Cantoneras, desocupación y pobreza 07-12-03

Realizaron un relevamiento en uno de los barrios más postergados de Viedma

VIEDMA (AV)- Las Tablitas. El típico y económico sistema de construcción con el que se levanta este grupo de humildes y pequeñas casitas le da nombre a este barrio de Viedma donde tanto como el viento, pega fuerte la pobreza.

Agrupa a los que menos tienen pero también al ingenio y la fortaleza para sostener la pesada e indigna carga de la falta de recursos que implica carencia de alimentos, de posibilidades, de concretar ilusiones y pareciera que hasta de los derechos como los de cualquier otro ser humano.

Este barrio que habitan 447 personas -de los cuales 230 (51%) son niños y jóvenes menores de 24 solteros que viven con sus padres- se encuentra dividido en cuatro sectores: Los Chinos, Nehuén, Fátima y Vial. Se ubica en cercanías a los populares barrios Lavalle y Mi Bandera y de lo que fue el viejo basural de esta capital hasta hace poco tiempo. Allá donde casi termina Viedma, lejos de la verde y arbolada costanera que bordea el caudaloso río Negro. Ahí tan cerca de este torrente pero donde, como si fuera una ironía, la mayoría de la gente no tiene agua ni sombra.

Un relevamiento realizado por la Vicaría de la Fraternidad de la diócesis d Viedma y la Fundación «Alternativa Popular» desnuda la realidad de uno de los sectores viedmenses más castigados por la falta de recursos.

La gran mayoría de los vecinos de esta barriada son argentinos y en escasa proporción bolivianos y chilenos. Las edades promedios rondan entre los 18 y los 35 años y sólo 14 superan los 50 años. Todos en plena etapa productiva de la vida. Suman 118 familias, de cuyos integrantes 217 son adultos, siendo entre ellos mayoría las mujeres (55%).

El relevamiento realizado destaca como dato sobresaliente, por ejemplo, que de la totalidad de los vecinos de estos sectores sólo cuatro poseen obra social, los demás concurren a los periféricos o al hospital público. La mayoría (83,4%) están casados o en concubinato y un porcentaje menor (13%) son solteros o solteras con hijos. De los adultos un porcentaje importante (34%) terminó la primaria, un 30% no lo concluyó y un 21% cursó el nivel medio aunque el 6,9% se recibió. Sólo 14 personas fueron registradas como sin estudio. La gran mayoría de los adultos (97,3%) goza de buena salud y las familias tienen una composición numerosa algunas con cinco a nueve integrantes (26%).

Casi de papel

Las maderas cantoneras, el nylon grueso en el mejor de los casos, chapas de cartón y deshechos de construcción son los elementos utilizados para levantar las casas que se distribuyen en 118 terrenos con y sin papeles. Son pocos los ladrillos que se observan. Las viviendas son pequeñas y en algunos casos se asemejan a las que muchos papás construyen a sus hijos en el patio de su casa para jugar a las muñecas. La mayoría sólo tiene una habitación, con pisos de tierra o cemento y los baños son letrinas que se encuentran fuera de la casa. Los servicios esenciales como agua, luz y gas indispensables para una vida digna son prácticamente inexistentes. El 70,3% de las viviendas no posee ninguno de ellos, sólo el 5% tiene luz y el 11% agua y sólo 16 viviendas (13,6%) los dos servicios. (AV)

Los chicos son mayoría

Los niños y adolescentes son mayoría en el barrio Las Tablitas. Suman 230 y de ellos 88 no superan los tres añitos. Los que se encuentran en edad escolar enfrentan problemas de repitencia, sobredad en los grados, desgranamiento escolar, déficit alimentario, maltrato infantil y la no utilización del tiempo libre adecuadamente. Se detectó que 18 jóvenes no terminó la primaria. Al igual que los adultos los niños gozan de buena salud a excepción de dos que sufren problemas derivados de una alimentación no adecuada.

El relevamiento realizado por la Vicaría de la Fraternidad de Viedma también indagó sobre la ocupación de los vecinos de este sector, concluyendo en que el 80% son son hombres jefes de hogar y el 20% son mujeres que están a cargo de sus hogares.

La desocupación es el principal problema llegando al extremo de afectar al 67,7% de las cabezas de familia; el 26,6% (30 jefes) están subocupados y sólo el 6% (7) tienen empleo. En general la población adulta posee escasa o nula capacitación laboral, desempeñándose los hombres como obreros de la construcción, peones rurales, limpieza de patios, changas, vendedores ambulantes, jornaleros, jardineros, taxistas; mientras que las mujeres ejercen tareas de baja calificación en general de servicio doméstico. El común denominador de estos hogares son los ingresos económicos bajos o nulos. Además los trabajos temporales impiden un ingreso fijo mensual ni siquiera en los casos de quienes son beneficiarios de planes sociales por estar sujetos a una renovación cada tres meses con el riesgo de las bajas. Varias familias viven de la recolección y venta de materiales de descarte, actividad a la que se suman los niños y mujeres.

Según las encuestas realizadas en los distintos hogares muy pocos son los ingresos mensuales que superan los 150 pesos. Para la mayoría (45%) esa suma es lo que obtiene en 30 días; un 17,7% supera ese monto y un 19,6% no tiene ingresos. (AV) 


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