Caso Ávalos: dictamen por la “desaparición forzada”

11 AÑOS DE LA DESAPARICIÓN

NEUQUÉN (AN).- La procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, solicitó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que se investigue la causa del joven neuquino Sergio Ávalos como “desaparición forzada de persona”, al entender que hay elementos para sospechar de la “intervención directa” de las fuerzas de seguridad que esa noche estaban en el local bailable donde el estudiante fue visto por última vez.

El posicionamiento de la procuradora general de la Nación se da en coincidencia tanto con los pedidos de la familia de Sergio Ávalos y de su querellante, Luis Virgilio Sánchez, como con la opinión de la justicia neuquina, que en abril pasado se declaró incompetente al caratular el hecho de tal forma y girar la investigación al fuero federal.

En su dictamen, Gils Carbó destacó que “luego de estos años de presuntas irregularidades y deficiencias en la investigación provincial, opino que corresponde continuar con la investigación a la justicia federal”.

Y destacó que “de las actuaciones surge que el joven ingresó al local bailable cuya seguridad estaba integrada por personal policial, miembros del Ejército y guardias privados, todos ellos interconectados a través de un mecanismo de comunicación portátil”.

Ávalos fue visto por última vez el 14 de junio del año 2003, cuando, junto con sus compañeros de la residencia universitaria, fue a bailar al popular boliche “Las Palmas” de esta ciudad. Con 18 años, el joven había venido a Neuquén capital desde su Picún Leufú natal para cursar la carrera de Contador en la Universidad Nacional del Comahue (UNC).

Tras el giro que implicó el paso de la justicia neuquina a la nacional, el juez federal de esta ciudad, Gustavo Villanueva, fue el primero en rechazar la causa. Luego lo hizo la Cámara de Apelaciones, que se pronunció en junio en el mismo sentido, por lo que la familia elevó el planteo del caso a la Corte Suprema de Justicia.

El dictamen para caratular el caso como desaparición forzada -que no es vinculante- no sólo implica que la causa no prescriba, sino que busca también subsanar la falta de careos a los policías y militares que estuvieron esa noche en el lugar.