Análisis del conflicto por la carne: Ganar tiempo hasta las elecciones
El Gobierno anuncio medidas que ya se implementaron en muchas otras oportunidades en el país y siempre fracasaron. Busca sostener algunos cortes populares artificialmente bajos hasta septiembre.
El corte de exportaciones es una medida política. El relato oficial señala que uno de los objetivos de este freno al comercio externo es llegar con más oferta a la góndola y así generar una presión sobre los precios a la baja. Obviamente nada de esto funcionó en los últimos 30 días ya que los valores treparon un promedio del 5% y, paradójicamente, fueron los cortes populares los que más crecieron.
Recortar parte de las exportaciones de carne (50% de aquellos cortes sin acuerdo) o implementar a partir de ahora un plan ganadero, poco impacto podría tener sobre los precios en el corto y mediano plazo vista la presión que generan los costos internos, el nivel de emisión monetaria existente y la baja estructural de oferta de carne que hoy reflejan las góndolas del país. Es muy difícil intervenir los precios sobre un producto escaso. Frente a este escenario es probable que, de aquí a las elecciones, el valor de la carne puede sostenerse artificialmente bajo, sin tener en claro que sucederá el día después. Eso sí, con este tipo de acuerdo -ya implementado en el país en muchas oportunidades- el Gobierno logró ganar tiempo sin entrar en conflicto con el campo.
En 2006 el presidente Néstor Kirchner y su jefe de Gabinete -hoy primer mandatario- Alberto Fernández, tomaron esta misma decisión. Ocho años después el stock ganadero había perdido cerca de 10 millones de cabezas. Recomponer el poder adquisitivo del trabajador y llegar a superar los 60 millones de cabezas de vacunos son las únicas salidas que tiene el país para desarrollar el mercado interno sin afectar los dólares que llegan desde la exportación.
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