Acru en Neuquén | Yamael, la ambición: un ángel caído que muestra el lado gótico del rap
El aclamado rapero y freestyler acaba de editar una obra conceptual de diez canciones en las que se propuso desafiarse como letrista y como intérprete. A poco más de un mes de su publicación, llega a Neuquén para presentarla este sábado en Mood Live. Antes, habló con Diario RÍO NEGRO.
Acru, el proyecto artístico creado y liderado por el músico Agustín Cruz, llega a Neuquén para presentar Yamael, la ambición, su nueva obra conceptual. El show será este sábado, a las 21, en Mood Live (Ministro González 40). Entradas, en venta a través de moodlive.com.ar.
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Editado hace apenas un mes en forma de EP, Yamael, la ambición lo encuentra a Acru rodeado de amigos, colegas y referentes de la escena como YSY A, Akapellah, Doly Flackko, T&K, Neo Pistea, Malandro y Duki, lo que le da al EP un vuelo interpretativo destacado.
“Yamael, la ambición es un concepto más oscuro, gótico y pesado también en términos visuales, es un proyecto que alude a los pecados, a la ambición en sí misma y fue increíble poder contar con cada artista, entendiendo la discursiva de cada canción y la altura conceptual que debía tener cada una”, cuenta Acru.
“Estamos en esa” es el focustrack del EP, tema que cuenta con la participación de Malandro y se posiciona como el track principal del trabajo. “Con Yamael, la ambición, la idea era construir un mundo de sonido y una identidad lírica. Con frescura, nuevos colores, tintes contemporáneos. Y desde el discurso, quise construir el relato de la ambición. No tener miedo a usar discursivas más banales, más plásticas o efímeras, porque justamente todo forma parte del juego irónico que representa la figura de un ángel caído. A partir de ahí, se abren caminos para líricas más ambiciosas, más lujuriosas”, agrega.
Las diez canciones, cada una con su respectivo video conforman este nuevo EP, fueron producidas por Luigi Navarro, mientras que “Rosa Negra” fue coproducida junto a Yesan. La mezcla estuvo a cargo de Mariano Bilinkis.

Acru encabeza una gira nacional que, solo este mes, ya lo llevó por Mar del Plata, Rosario y Córdoba. Neuquén será la última escala. Antes de su llegada al Alto Valle, Acru habló con Diario RÍO NEGRO sobre el show que ofrecerá este sábado, sobre el origen del concepto que dio forma al disco y cómo fue su recepción de parte del público.
“Yamael, la ambición es un concepto más oscuro, gótico y pesado también en términos visuales, es un proyecto que alude a los pecados, a la ambición en sí misma».
Acru
P: ¿Cómo está resultando todo con esta gira, con este disco que estás mostrando y el espectáculo que estás proponiendo?
R: La verdad que sumamente bien. Las fechas vienen siendo muy enérgicas, bien recibidas. Tanto mis músicos como yo sentimos que estamos en un gran momento de ejecución técnica y de disfrute con todo lo que estamos viviendo y todo eso se traslada a la música y sentimos la gente lo recibe. Hay un gran intercambio, una buena banca, una buena recepción y creo que estamos en un momento donde el vivo está como nunca.
Si bien venimos tocando hace mucho, creo que tenemos un buen equilibrio entre el trabajo y el goce encima. Está siendo una gran gira nacional.
P: ¿Cómo es el espectáculo?
R: Más allá de todo el trabajo visual y de luces, hemos construido como una discursiva de shows de diferentes momentos. El repertorio cuenta con momentos más oscuros, pesados, otros más introspectivos, momentos más suaves, momentos de arreglos musicales, momentos un poco más dinámicos.
Estamos girando con casi todo lo que tengo de repertorio, distintos momentos, cúlmines o punta de lanza de cada uno de los álbumes que fui sacando a lo largo del tiempo y pensando en darle la experiencia al oyente de que pueda ir a ver el 360 de lo que compone la música del proyecto Acru. De repente algo más oscuro, combativo, clásico, de repente algo más suave, reverb, de repente algo mucho más pistero y trapero.
