Concierto para el recuerdo en Bariloche

Con su Ensamble, la Semana Musical brilló.

Lo de Calabrese fue sencillamente espléndido. Puso toda su destreza durante su participación.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (Especial).-La inusual combinación de instrumentos y la maestría de sus ejecutantes dieron por resultado un concierto para el recuerdo. El público que concurrió a la presentación del Ensamble Semana Musical en el hotel Llao Llao tuvo el privilegio de comprobar la calidad interpretativa de John Anthony Calabrese, considerado el mejor ejecutante de viola d`amore del mundo, Mónica Cosachov (clave), Gabriela Olcece, Carlos Laredo (violines), Alexander Iakolev (viola) y Carlos Nozzi (violoncello).

La destreza del maestro Calabrese quedó claramente demostrada, especialmente durante su espléndida participación en el Concierto en re menor para viola d`amore, cuerdas y cembalo F.II Nro. 2 de Antonio Vivaldi (1678-1741) y en la emocionante interpretación de Le Regret, Chanson sans paroles para viola d`amore solo de Jan Král (1823-1912) donde la sutileza y suavidad cobran protagonismo en la inconmensurable gama de sonidos que la integran.

El programa incluyó también Trois Fantaisies de Louis Coperin (1630-1665), Sonata Marlborough de Karl Stamitz (1746-1801), La Caccia de Bernard Lorenziti (1764-1813), Intermezo de Frantisek Slavick (1911-1999) y Fantasía Op. 144 sobre temas de la ópera La Sonnambula de Vicente Bellini para viola d`amore y cuerdas, una bella composición que arrancó la efusividad de los aplausos contenidos durante la ejecución anticipándose a los acordes finales.

La simpatía de Calabrese quedó en evidencia en cada saludo, en la imprevisible caída de una partitura que prestamente ayudó a recoger Cosachov y un integrante del equipo de producción del encuentro y cuando, ante los sostenidos aplausos y bravos logrados tras la última de las interpretaciones, señaló la partitura como destinataria de los elogios.

Merced a los aportes brindados por el director musical de la Semana Musical Llao Llao, Abel López Iturbe, fue posible conocer algunos datos de la evolución del clave, instrumento de teclado y cuerdas en el que éstas se puntean para producir el sonido, ampliamente utilizado en el siglo XVI hasta el final del siglo XVIII cuando fue sustituido por el piano.

En cuanto a la viola d`amore, señaló que tiene siete cuerdas melódicas y siete más debajo, éstas vibran por simpatía respondiendo al sonido de la cuerda de arriba. En la caja tiene una especie de voluta oriental y donde los demás instrumentos de cuerda tienen el rulo, éste tiene una cabeza de mujer tallada con los ojos vendados, porque «el amor es ciego».

Una vez finalizado el concierto, Calabrese agregó que tocó con dos afinaciones distintas dependiendo de las tonalidades que el compositor incluye en la obra. El magnífico músico estará presentando su arte en enero en Italia, en abril en Estados Unidos y en mayo en Suiza.

Con respecto a los compositores, López Iturbe agregó que Stamitz fue el fundador de la primera orquesta del mundo ya que hasta entonces los grupos instrumentales no se vinculaban entre sí. De la obra del veneciano Lorenziti destacó la posibilidad de desplegar el virtuosismo del intérprete por las potencialidades armónicas y expresivas del instrumento.

Al presentar al contemporáneo Slavick pidió no tratar de encontrar un leiv motiv a su obra, «todos las hemos cantado de chiquitos cuando entonábamos Mambrú se fue a la guerra». A propósito, dijo estar «indignado porque unos pendejos que salieron de un concurso se pusieran «Mambrú». Están manoseando uno de los nombres más célebres de la historia de la música. Pero vivimos estos tiempos…».

Los planes de Mónica Cosachov

«Ser músico es ser músico. Algunos están quizá más anquilosados en un lugar y quedan fijos ahí y, la verdad, no es lo que yo deseo. Además en la formación de alguien tiene que entrar toda la música posible», con esta definición Mónica Cosachov desestimó la idea de que un músico no pueda incursionar en los distintos géneros.

Dijo estar muy feliz con su libro «Entre el cielo y la tierra» aunque admitió no tener idea de cómo va la venta «porque hace mucho que no hablo con el editor. Estoy muy feliz con él, no es un libro sólo para artistas sino que trata de recuperar el arte en las profesiones; algo que se ha perdido, mucha gente necesita repensar los rituales y las cosas con el corazón».

Hay otro en camino. Este, dijo, «es una guía para músicos pero que va a poder leer toda persona que ame la música porque además de tener los conocimientos técnicos es un libro de cuentos».

Entre los proyectos próximos figuran un viaje a España donde va a brindar seminarios y conciertos y un espectáculo en el teatro Colón para los chicos como regalo de Navidad. «Estoy trabajando mucho para eso y para todo lo que sea ayudar a los jóvenes para que sigan estudiando y no abandonen el país, una misión que mi generación debe hacer sin falta. Proveerlos de proyectos y animarlos a que aquí no se ha terminado la cosa, que una crisis sirve para crecer, y repensar la Argentina como muchos queremos que sea», definió.

A propósito, la aparición de chicos como Lavandera o Rutkauskas sirve para eso?, se le consulta. «En parte si, en parte no. Pienso que a los chicos se les transmite mucho la idea de hacer una carrera concertística como única alternativa y yo no comparto esa política».

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