China no cede y redobla la apuesta

Tras nuevas presiones de EE. UU. por los aranceles, Beijing anunció una fuerte reducción de impuestos a empresas.

El Presidente de los EE. UU. parece decidido a ir hasta las últimas consecuencias en la guerra comercial iniciada contra China.

Esta semana, el mandatario indicó que está dispuesto a retirar a los EE. UU. de la Organización Mundial de Comercio (OMC), si no son atendidos sus reclamos respecto al comercio bilateral con el gigante asiático. La administración Trump exige que China mejore el acceso de los productos norteamericanos al mercado asiático, que garantice la propiedad intelectual a las empresas estadounidenses en el nicho tecnológico, y que reduzca los subsidios a la producción industrial china. “Si no mejoran, me retiraré de la OMC”, afirmó Trump en tono de amenaza.

La semana pasada, China anunció la aplicación de nuevos aranceles a la importación de productos norteamericanos, por un valor de u$s 16.000 millones. Fue luego de que las aduanas estadounidenses comenzaran a aplicar el nuevo arancel del 25% a más de 200 productos chinos. “China tiene que tomar una vez más las contramedidas necesarias”, afirma el comunicado oficial de los nuevos gravámenes.

Más allá de los aranceles, Beijing dio a conocer otras dos medidas concretas respecto a la guerra comercial. Se anunció en primer lugar, el inicio de un reclamo formal ante la OMC, por lo que el gigante asiático considera una medida arbitraria y desleal de la administración Trump. Ello es lo que motivó la inmediata reacción del mandatario norteamericano.

La segunda medida, se trata de una fuerte reducción de impuestos a las empresas, por u$s 6.500 millones. “Rebajar los impuestos y reducir los costos son iniciativas clave para implementar una política fiscal activa y garantizar una economía estable”, indicó el vocero del gabinete chino Gao Feng. “Sin importar qué medidas tome EE. UU. para generar presión, China procederá con la reforma y apertura a su propio ritmo”, agregó.

Las posturas lucen abroqueladas y será muy difícil que las mismas retrocedan sin una negociación multilateral. Los efectos sobre el comercio global, ya son patentes. En este sentido el director general de la OMC, Roberto Azevedo expresó que “La situación es extremadamente seria. Las restricciones recíprocas al comercio no pueden ser la nueva norma. Una escalada continua podría provocar un gran impacto económico, que afectará más a los más pobres”.

EE. UU. insiste en tensar la cuerda en la relación bilateral, mientras que el país asiático sostiene la postura con medidas concretas de incentivo a las empresas.

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EE. UU. insiste en tensar la cuerda en la relación bilateral, mientras que el país asiático sostiene la postura con medidas concretas de incentivo a las empresas.

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