Caracas, una tierra de contrastes

De un lado, la violencia y la inseguridad. Del otro, sus entrañables rincones que explican por qué es mucho más que una ciudad de paso.

Diario de viaje | Venezuela

Venezuela alberga algunas de las playas más lindas del mundo en el archipiélago de Los Roques, lugares espectaculares como Roraima y una naturaleza desbordante como el Salto del Ángel, entre otros atractivos. Pero es raro encontrar una nota que hable del encanto de Caracas, una ciudad de contrastes de la cual se conocen más sus facetas negativas, como la violencia, la inseguridad y la pobreza.

JUAN IGNACIO PEREYRA

pereyrajuanignacio@gmail.com

La capital venezolana es un paso casi obligado para los visitantes que van hacia los puntos más turísticos del país. La mayoría elige demorarse lo menos posible e incluso muchos pasan la noche al lado del aeropuerto sin entrar en la ciudad antes de seguir su ruta. Se trata de una urbe peligrosa en la que es complejo manejarse. Esto es tan cierto como que el turista en general no sabe lo que se pierde al no recorrerla.

Al llegar por primera vez hay que vencer el rechazo que pueden provocar las primeras impresiones: su tráfico caótico, los gritos en las calles y hasta el calor son difíciles de digerir. Pero hay rincones y aspectos que la convierten en un lugar entrañable, con su gente dispuesta a conversar y hacer bromas.

Caracas está a un paso del Mar del Caribe, del que la separa El Ávila, una inmensa montaña que algo la protege del calor sofocante de la costa. El Ávila, además, sirve de brújula y nos dice siempre dónde está el norte.

PROTESTAS

Crecieron en el último año y esto hace que todo sea aún más difícil. Si no se cuenta con alguien que haga de guía, el sentido común es un buen aliado. El visitante debe saber que en las noches no conviene andar a pie solo por las calles y que es mejor evitar los mototaxis. Lo más seguro para prevenir robos o secuestros es buscar taxis en paradas oficiales, hoteles o restaurantes.

La vida cotidiana está atravesada por los problemas crónicos: la inflación supera el 50 % anual -los precios suben cada semana-, el dólar paralelo se cotiza 12 veces más que el oficial, hay desabastecimiento -escasean productos básicos como papel higiénico o leche- y el crimen creció de forma exponencial en las últimas dos décadas, al punto que Caracas tiene una de las tasas de homicidio más altas en el mundo.

La ciudad está rodeada por los “barrios”, tal como se llaman a las villas miseria. Con solo recorrer el camino desde el aeropuerto hasta Caracas se ven las viviendas precarias colgadas de las montañas y da la sensación de que en cualquier momento se van a caer. Y esto no es fantasía: sucede con las lluvias que provocan muertos y miles de evacuados casi todos los años. Los problemas de vivienda son tan reales como que en esos barrios hay miles que hombres y mujeres que lograron sentirse personas en los últimos años: “Antes no existía, no tenía para comer, no sabía leer ni escribir, nadie me tenía en cuenta”, me dice Nancy Mavares en El Valle, barrio del sur de Caracas.

El mismo testimonio se multiplica al hablar con otras personas de bajos recursos, que en el último año de a poco comenzaron a cuestionar ciertos manejos del gobierno de Nicolás Maduro, quien tiene menos apoyo que el fallecido presidente Hugo Chávez. Como sea, los pobres empezaron a tener más visibilidad para el Estado, que los puso como prioridad en sus políticas, dándole oportunidades que antes no tenían -desde estudiar hasta participar de actividades culturales-. Además, el transporte -metro o teleférico- desde hace unos años también llega a las zonas más carenciadas, dando la posibilidad a muchos de llegar a la ciudad a diario.

De todos modos, el tema es muy complejo y el objetivo de esta nota no es debatir sobre la realidad político-social de Caracas. El asunto es que, en medio de toda esta conflictividad, muchas veces se cree que la capital venezolana no tiene nada para ofrecer. Y eso es un gran error. Porque, con la salvedad de que hay que tener cierto espíritu aventurero para descubrirla, Caracas puede llegar a ser adorable. Tal vez esto también pase porque alberga, de alguna manera, ese aire triste de todo lo fabulosa que podría pero no llega a ser. Igual, Caracas es más que una eterna promesa.

CHÁVEZ

El fallecido presidente Hugo Chávez está omnipresente en Caracas. Se esté o no de acuerdo con sus ideas, resulta interesante ver cómo permanece vigente el culto a su figura cuando ya pasó más de un año de su muerte. Su rostro, con una penetrante mirada, lo observa todo desde murales, edificios o carteles. En este sentido, el barrio 23 de enero es una visita obligada: allí está su tumba en el Cuartel de la Montaña, el mismo lugar donde encabezó el fallido golpe de Estado de 1992 que lo mandó a la cárcel y, a la vez, lo catapultó como líder popular. En sus inmediaciones ahora hay una capilla en su honor que se llama Santo Hugo Chávez.

DÓNDE QUEDARSE

En general los extranjeros eligen para hospedarse o vivir la zona este de la ciudad, la más acomodada y custodiada, a la vez que bastión opositor donde se concentran la mayoría de las protestas. En el este, las zonas más elegidas son Chacao, Altamira, Las Mercedes y Los Palos Grandes. En ellos están los hoteles (desde 1.100 bolívares la noche una habitación doble), restaurantes (desde 700 bolívares) y algunos bares. A excepción de Las Mercedes, estas zonas están conectadas con el metro, que es muy eficiente, tiene aire acondicionado y es seguro para viajar.