Pensamos mucho en la experiencia del oyente cuando construimos la dinámica del show y la verdad que viene siendo muy bien recibida y la lista está en un buen lugar. Esa es un poco la dinámica, pero la gente que vaya a sacará sus conclusiones y sus sensaciones.
P: El último disco tiene un clima muy particular, bastante oscuro, y tu estética de gráfica de prensa de tu último trabajo también lo es. Como también tu forma de cantar, y el modo de expresarlo en tu voz y en la instrumentación. Imaginaba que eso debería tener un correlato escénico para sostener eso que en el disco está muy marcado, ¿no?
R: Sí, sí, la verdad que sí. Pero como todos los otros álbumes también van a estar, tratamos de que todo eso aparezca cuando el álbum está siendo ejecutado en vivo. Y es algo que apuntamos a no descuidar, porque la música que uno publica, la piensa siempre tocando en vivo, por lo menos yo, como músico y mis productores, siempre estamos pensando en la experiencia de vivo de esa canción.

P: ¿Tocás mucho de lo viejo, entre comillas, de los primeros discos? ¿O te vas entrando en lo nuevo, en lo último? ¿Sos de revisitar? En este show en particular, digo, lo que veremos en Neuquén.
R: Miro todo, la verdad que miro todo. Apunto a que el oyente pueda ir y encontrar con todo lo que engloba el proyecto, aunque sea una o dos canciones de cada año, por así decirlo. Son muchas canciones, tenemos casi 25 o 30 temas en el show, y eso nos permite movernos de época, de etapa, de color, de textura y de años.
Así que está bueno, y a mí me gusta eso también. Cuando voy a ver una banda, quizás resueno con su último material, o también me vuelvo loco con lo que sacó en el principio o a la mitad, y creo que está bueno que el artista te ofrezca ese recorrido. En este caso estamos trabajando de esa forma la dinámica del show.
P: ¿Cómo es la historia de Yamael?
R: Me pasó que yo nunca había hecho un álbum más clubero, con ese audio más de boomtrap, de trap, por así decirlo. Y fue como che, quizás quiero darme la libertad artística de poder entrar a una discursiva más banal, más plástica, más competitiva. Yo venía haciendo trabajos más enroscados, profundos, en lo que es como la composición. Y de repente fue… Tengo la posibilidad de grabar con un montón de estos artistas de trap, que respeto, que tengo apreciación, que son de distintas épocas. Y empecé a pensar, a relacionar como este audio más al pecado, a la lujuria, y empecé a averiguar sobre los ángeles caídos. Y entre eso me enteré de que había un ángel que se llamaba Samael, pero que Samael estaba más vinculado al diablo, pero que también es un ángel desterrado del cielo.
Yo no quería ponerle a un proyecto mío un nombre tan tan vinculado a una cuestión demoníaca, por cuidar la energía en sí, entonces le cambié una letra y le puse Yamael, y lo hice más propio, y como que Yamael es el ángel desterrado de la ambición del cielo. Entonces es como distintos recorridos junto a diferentes artistas que explican su ambición, su competitividad, su ego, su pecado, su banalidad, y quizás de esa forma hacer un audio un poco más clubero, pistero, oscuro. Ese es más o menos el camino que se me ocurrió para ese proyecto.
P: ¿Y cómo lo fuiste resolviendo? Una vez que tenías el concepto, que no es un concepto fácil, es bastante complejo de elaborar, ¿cómo le fuiste contando la vuelta en las letras y en la música para que sonara realmente como lo que pensabas?
R: La verdad es que tuvo mucha incidencia el productor. Yo estuve con Felipe Luigi, que supo entender rápidamente qué estaba buscando, qué tipo de sonido, hacia dónde quería ir con el proyecto, y él tuvo un abanico de posibilidades, con los ritmos muy amplios y permitió que fuera muy fácil.
