Cómo actuar en casos de abuso en las escuelas
Una guía elaborada por el ministerio de Educación de la Nación contempla los casos de abuso dentro de las escuelas y da pautas de cómo proceder.
ABUSOS EN UN JARDIN DE INFANTES
En un jardín de infantes del barrio El Manzanar de Cipolletti ya son ocho las denuncias que tienen como imputado al docente de música (ver nota). Las nuevas acusaciones fueron incorporadas al expediente principal, que se inició en junio con la presentación que hicieron en la fiscalía los padres de un niño de cuatro años.
El caso generó debate acerca de cómo deben actuar las autoridades y el equipo docente de una escuela frente a una situación como esta.
La resolución 2974 del ministerio de Educación rionegrino aprobó para su debate y aplicación, el año pasado, la “Guía Federal de orientaciones para la intervención educativa en situaciones complejas relacionadas con la vida escolar”, que elaboró el gobierno nacional.
El documento contempla los casos de abuso dentro de las escuelas. Establece la necesidad de “abordar la situación en una reunión especialmente programada para este fin con el personal de la institución” para “abrir canales de información y espacios de reflexión formales y confiables, que contrarresten las informaciones de pasillo que dan lugar a versiones y contraversiones”.
Especifica que “un mensaje central es actuar demostrando que la escuela es un espacio confiable, capaz de cuidar a los niños” aún “cuando las acciones individuales de algún adulto hayan vulnerado sus derechos”. Pide desarrollar “estrategias para que no se produzcan más sucesos similares, desbaratando el silencio encubridor”.
Algunos cuidados a tener en cuenta
– No negar ni encubrir la situación minimizando la posibilidad de que los hechos sean reales. Con esta conducta, estarían incumpliendo con la obligación del funcionario público (Ley 24.417, Protección contra la violencia familiar, art. 2).
– No confrontar al niño o niña con el supuesto agresor para que ratifique su denuncia ni para que acepte sus disculpas. Actuar así puede generar un daño adicional porque estaríamos confrontándolo con un adulto –peor aún si es un docente o un familiar allegado que tienen poder– que va a saber defenderse con más habilidad; y frente a quien la niña, el niño o el joven se sentirá en inferiores condiciones.
– No intentar mediar entre las partes. Cuando hay asimetría de poder no existe mediación justa; además si hay delito, no corresponde mediar.
Consultá la Guía Federal de Orientaciones para la intervención educativa en situaciones complejas relacionadas con la vida escolar
ABUSOS EN UN JARDIN DE INFANTES
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