Qué dice la ciencia hoy sobre el cannabis medicinal

El Ministerio de Salud de Neuquén advirtió que el cannabis no es una panacea ni está libre de riesgos. Por qué se sugiere evitar el consumo sin supervisión médica.

El interés por el cannabis medicinal creció mucho en los últimos años, especialmente por sus compuestos más conocidos: el CBD y el THC. Sin embargo, aunque muchos creen en sus beneficios, la ciencia todavía no confirma ventajas claras frente a otros tratamientos. Así lo advierte el Boletín del Comité de Biotecnología del Ministerio de Salud de Neuquén en su última edición.

“Todavía faltan pruebas que demuestren que el cannabis es mejor que otros medicamentos para la mayoría de las enfermedades”, afirman los expertos del Comité. Es decir, hay mucho entusiasmo, pero poca evidencia sólida en la mayoría de los casos.

En la Argentina, la autoridad regulatoria de medicamentos, la ANMAT, solo aprobó el uso de CBD para epilepsias resistentes en chicos mayores de dos años.

En los Estados Unidos, la FDA permite derivados de cannabis con THC para pacientes con vómitos por quimioterapia y para ayudar a que quienes tienen VIH puedan subir de peso.

Una revisión reciente de la revista JAMA no encontró pruebas firmes de que el cannabis sirva para tratar Parkinson, esclerosis múltiple, dolor, insomnio, epilepsia en adultos, demencia, ansiedad u otros problemas psiquiátricos.

Por ahora, solo hay consenso en tres usos: epilepsias resistentes en niños (CBD), vómitos por quimioterapia (Dronabinol y Nabilona) y ganancia de peso en VIH (Dronabinol y THC).

En Neuquén, la recomendación oficial es clara: se debe ofrecer CBD solo a pacientes pediátricos con epilepsia que no responden a otros medicamentos. El uso en otras situaciones aún no cuenta con suficiente respaldo científico.

Solo hay pruebas sólidas para el uso del cannabis medicinal para epilepsia resistente, náuseas por quimioterapia y pérdida de peso en VIH.

En materia de seguridad, el cannabis medicinal no está exento de riesgos. Los efectos secundarios dependen del tipo de compuesto y cómo se consuma. Además de las formas medicinales, preocupa el uso recreativo, como el consumo fumado o en comestibles.

El Boletín advierte sobre náuseas, vómitos, intolerancia digestiva e incluso daño hepático. Un estudio enorme, con 4,6 millones de jóvenes adultos sanos, encontró que los consumidores de cannabis tienen más de seis veces más riesgo de sufrir un infarto que quienes no consumen. También suben las chances de padecer arritmias, ataques cerebrovasculares y morir por problemas cardíacos.

En cuanto al cerebro, se observan dificultades cognitivas ligadas a la cantidad y frecuencia del consumo, con riesgos de intoxicación aguda, mareos y somnolencia.

El uso de cannabis está contraindicado en embarazadas, mujeres en lactancia y pacientes con problemas cardíacos, hepáticos o psiquiátricos. Además, interactúa con ciertos medicamentos, como opiáceos, anestésicos y algunos fármacos de uso crónico, por lo cual exige controles médicos estrictos.

La clave, concluyen, es mantener al día el análisis sobre riesgos y beneficios, desalentar la automedicación y ofrecer siempre información clara para que cada paciente pueda decidir junto a su médico.


El interés por el cannabis medicinal creció mucho en los últimos años, especialmente por sus compuestos más conocidos: el CBD y el THC. Sin embargo, aunque muchos creen en sus beneficios, la ciencia todavía no confirma ventajas claras frente a otros tratamientos. Así lo advierte el Boletín del Comité de Biotecnología del Ministerio de Salud de Neuquén en su última edición.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora