Contagios y nervios inoportunos


El presidente destacó la baja del ritmo de los contagios, llegando a duplicar cada 17 días. Ese día, Río Negro había totalizado 181 y solo once días para doblar sus casos.


El cuadro sanitario no está bien en Río Negro. La evolución del coronavirus está por encima del índice nacional.

Al justificar la continuidad del aislamiento, el presidente Alberto Fernández destacó la baja del ritmo de contagios. Se duplicaban -dijo- cada tres días y se pasó a diez días con la cuarentena, llegando luego a 17 días. Ese sábado 25, Río Negro había totalizado 181 casos y requerido solo once días para doblar sus enfermos (inició el 14 con 86). Peor fue la fase anterior, pues se duplicaba en cinco días.

En la última semana se sumaron 55 casos y la evolución parece pausarse, pero aún sigue arriba del proceso nacional. Para eso, Nación se involucró con exigencias sanitarias, entre ellas, los cercos y las restricciones en Valle Medio, Bariloche y Cipolletti.

El gobierno remueve argumentos para explicar lo ocurrido. Se ampara en el movimiento de Bariloche -incluyendo el foco del personal aeronáutico- y el de la cosecha del Valle Medio. “Río Negro movilizó 150 de los 700 micros autorizados para traslados de varados”, fue un interesante dato del diálogo de la gobernadora Carreras con el ministro de Transporte, Mario Meoni.


Carreras se resguarda internamente y acentúa sus charlas con Weretilneck, pero desconfía de sus leales en su gobierno. Apartó a Nicolás Land de la cartera social.


Nación recibió esta semana otra alarma por Río Negro. Un centenar de rionegrinos traídos del exterior volvieron a sus domicilios. Interior fue informado que no habría seguimiento provincial. Un riesgoso hilo suelto.

Expuesto por el espiral de contagio y críticas a su estrategia, el Gobierno exhibió apertura cuando tuvo una videoconferencia con especialistas privados, pero persevera en lo suyo. Se trata de su adaptación del compendio nacional. Nada distinto a lo de siempre, salvo que los resultados son bien diferentes.

Ciertamente, Carreras se resguarda internamente. Intensificó conversaciones con Weretilneck, pero desconfía de sus leales en su gobierno. Así, apartó ahora al ministro Nicolás Land de la cartera social y nombró a un leal: el secretario general José Deco. La gobernadora descree del plan asistencial de Land, originalmente trazado por el hoy senador. Esa tensión derivó en el desgaste y la ida de Land, que -aún desdibujado- abre otra dificultad gubernamental.

Carreras se guarece en pocos. Si bien oye a extraños, reniega en crear un Comité frente a la emergencia. El FdT insistió con ese instrumento aunque es cierto también que esta oposición se pierde en sus cabildeos.

El senador Martín Doñate remitió una nota a la mandataria con planteos, mostrándola como resultado del análisis con sus legisladores. Algunos, enseguida, se despegaron de la maniobra. Pero lo más llamativo fue que, en ocasión de la posterior videoconferencia con Carreras, ninguno del bloque opositor retomó aquellas inquietudes con Doñate. Tampoco asumieron las suyas. Por esas horas, el titular de Seguridad, Gastón Pérez Estevan, era lógicamente cuestionado por su incursión sabatina por Bahía Creek. Esa bancada pedía públicamente su renuncia si no podía precisar qué hacía en ese aislado balneario. El ministro estuvo en la reunión virtual, pero nadie le requirió explicaciones.

Momentos nada simples para los gobernantes. Escenarios desconocidos, con exigencias múltiples. Hay otro apunte silenciado que intranquiliza, con culpas compartidas. En abril, Río Negro llegó a los 43 infectados entre el personal de Salud (la mayoría del sector privado). Equivale a un 23% del total. Allí también por encima de la media nacional, con un 14% de contagios en las plantas sanitarias.

La disponibilidad en los hospitales es un permanente contrapunto. Tal es así que eso concluyó en una discusión entre la gobernadora y el intendente Claudio Di Tella, ocurrido en la Regional policial. Allí tuvo la oportunidad Carreras para recriminarle una millonaria donación municipal de insumos de protección para el personal del hospital cipoleño. Di Tella respondía a reclamos, pero expuso las carencias de Salud. Esa fue la reprimenda de la mandataria, que confía en la suficiencia estatal.

Nervios y rencillas inoportunas.


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