Caso Demonty: pidieron perpetua para los nueve policías acusados

BUENOS AIRES (Télam).- El fiscal porteño Luis Misculín requirió penas de reclusión y prisión perpetua para nueve oficiales y suboficiales de la Policía Federal por el «secuestro seguido de muerte» del joven Ezequiel Demonty, quien se ahogó al ser obligado a arrojarse al Riachuelo, y sostuvo que cometieron también «tentativa» de homicidio contra otros dos jóvenes.

En tanto, la madre de Ezequiel, Dolores Sigampa, pidió como querellante a través del abogado José Vera, reclusión perpetua e inhabilitación absoluta para ocho de los oficiales y suboficiales procesados y prisión perpetua para el suboficial Luis Funes, por considerarlos coautores del delito de torturas seguida de muerte.

El Tribunal Oral en lo Criminal Nº8, a cargo del juicio, dispuso un cuarto intermedio hasta el jueves a la mañana, cuando expondrán las defensas de los procesados.

El sargento Luis Funes, tras escuchar el pedido de pena del fiscal, se dio vuelta dirigiéndose a una hermana que estaba entre el público y le dijo que, como no se había llegado a la verdad, se iba «a matar».

Misculín consideró que «todos los imputados», por su actividad o inactividad, son coautores del hecho que tuvo como víctima a Demonty, quien murió por «asfixia por sumersión» en el Riachuelo, y a Julio Ismael Paz y a un menor de edad de nombre Claudio, que lograron sobrevivir a las aguas del río.

El fiscal analizó, sin embargo, que «las conductas más disvaliosas» fueron las de los oficiales Gabriel Barrionuevo, Gastón Somohano y el suboficial Alfredo Fornasari, para quienes reclamó «reclusión perpetua con inhabilitación absoluta». Para los suboficiales Funes, Luis Gutiérrez, Sandro Granados, Maximiliano Pata, Jorge Solís y José Martínez -al igual que los anteriores, todos de la seccional 34-, Misculín solicitó «prisión perpetua» con la misma accesoria de inhabilitación.

El fiscal, como antes lo había hecho la querella a través del abogado Vera, dijo que estaba acreditado que los jóvenes fueron detenidos durante un procedimiento ilegal y obligados a ir hasta el Riachuelo en sendos patrulleros de la policía. «Todos (los procesados) participaron y sabían cuáles eran los destinos y cada uno de ellos quiso explicar lo inexplicable», dijo el fiscal, quien remarcó que los policías debían actuar como garantes de las víctimas, pero «no lo hicieron».

Misculín calificó de «fantasiosa e inverosímil» la versión brindada por Somohano, sobre la autoría del homicidio de Demonty. El subinspector había atribuido el crimen a un ciudadano peruano, Antony Gamarra, pero el fiscal recordó que las pericias fueron «concluyentes» al precisar las causas de la muerte de Demonty, con rastros propios de la asfixia por sumersión en el Riachuelo.


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