudo ser para cualquiera

El derby finalizó igualado aunque los dos tuvieron chances para ganar. Boca fue efectivo en la parte final de la primera etapa y se adelantó gracias a un penal de Villa. El Millo equiparó las acciones en el ST y llegó al empate por intermedio de Palavecino.

En el fatídico 2020 atravesado por la pandemia no hubo Superclásico, y en los primeros dos meses y medio de este año ya tuvimos dos. Aunque el tiempo sacuda el calendario o la dinámica de las urgencias en el siempre imprevisible fútbol argentino nos ofrezca otra vez un nuevo cara a cara, quedó claro que el Superclásico mantiene inalterable la esencia de una cita inigualable, sin importar la desolación de las tribunas vacías.

Este Boca – River, duelo interzonal de la quinta fecha de la Copa de la Liga, tuvo de todo. El 1-1 final quizás no traduce los vaivenes que soportó el partido, en donde ambos tuvieron posibilidades de quedarse con el premio mayor. No es que el resultado no le quede bien al derby, pero si uno u otro hubiera sido capaz de afinar la resolución de las situaciones a favor, estaríamos hablando de un plan perfecto por el lado de Boca o la ratificación de un equipo voraz y que nunca se da por vencido como River.

Esta vez no hubo otras competencias continentales que pudieran “distraer” la atención de este duelo. Los entrenadores echaron mano al golpe de efecto táctico en la previa, y hubo enroque: Russo puso esta vez una línea de tres en el fondo y Gallardo acomodó a cuatro defensores por primera vez en este año, con el regreso a la zaga de Jonathan Maidana en su primer partido en el segundo ciclo en el club.

La ausencia por lesión de Edwin Cardona pareció afectar la producción ofensiva de Boca, que lució atado, sin deslpliegue y con una actitud pasiva en la primera media hora de juego. No fue necesario quitar el velo al plan de Boca: la intención clara era contraatacar, pero si no había quite y sorpresa, la estrategia se caía.
River dominaba, pero no lastimaba. No lograba romper la muralla de los tres centrales xeneizes, comenzó a frustrarse y a cometer errores. Y ahí sí Boca no desaprovechó la ocasión.

Gonzalo Maroni se hizo cargo de manejar los hilos y a los 35’ habilitó de manera notable a Fabra, quien le sirvió el gol a Tevez. El Apache no definió bien, en parte por la presencia de Franco Armani, que le ahogó el grito en la jugada más clara del partido.


Boca no dejó pasar el momento de confusión del rival y 5’ después, una magistral asistencia de taco de Tevez para Capaldo, terminó con Paulo Díaz derribándolo en el área. Sebastián Villa ejecutó la pena con eficacia y el Xeneize se adueñaba del clásico.

El equipo de Russo hizo valer su autoridad y al inicio del ST salió a liquidar a River. Maroni se lo perdió solo ante Armani al rematar desviado, luego de una asistencia de Tevez, y llegando al cuarto de hora el ‘1’ de River, con una doble tapada (ante Tevez primero y contra Maroni después) mantuvo a su equipo en partido. El escenario estaba servido para Boca.

Pero cuando el Muñeco tenía preparados los ingresos de Vigo y Zuculini, llegó el gol del empate. Los que iban a dejar el campo, Palavecino y Angileri, armaron la jugada del empate ante una distracción del fondo local. El lateral metió un centro exacto desde la izquierda y el debutante en los superclásicos metió un cabezazo perfecto que superó la estirada de Andrada.

En la siguiente jugada, el peruano Zambrano se ganó la segunda amarilla por un manotazo a Suárez y dejó a Boca con 10. El Xeneize padecía su minuto fatal y el viento a favor que tenía en el partido, cambiaba drásticamente a falta de 23’ para el final.

Ante la roja a Zambrano, Russo mandó a la cancha e hizo debutar a Marcos Rojo. River se fue con todo hacia el arco de Andrada pero cuando acorralaba a su rival, Milton Casco vio la segunda amarilla por una falta a Fabra y todo igual otra vez.

Los minutos finales fueron golpe por golpe, pero el que casi noquea fue River. A los 43’ Andrada salvó con lo justo una entrada de Zuculini cuando la pelota se le metía, luego de haber recorrido la línea del arco.
El pitazo de Tello los dejó conformes ya que los dos estuvieron a la altura de la importancia de la cita, y a la vez respiraron aliviados porque entendieron que se llevaban algo cuando pudieron quedarse sin nada.


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