«Code 46» cuestiona el amor en un futuro no muy lejano

NUEVA YORK (DPA).- En un mundo ficticio donde los idiomas se mezclan y las fronteras se resumen en «dentro» o «fuera», no existe espacio para el amor inesperado o las relaciones espontáneas. En un futuro no muy lejano, en el que la clonación de personas es una práctica común, la única forma de evitar la concepción incestuosa es mediante la prohibición de procrear entre dos personas con una constitución genética similar. El título de esta película de ciencia ficción, «Code 46», se refiere a la ley que penaliza la procreación entre dos personas que comparten más del 25 por ciento de su identidad genética. Si los padres deciden violar este código, dicho acto es considerado criminal.

Dirigida por Michael Winterbottom y protagonizada por Tim Robbins y Samantha Morton, «Code 46» presenta un mundo en el que sólo los privilegiados están autorizados a vivir en las ciudades, mientras que el resto de los seres humanos habita en zonas desérticas donde no existen las leyes. Todo se resume en un simple concepto: los que viven «dentro» de los centros urbanos y los que viven «fuera», tratando de sobrevivir de la mejor forma posible. La única forma de ingresar a las ciudades es mediante una autorización o visa. Robbins encarna a William, un funcionario encargado de investigar la falsificación de estos documentos. Cuando es enviado a descubrir al responsable de una operación fraudulenta, se enamora de Maria (Morton), una muchacha sospechosa de traficar estos papeles. A pesar de saber que es la responsable del crimen, William se enamora perdidamente de la joven y decide ocultar su delito. El romance entre ambos es apasionado pero breve: sólo dura las 24 horas que lo autoriza su permiso. Esta inesperada relación amorosa resulta en la violación del 'código 46' y desencadena una serie de hechos que lleva a los amantes a intentar escapar, sin éxito, del sistema.

La idea de «Code 46» surgió hace varios años durante las conversaciones entre Winterbotton y el escritor Frank Cottrel Boyce, que hace tiempo quería escribir el guión de una película de ciencia ficción pero que no estuviera dominada por los efectos especiales o las máquinas, sino que pareciera una historia creíble en un posible futuro cercano. «No quisimos definir al filme como de ciencia ficción, porque la audiencia esperaría ver más tecnología. Nuestra idea era crear una historia de amor que transcurriera en el futuro, en un mundo paralelo al nuestro pero con elementos diferentes», explicó Winterbottom en una entrevista con la prensa.

El elemento de la clonación presentaba otro dilema: la posibilidad de enamorarse de otro ser humano con una constitución genética similar. Los creadores enfrentaron esta problemática como si se tratara de una versión moderna del clásico griego de Edipo. «Nuestra historia es una versión más abstracta del hecho de que uno no puede controlar de quién se enamora. Lo que la hace más atractiva es la idea de una relación amorosa normal, con la que cualquiera se pueda identificar, pero luego llevarla al extremo mediante la incorporación del aspecto edípico», afirmó el cineasta.

«Code 46» se convirtió entonces en la historia de un amor imposible, debido a cuestiones genéticas. «En el caso de William y Maria, ambos se sienten automáticamente atraídos el uno al otro porque intuitivamente reconocen su mismo ADN, sin embargo no pueden explicar racionalmente el motivo de su atracción», afirmó el guionista Cottrel Boyce. «El hecho de que ambos estén emparentados sin saberlo genera una serie de emociones explosivas que no pueden comprender».


NUEVA YORK (DPA).- En un mundo ficticio donde los idiomas se mezclan y las fronteras se resumen en "dentro" o "fuera", no existe espacio para el amor inesperado o las relaciones espontáneas. En un futuro no muy lejano, en el que la clonación de personas es una práctica común, la única forma de evitar la concepción incestuosa es mediante la prohibición de procrear entre dos personas con una constitución genética similar. El título de esta película de ciencia ficción, "Code 46", se refiere a la ley que penaliza la procreación entre dos personas que comparten más del 25 por ciento de su identidad genética. Si los padres deciden violar este código, dicho acto es considerado criminal.

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