Un dato no menor para las próximas elecciones

Francisco Galeano

Desde hace más de 15 años, un grupo de amigos nos juntamos todos los jueves para cenar, charlar y, algunas veces, jugar al truco. Somos 8: tres profesionales, un jubilado, dos empleados públicos, un chacarero y un comerciante. Es un grupo heterogéneo también en la opinión política. Hay 3 kirchneristas, un peronista, radicales, independientes y dos medio anarquistas a los que nada les viene bien. Vale esta aclaración porque este jueves saqué el tema de la gestión municipal y, aunque le cueste creerlo a María Emilia, su gestión logró lo inimaginable. En este variopinto grupo hubo total unanimidad de opinión: todos pensamos que es un desastre.
Vale aclarar que el tema que se debatió fue el estado de las calles de Roca. Una hora antes de la cena, había roto el tren delantero de mi auto al comerme un pozo de 30 cm de profundidad en la calle Juan D. Perón (vaya paradoja), a cuadras del Chango, más donde había ido por una botellas de vino para la reunión. En el camino, me prometí sacar el tema en la cena, y así lo hice.
Dos  de los peronistas admitieron lo calamitoso del pavimento pero, usando el discurso de Emilia, intentaron responsabilizar a Aguas Rionegrinas. El resto les soltó una carcajada y optaron por no hablar más. Otro K también coincidió en el deplorable estado, cuasi Sarajevo, del 90% de las calles. Buscando mitigar su crítica, su corazoncito K lo llevó a argumentar que últimamente llueve más y eso deteriora aún más las calles. Mi amigo “anarco” estaba por retrucarle y vi que “el Chaca” (así le decimos cariñosamente al chacarero),  lo pateo debajo de la mesa como queriendo evitar discusiones estériles. El cuarto peronista fue más astuto. Se fue al baño justo cuando las miradas apuntaban a él buscando su opinión. Uno de los radicales dijo: “Y ahora? ¿A qué gestión anterior le va a echar la culpa?». Uno del grupo, que es ingeniero, empezó a explicarnos cuántos días resiste el arreglo de un pozo como el que me tragué, de 50 cm de circunferencia por 30 de profundidad. En una servilleta veíamos palabras como “variabilidad térmica, precipitaciones, intensidad del tráfico, tara, peso bruto, etc.”. Dijo entonces el ingeniero, sin que se le moviera un pelo: “Teniendo en cuenta que ese pozo es llenado a con piedritas y un poquito de brea (técnica preferida de esta gestión para reparar el deplorable estado de las calles de Roca) y es arreglado con el desgano promedio en hacerlo (dos empleados, una pala y apisonado a zapatazos y pala), dura exactamente 5 días y medio para volver al estado “Kosovo”. Acto seguido extendió la servilleta en la mesa por si alguien dudara de sus cálculos.
María Emilia: Roca es chica. No hay nada personal, todo lo contrario, me caes bien. No hay intención de faltarte el respeto, pero estoy podrido de comerme pozos o esquivarlos, me harta el traqueteo del auto al circular por la ciudad, me duele el deterioro de mi vehículo. Por eso, y apelando al humor te digo: Si tu campaña no la banca “La casa del Amortiguador” o “Mingo repuestos”, arreglá las calles como se debe. Asfaltá, no llenes baches con piedritas. Arreglá sobre todo los enormes agujeros en los pasos peatonales.

DNI 11.350.919

General Roca


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