Con textos inéditos, publican una nueva edición de los cuentos completos de Alberto Laiseca

Los tres libros de relatos del escritor rosarino Alberto Laiseca reaparecen en las librerías compilados en “Cuentos completos” con textos inéditos que muestran la visión distorsionada y exagerada de la realidad que el propio cuentista llamó “realismo delirante”.

La nueva edición ampliada y revisada de los “Cuentos completos” de Alberto Laiseca (Random House, 2024), a cargo de Sebastián Pandolfelli, cuenta con un prólogo del escritor Leo Oyola e incluye cuentos de los libros “Matando enanos a garrotazos” (1982), “Gracias Chanchúbelo” (2000), y “En sueños he llorado” (2001) más los “Cuentos reunidos”, que fueron publicados en la primera versión realizada por Gastón Gallo (Simurg, 2011).


Además de recopilar estas obras ya conocidas del escritor, la edición presenta diez relatos inéditos que ofrecen una mirada aún más completa y profunda del universo literario de Laiseca. La inclusión de los prólogos de Leo Oyola y la revisión minuciosa de cada texto aseguran que esta edición sea un tributo fiel y respetuoso al legado literario del autor de “Los Soria”.
Por sus formas ficcionales de captación distorsionada de la realidad que el propio Laiseca denomina “realismo delirante”, su obra también se inscribe en la tradición de “Historia funambulesca del profesor Landormy” de Arturo Cancela y el “Banquete de Severo Arcángelo”, de Leopoldo Marechal.
A diferencia de sus antecesores, Laiseca cultiva una poética influida por géneros populares clásicos como el cine, el terror y la ciencia ficción, y caracterizada por procedimientos como la hipérbole, el pastiche y la parodia que exacerban desde las formas esos modos recargados de plasmar estéticamente los referentes reales. Estas operaciones, antes que un intento de evasión de la realidad, funcionan como una apuesta por enfrentarla en todas sus complejidades.


En sus “Cuentos completos” se ve el desarrollo de su poética, desde sus primeros años en Buenos Aires cuando escribía textos fuertemente experimentales, hasta su consolidación como figura de culto en la escena literaria argentina. En este arco temporal experimenta con elementos surrealista y del grotesco y el absurdo, siempre manteniendo un vínculo con la realidad y una profunda conexión con la cultura popular.

“Matando enanos a garrotazos”

Su primer libro de cuentos, “Matando enanos a garrotazos” (1982), es una obra que ya contiene el espíritu excéntrico y desafiante de Laiseca y sigue resonando hasta hoy por su provocación. El libro que abre esta nueva edición presenta una serie de relatos que se entrelazan en ese mundo oscuro y delirante, donde asoma la atmósfera opresiva militar de la época en la que fue escrito, marcada por dictaduras y la represión.
Uno de los aspectos más destacados de ese libro, cuyo título anticipa una actitud irreverente y desafiante, es su modo de tratamiento de temas sensibles y controvertidos con un enfoque audaz y, a menudo, humorístico. Laiseca narra la violencia estatal, la religión, el totalitarismo y la guerra, utilizando una narrativa que combina el grotesco con recursos satíricos. Cada relato parece ser una pieza de un rompecabezas más grande, conectado por un hilo temático a lo largo de todo el libro.
El autor no solo se limita a explorar dimensiones sombrías y perturbadoras de la existencia humana, sino que también se aventura en territorios fantásticos y surrealistas. En sus fábulas, encontramos desde científicos que intentan viajar a través de tornados hasta la reimaginación de momentos cruciales de la historia, como la Segunda Guerra.

“Gracias Chanchúbelo”

Los cuentos del libro “Gracias Chanchúbelo” (2000) incluye relatos en que también aparece una voluntad de reescribir la literatura. Por ejemplo, “La leyenda del ario errante” (que juega con la imagen del “judío errante”) narra las extravagantes experiencias de un capitán de barco llamado Wagner Bligh, quien se caracteriza por su excentricidad y sus peculiares acciones. A lo largo de la historia, se relatan episodios como el funeral que le hizo a su perro, cacerías de roedores a bordo, la instalación de una guillotina para una rata llamada Gutenberg, y su obsesión por encontrar una ola gigante.


En este texto se encuentran homenajes a Miguel de Cervantes en las características quijotescas del capitán Wagner Bligh, un hombre excéntrico que presenta una mirada desfigurada de la realidad circundante. Pero también “Moby Dick” de Herman Melville funciona como influencia en tanto el mismo personaje se desvela por encontrar una ola gigante, en una actitud parecida a la persecución de la ballena blanca del capitán Ahab pero sin el final trágico del modelo literario.


