El teatro infantil llega a los centros de salud de Río Negro: fuera miedo, hola juego y sonrisa

Un proyecto innovador de artistas de Roca convirtió una mañana de llanto en la sala de espera, en un divertido juego. El teatro que interviene, irrumpe y hace la diferencia. Lo cuenta Ruth Pereyra, la actriz que corporiza la propuesta.

Sonaban melodías armoniosas, pero ese día en el centro de salud de Villa Obrera no había calma. Un niño lloraba desconsolado desde el consultorio pediátrico. Un bebé lo escuchó desde la sala de espera y se generó una simbiosis, empatía de tensión, llanto y respiración agitada. El ambiente se alteró.

De repente, tres actores irrumpieron en el espacio y empezaron a caminar, saltar, trepar. Con hilos trazaron un mapa que invitó a jugar. Transformaron el pasillo por medio de la imaginación y crearon una geografía invisible. Con materiales rústicos, improvisaron. Crearon un hilo espacial que pronto se convirtió en un móvil que sobrevoló el changuito del bebé y captó su atención. El intercambio le dibujó una sonrisa en el rostro y la tranquilidad se apoderó de él. Esa fue solo una de las tantas sonrisas que lograron capturar de niños y niñas de Roca. 

“La experiencia es transformadora. No llegamos con un guión ni con un espectáculo armado, sino con un dispositivo abierto, sin imposiciones. Jugamos con lo mínimo: un gesto, una mirada, un movimiento, un objeto”, contó a Diario RÍO NEGRO Ruth Pereyra, una de las actrices que encarnó el proyecto “Afuera-Adentro/Adentro–Afuera”. 

Desde Adentro-Afuera, protagonizaron más de diez intervenciones como esa en hospitales, centros de salud y una escuela durante febrero y marzo en localidades del Alto Valle de Río Negro: Chichinales, Villa Regina, Mainqué, Cervantes y Roca.

El proyecto surgió a partir de una convocatoria del Instituto Nacional del Teatro (INT) orientada a propuestas con alto impacto comunitario. “Vimos la oportunidad de investigar y seguir expandiendo nuestra experiencia previa con el proyecto. Una forma concreta de llevar la práctica artística a espacios donde habitualmente no circula”, explica la actriz.  

El antecedente lo da el colectivo artístico “Teatro al Vacío”, un colectivo argentino-mexicano que crea propuestas escénicas para infancias y juventudes. La propuesta original se llama “Afuera” y en ella los actores intervienen espacios públicos para llegar a las infancias a partir del juego libre, sin pautas establecidas, propiciando una experiencia intergeneracional y conmovedora.

En esta nueva versión, los roquenses recuperan esa búsqueda lúdica y poética, pero la trasladan a las salas de espera de los controles de niño sano en las salitas barriales, donde predomina la espera, el silencio y la tensión.

Adentro-Afuera, un proyecto de teatro que innova en Roca. Foto: gentileza.

“Nos pareció un desafío muy necesario llevar ahí nuestras herramientas: el cuerpo, la escucha, el juego. Entendemos la salud desde una mirada integral, y creemos que una intervención artística también puede ser una forma de cuidado”.

Ruth Pereyra, actriz y docente de Teatro de Roca, integrante del proyecto «Adentro-Afuera».

“El impacto es muy visible”, cuenta Ruth: niños, madres, padres, médicos, enfermeros y hasta personas mayores se suman a los juegos. “Se abrió un pequeño oasis dentro del tiempo reglado del sistema, donde se pudo respirar algo distinto. Y eso, lo simple, lo efímero, lo compartido, fue profundamente valioso”, dice la actriz que integra el Elenco de Teatro de la Provincia de Río Negro y forma parte de Teatro al Vacío y el proyecto Anidar, una propuesta para los más pequeños en Roca. 

La artista recalcó que proyectos como este solo son posibles cuando hay políticas públicas, financiamiento cultural y acompañamiento institucional que los sostienen. “La presencia del arte en espacios no convencionales, como centros de salud, escuelas o calles requiere tiempo, sensibilidad y compromiso, pero también recursos concretos que permitan a les artistas desarrollar sus propuestas con cuidado y continuidad”, dice.

«Creemos que acercar experiencias artísticas a las infancias, en la escuela, en el teatro, en la calle o incluso en una sala de espera; es sembrar otra manera de estar en el mundo: más libre, más creativa, más humana», plantea la actriz.

En los últimos años, enfocó su trabajo en las infancias, tanto desde lo escénico como desde lo pedagógico, mediante proyectos que proponen «vínculos sensibles y poéticos entre niñeces y adultes en distintos espacios”, explica Ruth, quien es docente de Teatro y de Música, egresada del Instituto Universitario Patagónico de las Artes (IUPA).

El recorrido de Ruth Pereyra está atravesado por varios lenguajes de expresión artística en simultáneo: el teatro callejero, la performance, la danza y la música. Ruth es poseedora de una formación ecléctica que construye de forma autónoma, entre talleres, festivales y experiencias.  

“Con cada propuesta o proyecto también se nos conmueve y se modifica nuestra propia trayectoria como artistas, nuestra historia y nuestra identidad”.

Ruth Pereyra, actriz y docente de Teatro de Roca, integrante del proyecto «Adentro-Afuera».

Luego de estas intervenciones, la misma artista recordó tras una charla con su madre como ella misma de bebé padecía los controles de salud. Se reencontró con su libreta de la primera infancia y confirmó que durante dos años, la pediatra no la había podido controlar por «berrinches», cuenta.

“Me devolvió algo de mi propia historia (…) la vieja tensión en mi cuerpo de lo que me generaba ir al control del niño sano”, recuerda Ruth entre risas.

Teatro e infancias: potencialidades


“Si bien me dedico específicamente al teatro para niñes, creo que la potencia está en la experiencia compartida, no solo para quien la vive desde la infancia, sino también para quienes acompañan ese proceso. Siempre que nos dirigimos a les niñes, está también el factor adulte: madres, padres, docentes, cuidadores”, sintetiza Ruth.

De esta forma, cada propuesta escénica pensada para infancias incluye la posibilidad de un vínculo intergeneracional, donde «la complicidad y la travesura se vuelven herramientas de transformación mutua», dice. Además, se sabe que el arte es una herramienta poderosa para el bienestar general. «Mejora la salud mental, reduce el estrés y genera vínculos más empáticos», cierra Ruth.


Sonaban melodías armoniosas, pero ese día en el centro de salud de Villa Obrera no había calma. Un niño lloraba desconsolado desde el consultorio pediátrico. Un bebé lo escuchó desde la sala de espera y se generó una simbiosis, empatía de tensión, llanto y respiración agitada. El ambiente se alteró.

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