Crisis de empleo, una mancha que se extiende

Siendo un tema tan sensible -único en lo que todos coinciden- no hay un dato certero que lo cuantifique. De estimaciones surgiría que un 25% de la población está desocupada o subocupada.

El auge de las temporadas turísticas, el repunte eventual de la construcción, el devenir propio de la macroeconomía -con decisiones que se toman a miles de kilómetros- y hasta una contingencia climática pueden más que cualquier programa oficial a la hora de generar empleo.

Eso es lo primero que perciben quienes buscan hacer pie en el mundo del trabajo y también los agentes del Estado encargados de administrar los programas de intermediación y de entrenamiento laboral.

Según distintas fuentes, el panorama del empleo en Bariloche se agravó en forma visible durante el último año. Pero no existen datos actualizados ni tampoco comparaciones históricas.

El municipio tiene un área de Estadísticas, pero por ahora no produce información sobre empleo. Según datos del Sistema Integrado Previsional Argentino, que administra la Anses y fueron difundidos por la consultora Nutriente Sur, el desempleo abierto en Bariloche a diciembre de 2016 llegaba al 10,01% y afectaba a 5.265 trabajadores sobre una población económicamente activa de 52.596 habitantes.

La subocupación a esa fecha era de 9,2% y los ocupados “a tiempo parcial” otro 5,9%. De modo que las personas con empleo permanente sólo representaban el 74,89% de la PEA.

La CGT de la Zona Andina advirtió días atrás sobre la gravedad del problema y aseguró que el desempleo a nivel local trepa al 26%. Pero su secretario general, Luis Cionfrini, reconoció que no tiene una base técnica sino que sólo se funda en “un relevamiento entre los sindicatos” que integran la central.

La directora de Empleo del municipio, Laura Blásquiz, dijo que faltan mediciones fiables y es poco serio hablar de porcentajes, pero admitió que las consultas en esa oficina -si sirven como parámetro- “aumentaron claramente en el último año y medio”.

También advirtió sobre una modificación en el perfil de las personas que demandan ayuda para conseguir empleo. “Antes el solicitante típico era una persona con secundario, completo o incompleto. Hombres con experiencia en la construcción y mujeres en trabajo doméstico. Ahora llega otro tipo de población, hay profesionales, gente que se quedó sin trabajo, o que vienen de otros lados a probar en Bariloche”, dijo Blásquiz.

El nuevo dato es entonces “la heterogeneidad” del tipo de público que acude al Estado en busca de orientación y capacitación.

Experiencia e idiomas

Un paneo sobre las carteleras ubicadas en el ingreso a la oficina de Empleo del municipio, en Moreno y Ruiz Moreno, permite ver el tipo de trabajo que en estos días ofrecen los empleadores. Hay pedidos específicos de panaderos, albañiles especializados, conserjes de hotel y empleados de comercio “con experiencia en ventas y manejo de idioma”.

El dilema de cómo crear más oportunidades laborales es un tema de alta sensibilidad para éste y cualquier gobierno. El intendente Gustavo Gennuso aseguró más de una vez en la última semana que “generar trabajo” es el centro de su proyecto político. Lo hizo al inaugurar la feria de puesteros en la calle Onelli y también al defender el polémico convenio que le concede beneficios tributarios a la línea aérea de bajo costo Flybondi.

Los reproches y acusaciones en torno al tema están a la orden del día. Cionfrini le dijo a “DeBariloche” que el área municipal que se ocupa del tema “es básicamente nula, está desarmada y depende de la órbita de Turismo”.

Señaló que la caída del empleo se advierte “en la cantidad de comercios que cierran” y en “la desocupación que hay entre los jóvenes de 18 a 25 años y especialmente entre las mujeres”.

Pero otros sindicalistas, como José Luis Poggi (Utedyc) descalifican al líder de la CGT y aseguran que la crisis no es tan grave. “Las cifras de la CGtrucha no tienen sustento de ningún tipo. Podrían decir que en lugar del 26% es el 62 y sería lo mismo -señaló Poggi-. La situación está dura, eso es real y creció el temor a ejercer reclamos. Pero despidos masivos no hubo”.