“La pedomancia no es una música menor” narra la historia del rey Luis 11,50 de Francia, un monarca apasionado por los pedos tras su matrimonio con Margarita Ladrido Labrador. Luis se convierte en un pertinaz fabricante de gas envasado que aprovecha sus propios gases para concretar su proyecto de recolectarlos en bolsitas selladas y hacer que los nobles del reino aspiren sus esencias en eventos ceremoniales solemnes.


El relato también explora la invención de la “pedomancia”, un arte de adivinación del futuro a través de los pedos. Este método implica trazar líneas en papel y observar las deformaciones causadas por los gases para interpretar un horóscopo. Sin embargo, cuando intentan hacer el horóscopo del rey Luis, los científicos advierten sobre los peligros de sus gases, temiendo que puedan desencadenar una reacción en cadena que destruya Francia.


En “Los Magister de la Ciudad de Nibelungen”, Laiseca, mediante su alter ego Eusebio Filigranati, satiriza el mundo literario y las prácticas relacionadas con la escritura y los mecanismos de valoración de nuevos autores en el campo cultural. En el relato, se describe un proceso riguroso y absurdo a través del cual los aspirantes a escritores deben pasar para ser reconocidos como magister, incluyendo exámenes, encierros, y la escritura de una obra maestra que luego deben encuadernar con materiales costosos. La historia se vuelve aún más surrealista cuando el protagonista, luego de ser aceptado como magister, se venga de uno de los examinadores introduciéndole fresas de vidrio en el cuerpo. El cuento critica la burocracia, la vanidad intelectual y los excesos del mundo literario.


Por su parte, “El Tanque” describe la historia de un coloso móvil, un enorme tanque, de estructura gigantesca, único en su especie, que se desplaza por un mundo ficticio. La estructura del tanque se compone de varios niveles: una parte frontal de la torreta está acorazada con depósitos de armamento y pertrechos bélicos, víveres, agua y repuestos. Los habitantes del tanque están organizados en capas jerárquicas, con distintas funciones y responsabilidades asignadas según su ubicación en la estructura. Todo el tiempo se muestra la inutilidad del tanque como instrumento de guerra, como artefacto de cambio y obtención de recursos en tratos inventados con otros países y la falta de sentido de su existencia en un mundo donde no encuentra un propósito claro.
El cuento critica la guerra y la militarización excesiva, mostrando cómo un arma tan poderosa resulta completamente inútil y precaria en un contexto sin enemigos reales.

“En sueños he llorado”

En la colección “En sueños he llorado” de 2001, Laiseca continúa con sus mundos surrealistas y perturbadores. Uno de los cuentos destacados en este libro es “Perdón por ser médico” y narra la historia de Gastón, un niño que crece en un ambiente familiar difícil, marcado por la ausencia de su madre y la presencia de un padre médico autoritario y abusivo. A lo largo del relato, se exploran las relaciones de Gastón con las sirvientas de la casa, quienes ejercen poder sobre él de diferentes maneras.


Entre los siete relatos de este libro hay algunos que son interpretaciones históricas. Por ejemplo “La monja budista y el coronel Wilson” que trata sobre un episodio en la vida de un coronel británico llamado Mike Wilson, quien está en China durante la Segunda Guerra Mundial. El coronel está adiestrando a tropas chinas para combatir contra los japoneses y durante su estancia en el país oriental interactúa con una monja budista llamada Yün, que colabora en tareas sanitarias en un hospital de campaña.


El coronel Wilson no tiene actitudes racistas y demuestra un profundo respeto por la cultura china pero sin querer comete un error al recitar un poema chino ante Yün, que ella interpreta de manera equivocada. A partir de este incidente, el coronel se da cuenta de su gran vulnerabilidad y falta de conocimiento sobre el mundo exterior.


El cuento “La ejecución de María Antonieta” se ocupa de los últimos momentos de la reina durante la Revolución Francesa. El narrador construye una ejecución aún más macabra de lo que fue en realidad, enfatizando la imagen de una multitud excitada por la violencia y resaltando la dimensión erótica vinculada estrechamente con la escena de muerte. Se describe cómo el ayudante del verdugo se enamora de los pechos de la reina y planea robarse uno como trofeo. La narración mezcla la brutalidad con el humor negro, y critica la crueldad y la depravación de la chusma, así como también la posición vulnerable de María Antonieta ante la historia y la sociedad.


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