Chile: quien logre “movilizar” a los moderados ganará el balotaje

En la primera vuelta menos del 50% fue a la urnas y optó por figuras alejadas de los partidos tradicionales, en una importante fragmentación del campo político. El ultraderechista Kast es favorito por una campaña que aprovecha el clima a favor de orden, pero su rival izquierdista Boric tiene más “espacio” para crecer.

Chile no deja de sorprender y de sorprenderse. En 5 años, eligió a un presidente de derecha, tuvo un estallido social, atravesó dos intentos para destituir al primer mandatario, inició un proceso para cambiar la Constitución de 1980 donde eligió una mayoría por el cambio y progresista, pero en las últimas elecciones presidenciales ungió como favorito para el balotaje a un político de ultraderecha, que enfrentará a un exlider estudiantil de 34 años que comanda una variopinta alianza de izquierda.

Los analistas ven en esta montaña rusa de definiciones una sociedad profundamente desilusionada con las élites y los partidos que dominaron la escena política en los últimos 30 años, pero que aún no encuentra reemplazos que la movilicen; que busca cambios pero con orden y que se siente confundida y alejada de la política porque no resuelve sus problemas cotidianos.

Gabriel Boric y José Antonio Kast, protagonistas de la segunda vuelta electoral.

El 19 de diciembre Chile volverá a las urnas para definir entre José Antonio Kast, del ultraderechista Partido Republicano que en primera vuelta logró un 28% de los votos y el izquierdista Gabriel Boric, de Apruebo Dignidad, que sumó 26%. Un comicio de voto voluntario donde acudió a las urnas apenas el 47,3%.

Hay una realidad que se repite en la historia electoral reciente en Chile: quien gana en primera vuelta repite en segunda. Sucedió con los balotajes que ganaron Ricardo Lagos, Michele Bachelet, Sebastián Piñera , en dos oportunidades cada uno. Sin embargo, aparecen dos novedades: en esta eleccion ambos candidato tuvieron menos del 30% de los votos y la a diferencia entre ambos fue inferior al 3%. La primera encuesta realizada por Plaza Pública Cadem muestra a Boric y Kast en empate técnico, con el 39% de las preferencias. Hay un 22% de indecisos.

Esta semana el Global Center Columbia de Santiago y el Instituto de Estudios Latinoamericanos de esa universidad organizaron un panel con especialistas en ciencias políticas y sociales para intentar responder algunos interrogantes.

• ¿Está Chile “polarizado”?

Que la elección presidencial se defina entre un líder que defiende el legado de la dictadura de Augusto Pinochet y un candidato de izquierda que propone enterrarlo parece indicar que sí. Sin embargo, hay matices. Loreto Cox, politóloga y profesora de la Escuela de Gobierno de la Universidad católica de Chile apunta que “se ve el fin de una era”. Pero más que polarización, Cox entiende que hay fragmentación política. “Si tomamos la votación de Kast y Boric, llegaron apenas al 54% de los votos, cuando por ejemplo en la presidencial del año 2000 entre Ricardo Lagos (Concertación) y Joaquín Lavín (Derecha) llegaron al 95%. Parece que más que irse a los extremos, el electorado está escapando de las coaliciones que nos gobernaron durante 30 años”, agrega.

Kennet Bunker, politólogo y director de la consultora Tresquintos, coincide en que el dato importante del comicio es “el colapso de la centroizquierda. Es impresionante cómo desaparece del mapa político. No sólo obtienen la más baja votación en una presidencial sino que disminuyen drásticamente su representación parlamentaria”.

• Todos hacia el centro.

Para la segunda vuelta,habrá una paradoja. Por un lado, ahora sí la elección se polariza entre izquierda y derecha, pero los votos claves estarán en el centro político. “Hay un clivaje entre cambio y orden, pero no es profundo sociológicamente. Por el cambio estaría Boric y el orden está representado por Kast. Hoy hay un clima de orden: desde el 80% del Apruebo pasaron dos años, hubo violencia en las calles, inflación e inmigración masiva, la pandemia, fenómenos nuevos para la sociedad chilena. Muchos se plantean que los cambios son necesarios pero con orden”, señala Bunker. Un 60% de los chilenos se considera de centro o centroizquierda, con lo cual “Boric tiene más espacio para crecer, pero no está claro que tenga esa facilidad para correrse hacia el centro” porque “tiene un discurso demasiado politizado, propuestas para 8 años de plazo y la gente quiere respuestas hoy”.

Además «tanto el Frente Amplio como el PC son de la idea de que hay que retirar o jubilar a esta centroizquierda del sistema politico, de que son parte del problema y no la solución. Su discurso ha sido muy duro hacia este sector», al cual ahora irán a pedir apoyo.

Por el lado de Kast, opinó que “tiene un techo de 40% de votos, pero mayor facilidad de correrse al centro, para hablar con la derecha tradicional y apelar a la clase media con cosas concretas”.

Para Cox “hay por un lado un fuerte sentido antiestablishment pero a la vez una gran masa de votantes moderados, no se observan posturas muy radicales o extremas respecto del modelo económico” , lo que explica el voto a Parisi.

• Orden vs. Cambio.

