Homenaje a Rubén L. Crespo

Horacio Massaccesi

Exgobernador de Río Negro

VILLA REGINA

En tiempo de urgencias e inmediateces tres meses son una eternidad. Es un riesgo olvidarse de hechos y personas. Por eso no deseo que transcurra más tiempo sin compartir el dolor por la partida definitiva de Rubén Crespo, más conocido como el Negro como lo recordarán sus compañeros del Partido Justicialista. O Totora como siempre me gustaba llamarlo.

Nos conocimos en ese momento mágico de la vida entre la infancia y la adolescencia, en Villa Regina, compitiendo en equipos rivales de fútbol infantil.

Ya en ese momento mostraba sus virtudes: luchador, leal, habilidoso. Todos simpatizábamos por lo clubes grandes, Totora se inclinaba por Ferro Carril Oeste.

Lo perdí de vista por el traslado de su padre bancario y nos reencontramos en la Universidad de La Plata tratando de ser abogados. Disciplinado, siempre de buen talante, experto en la doctrina peronista que vivía y explicaba a la perfección.

El gobierno de Mario Franco lo hizo funcionario, para recalar luego en Villa Regina donde tardamos diez minutos en asociarnos. Fue testigo del crecimiento de mi familia y de mis primeros pasos en la política. Una vez más nos separamos, esta vez por causa del devenir democrático que terminó en Viedma conmigo y Totora definitivamente hecho reginense por adopción.

Fue dueño de una convicción inclaudicable por el peronismo, partía de la pertenencia al sentimiento a la que sumaba una sólida formación intelectual. Y una lealtad a prueba de balas. Era de esos que uno siempre quisiera tener en nuestro equipo.

En época de cercanas diferencias me pareció muy atinado que fuera Fiscal de Estado. Resolvió rápidamente y sin dudar la encrucijada: su convicción y pertenencia al peronismo estaban por encima de cualquier mejora personal.

Rubén Crespo enalteció el quehacer político rionegrino, a su manera, desde el trabajo, con su conducta silenciosa anteponiendo la lealtad por encima de todo. Resumía las Veinte Verdades en su persona, era una impecable síntesis del peronismo, que ojalá sirva de espejo al presente.

Ya nos encontraremos otra vez querido Totora, y esta vez no tengo dudas que lo haremos jugando para el mismo equipo.