Para hablar de precios, antes hay que tener muy en cuenta la cuestión cambiaria, que lo modifica todo (y que muta permanentemente). El cambio oficial dice que un dólar es igual a 6,30 bolívares. Mientras que el dólar paralelo llegó en marzo a 80 bolívares por dólar. Así, una cena por 800 bolívares puede ser equivalente a 10 dólares, según la cotización paralela, o a 127 dólares, tomando el dólar oficial.

ESPACIOS VERDES

• La Estancia. Es un parque renovado por la petrolera estatal Pdvsa. Se trata de una de las primeras quintas de la ciudad, de estilo colonial, donde cuentan que se tomó el primer café en Caracas. Es un espacio parquizado y arbolado que hace que uno se olvide de que está en medio de la ciudad. Hay wifi y un área donde la gente se sienta con sus laptops. Suele haber conciertos gratuitos organizados por Pdvsa.

• Parque del Este. Es ideal para una caminata entre lagos artificiales y animales, que le dan un aire de zoológico. También hay un sendero para correr, amplios espacios verdes para hacer deportes o un picnic, canchas de cemento para jugar al fútbol, al básquet y al voley. Hay clases gratuitas de yoga al aire libre.

• El Ávila. Esta montaña tiene un encanto especial. Si hay algo que unifica a los caraqueños -con lo difícil que esto resulta- es que todos dicen que El Ávila “es una maravilla”. Hay varias opciones para subir a pie, con recorridos de diferente dificultad y duración. Otra opción es subir con el Teleférico hasta el Hotel Humboldt, que está abandonado y parece de la película El Resplandor. Galipán es un pueblito de montaña con restaurantes muy buenos. Otra opción altamente recomendada es Casa Pakea, un restaurante vasco, para el que es necesario reservar.

ESCAPADAS IMPERDIBLES

• El Hatillo. A una hora, o menos, del centro de Caracas está El Hatillo, un pueblo de casas bajas al que se puede llegar en buses o taxi. Es un lugar tranquilo, con angostas calles adoquinadas, en las que se puede dar un paseo entre medio de tiendas de artesanías, bares, restaurantes y una placita, todo en estilo colonial. También hay hostales para alojarse.

• Pozo Suruapo. Está a una hora en auto desde Caracas, arriba de un valle, en un ambiente selvático tropical. Allí hay una parrilla uruguaya, atendida por su dueño que suele estar muy dispuesto para charlar con los visitantes. En el lugar hay hospedaje; cada habitación tiene una especie de terraza al aire libre, donde la hamaca paraguaya es ideal para la siesta mirando la naturaleza. Es necesario reservar y en ese mismo momento se puede coordinar la logística para llegar.

• Playas. A partir de una hora por autopista desde Caracas ya empiezan las playas, pero las mejores, como Chichiribí y Choroní, están un poco más lejos. En un hora de vuelo se puede llegar hasta el archipiélago de Los Roques, un Parque Nacional en el Mar Caribe; nadie dudaría en decir que sus playas están entre las mejores del mundo.

GASTRONOMÍA

En Caracas hay una oferta variada de comida. Desde las típicas arepas hechas con harina de maíz, que se venden por todos lados, hasta distintos platos de pescado que se sirven en restaurantes. Hay una abundante oferta de sushi. También tascas españolas, parrillas argentinas y comida china. Algunos lugares recomendados son:

• 360. Su nombre se debe a que este bar ofrece una vista de 360 grados de la ciudad, en una terraza en la que se pueden tomar tragos -hay una amplia oferta de mojitos- y comer pizzas, ensaladas y ceviches, entre otros platos. Un DJ da un ambiente chill out, en un living con sillones y hamacas. En su mayoría asisten extranjeros y la clase alta.

• Alto. Restaurante de fusión venezolana, con un tema diferente cada semana (cacao, cerveza, etc.). Es el único de Venezuela en la lista de los top 50 del mundo y América Latina, según los rankings de revistas especializadas.

• Cuadra Gastronómica. Es una especie de patio de comidas donde se concentran uno pocos restaurantes. Está a cuatro cuadras de la plaza de Los Palos Grandes. Catar tiene buenos platos, como tiradito de pescado y carnes, y ricos postres.

• Juanchos. Esta tasca peruana es uno de mis lugares favoritos. Está en Chacao y de afuera, con su fachada inexpresiva, no parece que tenga mucho para ofrecer. Lo mejor está adentro, con su raciones de pulpo, ceviche y tiraditos de pescados, acompañados de pisco sour.

CULTURA

• Centro histórico. Una de las mejores opciones para descubrir el centro histórico es hacer un recorrido con Urbanimia, un proyecto independiente de turismo cultural que propone recuperar las pequeñas historias de Caracas con recorridos temáticos.

• Música clásica. “El Sistema de Orquestas” funciona desde los 70 y es uno de los motivos de orgullo más grandes de Venezuela. Más de 400.000 chicos se forman en sus filas interpretando a leyendas como Mozart o Vivaldi. Las orquestas, que están en todo el país y son una referencia de calidad en el mundo, brindan conciertos gratuitos en Caracas.

• Lugar Común. Es una librería independiente que está en diagonal a la Plaza Altamira. Tiene talleres y diversas actividades culturales. La fundaron un grupo de jóvenes inquietos, que además crearon una editorial. Tiene un espacio para tomar café pero también se puede llegar con una botella de vino, que enseguida comenzarán a surgir temas de conversación con sus dueños o los visitantes.

• Celarg. Centro cultural estatal con una programación de cine de autor, un espacio con wifi, un café y una librería. Al lado hay un bar chavista, con música de protesta.

• Los Galpones. Es un centro de arte que está en unos galpones que estaban abandonados. Los sábados por la noche hay cine al aire libre, en compañía del canto de las ranas. También hay un restaurante, que ofrece brunch, un café y una librería.


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