Científicos necesitan meses para conocer la trayectoria del NT7
Es el asteroide que piensan que podría chocar con la Tierra en 2019.Expertos creen que, de ser necesario, hay tiempo para desviarlo.
Los científicos necesitarían de varias semanas, incluso meses, antes de que logren calcular con precisión la trayectoria del asteroide 2002 NT7, descubierto el 5 de julio pasado por astrónomos estadounidenses en Nuevo México, y saber si colisionará o no con la Tierra en febrero del 2019, de acuerdo a los primeros estudios realizados.
Aunque es poco probable, según los científicos, que el asteroide choque con nuestro planeta, los astrónomos contarían con suficiente tiempo para hacer predicciones exactas de la hora y el lugar de impacto, y al mismo tiempo, estudiar las formas de evitar la colisión. Los astrónomos estadounidenses que lo detectaron luego de realizar los primeros cálculos de su trayectoria dedujeron que podría impactar la Tierra, a una velocidad de 28 kilómetros por segundo, suficiente como para barrer un continente entero y provocar cambios en el clima global.
Pero los científicos son cautos por el momento, y esperan acceder a más información sobre el asteroide para luego tomar decisiones. «Cuando contemos con mejores observaciones, probablemente descubramos que pasará muy cerca de la Tierra, pero que no chocará», explicó Mark Bailey, director del Observatorio de Armagh, en Irlanda del Norte, a la cadena británica BBC.
El NT7 circula en torno al Sol cada 837 días en una órbita excéntrica desde la distancia a Marte hasta la órbita de la Tierra.
En los últimos años, hubo notables avances en materia del estudio asteroides y cometas, a tal punto que, en 1994, los científicos siguieron la ruta y presenciaron, por primera vez en la historia, el impacto del cometa «Shoemaker Levy 9» sobre la superficie de Júpiter. En esa oportunidad, los astrónomos pudieron calcular el tiempo exacto del impacto, incluso hasta el segundo mismo en que ocurrió.
El asteroide NT7, como orbita cada 2,2 años alrededor del Sol, ofrecerá varias oportunidades de observarlo en distintas posiciones y distancias. Así, se podrá evaluar su composición, si lo forman rocas y hielo, o hierro, o si se trata de un montón de escombros o de un cuerpo sólido.
En la actualidad, no existen planes detallados para desviar la trayectoria de un asteroide, pero dada la frecuencia con que orbita 2002 NT7 y los años que faltan para su posible impacto, se confía en que, de ser necesario, se crearía un plan para desviarlo.
Los científicos coincidieron en que si se realizan desviaciones relativamente efectivas en la trayectoria del asteroide, con varios años de antelación, esto bastaría para cambiar su curso. Pero los modos de lograr esta desviación son todavía materia de discusión, aunque están descartadas las posibilidades de posar una nave sobre su superficie para hacerla detonar luego, o lanzar un cohete a su encuentro, tal como se reflejó en el cine, en las películas «Armaggedon» e «Impacto Profundo».
Entra las posibilidades que se estudian están las de utilizar una catapulta electromagnética para romper trozos de roca y lanzarlos al espacio, o la utilización de una vela solar, hecha de un material ultraligero que se asemejan a un espejo y atrapan partículas de la luz solar.Y la pequeña y constante presión de la energía de la luz se podría utilizar para impulsar al asteroide en otra dirección. (Télam)
Teorías sobre el origen
Los asteroides están constituidos por el material que sobró durante la formación del Sistema Solar, aunque una teoría sugiere que son los restos de un planeta que fue destruido por una gran colisión hace mucho tiempo.
Sin embargo, es más probable que los asteroides sean el material que no llegó nunca a aglutinarse para formar un planeta, y se estima que la masa total de todos los asteroides, si se concentra en un solo objeto, éste tendría menos de 1.500 kilómetros de diámetro, menos de la mitad del diámetro de la Luna.
Los asteroides que siguen una trayectoria que los lleva a chocar con la Tierra reciben el nombre de meteoroides, y cuando uno de ellos choca con nuestra atmósfera a gran velocidad, la fricción hace que este trozo de material espacial se incinere produciendo un chorro de luz conocido como meteoro.
Pero si el meteoroide no se consume por completo en la gran barrera protectora que forma la atmósfera, lo que queda choca con la superficie de la Tierra y se denomina meteorito.
Las naves espaciales que han navegado a través del cinturón de asteroides han observado que está bastante vacío y que los asteroides están separados por distancias muy grandes.
Un meteorito ya acabó con la vida en el planeta
Científicos estadounidenses confirmaron que la extinción masiva más grande en el planeta Tierra se produjo hace unos 251 millones de años, como consecuencia de la colisión con un cometa o asteroide.
Los expertos llegaron a esta conclusión luego de observar los átomos de una estrella atrapados dentro de estructuras moleculares de carbono. Y todavía no hallaron el lugar exacto del impacto, que se produjo cuando existía un solo gran continente conocido como Pangea. De todos modos, sí pudieron identificar los restos del objeto que chocó con el planeta, según los resultados que arrojaron los estudios realizados en sedimentos de Japón, China y Hungría, en los que se encontraron unas formas peculiares de los gases helio y argón que, según los científicos, sólo pueden proceder del espacio.
El equipo que llevó a cabo la investigación, a cargo de Luann Becker, profesora de ciencias especiales de la Universidad de Washington, calculó que el objeto espacial que chocó debió tener entre 6 y 12 kilómetros de diámetro.
Becker explicó que la prueba de que fue un cuerpo celeste el que provocó la extinción masiva la aportaron unas complejas moléculas conocidas como «fullerenos».
Los fullerenos o bolas de Bucky, en honor a Buckminster Fuller, su descubridor, son estructuras químicas en forma de pelota, que mantienen atrapadas en su interior gases nobles con un elevado número de isótopos.
Desde que la Tierra se formó hace 4.600 millones de años, la vida ha estado sometida a periódicas extinciones masivas, y como ejemplo de ello se cree que los dinosaurios se extinguieron hace aproximadamente 65 millones de años, también a causa del choque de un asteroide.
El promedio de caída a la Tierra de objetos celestes superiores a 50 metros de diámetros es menor a uno cada cien años.
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