Brasil: Temer sobrevivió a otra acusación, pero su futuro es incierto

El presidente de Brasil, Michel Temer, logró un triunfo sin sobresaltos en el Congreso para no perder la inmunidad, pero el apoyo con el que cuenta no alcanza aún para que el legislativo apruebe su agenda de reformas económicas. Los 251 votos favorables – sobre un total de 513- para rechazar la segunda denuncia por corrupción contra Temer están lejos de los 308 que el Gobierno necesita para contar con una mayoría autónoma que le permita sancionar los proyectos propuestos por el oficialismo.

El gobierno logró ese apoyo después de arduas negociaciones en la Cámara Baja. El Ejecutivo aprobó una serie de descuentos impositivos para diferentes sectores productivos, renegoció deudas de estados y municipios con el Gobierno central e hizo promesas de cargos para parlamentarios, según la prensa.

El costo de todas las esas negociaciones rondó los 3.700 millones de dólares cedidos a sus aliados. Entre los más beneficiados por las concesiones está la poderosa bancada de 190 diputados que representa el sector agropecuario.

Trabajo esclavo, no tan malo

La semana pasada, el Ministerio de Trabajo aprobó normativas que atenuaron la definición de trabajo esclavo y que obstaculizaban el combate al trabajo forzado en Brasil. Esta era una vieja demanda ruralista, que suelen ser los que más trabajadores emplean en condiciones a veces infrahumanas. Las medidas, que supusieron para el gobierno brasileño repudios nacionales e internacionales, fueron suspendidas esta semana por la Corte Suprema.

Este nuevo triunfo de Temer en el Congreso es visto en Brasil como una garantía de que el presidente permanecerá en el cargo hasta el fin de su mandato, el 31 de diciembre de 2018. No obstante, sale debilitado, ya que cumplir cada promesa le supone un duro golpe a la tambaleante economía, que había mostrado algunos síntomas de recuperación .

El Ejecutivo depende de las concesiones que haga en el Congreso, que en periodo electoral es renuente a votar el paquete de privatizaciones y de reformas económicas que exige el mercado pero son muy impopulares. Así, Temer ve alejarse la posibilidad de aprobar la reforma del sistema jubilatorio, que es vista como fundamental por el equipo económico para equilibrar el déficit publico.

En poco más de un año de gestión, el oficialismo logró aprobar demandas del sector financiero, como las controvertidas leyes de flexibilización laboral y el congelamiento por 20 años de la inversión pública. Temer, según las encuestas, tiene una aprobación menor al 5%, el más bajo para un mandatario desde la vuelta de la democracia. En medio del escándalo “Lava Jato”, el megaproceso anticorrupción, el 94% de los brasileños no se siente representado por sus políticos.

“Brasil es mayor que cualquier desafío. Y está aún más fuerte después de que sus instituciones fueron puestas a prueba. Al final la verdad venció”

Presidente Temer, tras la votación del Congreso.