Mayor demanda

Laura Blásquiz dijo que la oficina municipal tiene 17 agentes y no dan abasto. Reciben un promedio de 800 consultas por mes y los miércoles dan charlas sobre las opciones y programas, a las que asisten entre 80 y 100 personas. El ritmo de demanda “es estacional”, aunque aumentó en el último año y medio.

Según la directora de Empleo, el número de empresas que buscan trabajadores “también ha crecido” y el municipio mantiene acuerdos con unas 150 de distinto tipo, que reciben incentivos nacionales por generación de nuevos puestos. Uno de los programas, por ejemplo, aporta 4.000 pesos mensuales por empleado contratado en blanco, durante lapsos de 6 ó 9 meses.

Sobre el cambio de perfil de los solicitantes señaló que es muy notorio en el último tiempo y que no lo había visto desde que trabaja en la oficina, a la que ingresó hace ocho años.

Blásquiz dijo que hoy tienen unas 400 personas bajo programa, entre ellos el “Jóvenes por más y mejor trabajo” que capacita y subsidia a personas de 18 a 24 años. Hay también programas que fomentan el vínculo con potenciales empleadores y otros están orientados a promover la terminalidad educativa, a cambio de un viático de 1.050 pesos por mes.

Como dato alarmante Blásquiz subrayó que en los últimos meses “bajó la matrícula” de terminalidad educativa, porque “antes con la asignación universal por hijo más los incentivos de este tipo les alcanzaba, pero hoy no y dejan de estudiar porque necesitan salir a ganarse de otra forma el dinero para vivir”.

Blásquiz dijo que además del despliegue de herramientas para generar trabajo, es indispensable contar con datos fehacientes. “Necesitamos un observatorio de empleo local, ya lo pedimos -aseguró-. Esperamos que se pueda lograr”.

El secretario gremial de la Asociación de Empleados de Comercio, Alberto Arabarco, también aportó su mirada. Dijo que “cada vez hay más locales cerrados” y en su sindicato lo advierten en la cantidad de currículum que reciben, unos 500 por mes.

Observó que “hay menos trabajo, y no es de ahora, sino desde hace cinco años”, mientras se suceden las promesas pero la reactivación “no llega”.

“A diferencia de antes ahora, hay profesionales, gente que se quedó sin trabajo, o que vienen de otros lados a probar en Bariloche”.

Laura Blásquiz, directora de Empleo del municipio.

El empleador también cambia

Una pregunta recurrente que proponen en la oficina de Empleo a quienes se inscriben en el registro es pensar “cómo buscan trabajo las empresas”. Blásquiz explicó que “el modo tradicional es elaborar un currículum, imprimirlo y salir a repartirlo por negocios u oficinas, pero ya es muy poco efectivo”.

Dijo que “los empresarios cada vez se valen más de las nuevas tecnologías, postean en sitios como computrabajo”, recurren a Facebook o también apelan a la página web de la Cámara de Comercio local, que tiene un apartado específico.

Las oficinas del municipio y de Nación ofrecen programas puntuales de “formación para la empleabilidad” y también talleres de “competencias laborales”, que profundizan sobre las formas de búsqueda.

El difícil tema de la residencia

Un reclamo histórico de muchos sindicatos es que se respete la prioridad de la mano de obra local. Existe incluso una ordenanza de hace casi diez años que así lo establece, pero no se cumple.

La directora de Empleo del municipio dijo que la norma está en plena revisión y la idea es eliminar la discriminación para los que no tienen residencia en Bariloche, porque es “atacable desde lo constitucional”.

Admitió que “muchos empleadores en igualdad de condiciones prefieren al de afuera” y lo atribuyó a una razón compleja que tiene que ver con “algo cultural, con la predisposición, y con la competencia comunicacional”.

Explicó por ejemplo que para un empleo en carpintería, si hay dos aspirantes con las misma capacidad, el local muchas veces corre con desventaja.

Blásquiz consideró que “influye el hecho de que están recién llegados, tal vez viviendo en una carpa al lado del lago y se juegan a conseguir el trabajo como sea. Tiene que ver con la supervivencia, aunque tal vez no sea la palabra. En cambio el joven de acá suele tener una timidez que lo relega”. Dijo que la Universidad de Río Negro tiene un estudio en marcha sobre la cuestión.

Datos

“A diferencia de antes ahora, hay profesionales, gente que se quedó sin trabajo, o que vienen de otros lados a probar en Bariloche”.

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