Como el tema de las producciones que estamos cumpliendo en el estudio, pensé che, a ver qué más esto puede ser para que tengamos el tema más difícil. Y así fue como que lo fuimos debatiendo en conjunto. Fue algo que yo pensé solo, pero todo el proceso creativo y de producción de ese material fue muy orgánico. No se nos hizo un proceso complicado, trabado. La verdad es que fue de una forma muy buena y que me enseñó bastante porque con respecto a materiales anteriores he renegado mucho más y esto tenía encima la implicación de otros invitados, de otros artistas que tienen tiempo dinámico, que pueden entender la propuesta. Y creo que con todo lo que llevábamos y ellos lo hicieron lo mejor. Así que fue una dinámica muy positiva.

P: ¿Te llevó mucho tiempo de trabajo hacer el disco?
R: Lo hicimos en un año. Ha sido de los materiales que más en más corto lapso lo he podido completar, pasar de la idea a que esté publicado. Así que la verdad, en tiempo récord te diría. Yo no quiero correr ni tampoco siento que sea una medalla como hacer las cosas rápido. Se vivió de esa forma natural, buena, divertida y empezó y terminó ahí. Así que agradecido igual que haya sido así.
P: Tu forma de cantar también se puso más áspera para este disco. ¿Buscaste ahí una tonalidad especial para lo que estabas queriendo cantar? ¿O tu voz está yendo hacia ese lugar de manera más natural y menos enfocada en el material en cuestión?
R: Fue parte de la experiencia. Siempre trato en cada material nuevo que hago de proponer algo. Desde empezar a tener distintas formas de rapeo, distintas formas de interpretación o a cantar con distintos colores o de a poco ir sumando elementos orgánicos o ahora hacer una propuesta un poco más electrónica.
Como que siento que cada álbum tiene lo suyo. Dentro de lo que Luigi me trajo como idea también fue como che amigo, ¿por qué no jugás con un poco más? ¿No tendrías alguna otra canción quizá esta interpretación un poco más a fondo puede estar bueno? veamos qué voces aparecen y la verdad que eso me hizo que aparecieran formas de rapeo que quizás cuando empecé el proyecto al principio, cuando me imaginaba hace un par de años cómo iba a ser un material en este tiempo.

P: También fue para vos descubrir aspectos no tan conocidos de tu recurso vocal también, ¿no?
R: Sí, sí, o de repente que sea un material que de repente se vuelva publicable porque hay dos puertas para adentro, puede probar lo que sea, pero animarse a publicarlo es distinto y la verdad que él me ayudó bastante a creer y se armó una dinámica súper buena.
P: Todo esto que vos pensabas y te interesaba desarrollar artística y estéticamente, ¿cómo sentís que lo recibió el público? Porque es un disco pesado, en cuanto a la sonoridad y sobre todo a la lírica.
R: En primer lugar, creo que yo me siento bien con haberlo publicado, con haberlo creado, con haberle dado espacio. Con animarme a no seguir siempre en el mismo lugar y que sea como esos artistas que sacan el mismo disco año tras año. Creo que seguimos transitando un camino que a veces da miedo, que da vértigo, pero que siempre enseña y a mí me invita a evolucionar.
Entonces, en primer lugar, hacia mí estoy contento. Y con respecto a la gente, positivo, gente sorprendida de la forma, de las colaboraciones. Gente muy entusiasmada con la producción.
Me han dicho que cuando salió el primer disco no lo entendían tanto y ahora que escuchó todo el álbum entienden todo, entienden por qué esto y por qué aquello. La verdad que se siente bien, pero vamos en camino de estar primero nosotros con la mente hacia donde sale el material y bueno, agradecido sin duda porque sin la gente que lo recibe hay muchas cosas que no serían. No podríamos ni girar, no podríamos vivir un montón de cosas impresionantes que vivimos gracias a la recepción de la gente y estar ahora por vivir lo que vamos a vivir en Neuquén, al igual que en las otras ciudades, es gracias a ese intercambio entre el artista y el oyente.
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