Juan Pablo Luna, profesor del Instituto de Ciencia Política de la Universidad Católica, añade dos factores que favorecen a Kast. “Desde hace unos dos meses en las encuestas aparece en los sectores populares y de clase media un tema de orden de la vida cotidiana, donde ‘migración’, ‘violencia’, ‘inflación’ y ‘narcotráfico’ desplazan a ‘esperanza’ y ‘alegría’, que se veían en la elección constituyente”, dice. Por otro lado cree que en la izquierda que acompaña a Boric “hay una sobreinterpretación de la demanda de cambio, la izquierda le habla a la sociedad en un lenguaje que no decodifica porque no conecta con su realidad cotidiana”, sostiene. Mientras Kast tiene “una campaña clara, bien hecha”, la de Boric “incurre en errores, todo el tiempo están corrigiendo a sus voceros, se complican al explicar propuestas”, agrega.

Luna agrega que «Vemos una sucesión de climas políticos que tienen base sociales estables pero que se movilizan mas o menos dependiendo del momento, de la elección y del liderazgo que lo convoca, que generan estos resultados que son mas flácidos que lo que tendemos a admitir. Boric prometió transmitir cambio con orden, pero nunca lo pudo comunicar adecuadamente», señaló.

• Los votos de Parisi

Una de las clave de esta elección sería por quién se inclinarán los votantes de Franco Parisi, el candidato que hizo campaña desde fuera de Chile y salió tercero (12,8% de los votos). Loreto Cox destaca que «el de Parisi es un electorado antiestablishment, con una posición ideológica muy poco clara» y aprovechó el descrédito de la mayoría de la clase política. Juan Pablo Luna detalla que «el perfil de votante de Prisi es fuertemente no afiliado ideológicamente, con un perfil desafectado de la politica y se moviliza por ofertas concretas y simples, bien “populistas” se podría decir, con una tendencia hacia la anti-politica, al anti-estado, un componente machista, de elogio al «self-made man». Dos tercios de los votantes de Parisi son varones», concentrados fuertemente en el norte del país, donde el problema de migración masiva gana importancia en la opinión pública.

• Final incierto.

En la recta final de la campaña, la duda es quien logrará ese voto moderado. Mucho dependerá de la actividad de los candidatros, quién cometa menos «errores no forzados» que asusten al electorado. Loreto Cox sostiene que en esta instancia podría jugar fuerte el temor. «»l miedo tiene un rol importante. Kast agita el miedo al comunismo, pero también sufre el miedo a la ultraderecha, una derecha dura hiperconservadora» que podría jugarle en contra, señala.

“Gana el que logre movilizar más gente propia y desmovilizar menos a su voto blando”, concluye Luna.

En resumen, lograr que ese domingo opte por hacer cola para votar y no organizar un asado o quedarse en el sofá a ver una serie.

• El día después

Una de las inaquitudes que dejó la elección es, en el marco de fragmentación política y cierta partidad de fuerzas en el congreso entre derecha e izquierda, sobre qué ocurrirá en relación a la gobernabilidad.

Para la politóloga Loreto Cox, es significativo que tras las elecciones, quede un sistema de partidos fragmentando y con escasa disciplina partidaria. «De un esquema de 7-8 durante los gobiernos de la Concertación, sube a 16 partidos en 2017 , a 15 en la constituyente y saltamos a 21 partidos con representación en el Congreso. Si miramos cuantos de sus afherentes son militantes, eran del 90% históricamente y bajó al 65% en estos días . Hay una archipiélago de partidos chicos chicos, débiles, con pocos militantes. No hay bolsones de lealtad partidaria. Esto permite avizorar una inestabilidad fuerte en la conformación de coaliciones, será difícil ser allegar acuerdos, no hay partidos que disciplinen a quienes cumplen o no acuerdos. La gobernabilidad va a ser un problema para cualquiera que gane» estima. Un triunfo de Kast «sin duda tendría un efecto moderador en la Convención, no podría ponerse en una postura diametralmente opuesta a lo que se votó hace unos meses».

Para Juan Pablo Luna «La dinámica de la Constituyente será muy diferente con uno con otro (Kast o Boric), pero con estos resultados se debiera moderar. La Constituyente ha ido cayendo en popularidad, ya no hay una política sucia que es la tradicional y prístina y nueva que era la de la Convención, ha tendido a converger. Eso no solo tiene que ver con la campaña del rechazo, hubo un excesos de giros retóricos, simbolismos y política identitaria en la Convención que tiene a mucha gente cansada», dijo.


Ganó la abstención electoral


Fue una de las elecciones con más baja participación desde el retorno a la democracia. El politólogo Juan Pablo Luna señaló que “se habló de las elecciones más importantes de la historia, que estaba muy polarizada, pero votó un 47%, casi la misma gente que en 2017 ( fue electo Sebastián Piñera). Si era tan importante, buena parte de la gente no se enteró o no le interesó y eso es un problema para cualquier democracia y viene desde hace tiempo”, señaló.

En el fondo, “estos comicios revelan que la crisis no es sólo de representación política. Hay problemas de Estado, del modelo de desarrollo que generan expectativas y preferencias que son todavía difíciles de representar o institucionalizar en términos legítimos con los actores o instituciones que tenemos disponibles”, señaló.

Loreto Cox agrega que según un estudio reciente “sólo el 15% habla frecuentemente de política en su casa o con los amigos. La mitad no lo hace nunca, están alejados del sistema, no tienen interés, están ocupados en otras cosas. Son ciudadanos desafectados y alejados de la política”.

«En el plebiscito del año pasado votaron más jóvenes y de extracción popular, pero lo que vemos es que fue una situacion excepcional» apunta Luna. «Siento que el plebiscito fue más un voto castigo a Piñera y su gobierno por sectores que estaban sufriendo las consecuencias de la pandemia, asociado a esta demanda del estallido, pero que luego se desmoviliza», agrega.


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