Con hambre y frío, miles abandonan las ciudades en ruinas
En los últimos días se registró un éxodo masivo, sobre todo en Pisco, la localidad más afectada por el poderoso sismo del miércoles pasado. Los muertos son 540 y los heridos 1.090.
Hasta 40% de los 130.000 pobladores de Pisco, ciudad puerto a orillas del Pacífico, han optado por abandonarla ante la ola de muerte y destrucción que dejó el sismo que hace una semana afectó Perú, según estimaciones preliminares del gobierno. «Entre 30 y 40% de los habitantes se han visto forzados a emigrar», dijo la ministra de Desarrollo Humano y de la Mujer, Virginia Borra. Sin embargo, «no hay cifras oficiales que identifiquen la magnitud del problema» sino solamente estimaciones, advirtió. «Una cifra consolidada» recién se tendrá tras un censo que se hará en las ciudades afectadas, agregó.
Borra estimó que distintas razones han motivado a los habitantes a dejar las ciudades afectadas, empezando por la situación ruinosa en que se encuentran sus viviendas, en el suelo o a punto de desplomarse. Muchos de ellos soportan desde hace una semana la falta de comida, de agua y el frío que llega a temperaturas bajo cero en esta zona. Lo hacen sin ningún tipo de ayuda oficial. Además muchas familias tienen parientes en Lima y en otras localidades cercanas, donde probablemente permanecerán hasta que se inicie la reconstrucción de Pisco, destruida un 85% por el sismo. Los temblores que se producen a diario y la posibilidad de un maremoto -descartado por el gobierno- son más razones para el éxodo. Constantemente vehículos con altavoces recorren la ciudad para avisar que el mar está sereno y que no se avecina
ningún maremoto. «Estamos psicoseados por el terremoto», es la expresión común en estos días para graficar el estado emocional, al borde del terror, que se ha apoderado de los moradores de Pisco. En los días inmediatos al sismo el éxodo era notorio en las vías de salida de la ciudad, con la gente huyendo de la zona devastada.
A una semana del sismo, aunque con menor frenesí, se ven cotidianamente familias cargando sus cosas en autos y camiones, incluso triciclos, para tomar la carretera Panamericana en busca de tranquilidad en otro lugar. «No puedo quedarme acá, mi casa está en el suelo. Me voy a Ayacucho (sureste) donde vive mi hijo mayor. Espero volver pronto cuando esté levantada mi casa porque aquí nací y aquí me muero», confesó Nilda Escobedo, una madre de familia que junto a dos hijos menores pernocta en la calle. A contracorriente de quienes deciden emigrar, el martes unos 4.000 jóvenes lanzaron la consigna que será el motor de la reconstrucción: «Pisco sólo hay uno. Pisco, ciudad nueva».
Según la Defensa Civil, el terremoto del 15 de agosto dejó 540 muertos, de los cuales se han identificado 513, en tanto que el número de heridos se elevó a 1.090 y el de damnificados a más de 187.600. El mayor número de muertos se produjo en Pisco, con 335 identificados. (AFP)
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