Silvestre y La Naranja presenta Alter Ego, un viaje indie de sintes progresivos y ritmos ochentosos
La banda presente este jueves en Neuquén su último disco. El cantante y guitarrista Justo Fernández Madero habló con Diario RÍO NEGRO sobre la historia de estas canciones, su sonido, los experimentos sonoros con la electrónica y la progresiva y de por qué alter ego.
Ningún disco abre como lo hace Alter Ego. Ninguna banda se elevó tanto montada a la épica de los sintetizadores como Silvestre y la Naranja en “Puerta del sol”, el tema que abre Alter Ego, su último disco.
Editado en los primeros días de mayo pasado, Alter Ego es un experimento sonoro y rítmico que va y viene entre el indie originario de la banda y el no menos originario synthpop combinando sintetizadores con guitarras.
Alter Ego conecta de un modo muy particular con los dos primeros trabajos de la Silvestre y La Naranja, el debut homónimo editado en 2012, y Laguna (2016), trabajos por demás experimentales, entre lisérgicos y psicodélicos, donde se permiten pasajes instrumentales muy cercanos al Pink Floyd post Syd Barret y pre El lado Oscuro de la Luna.
Aquella épica intro progresiva es un breve pero efectivo viaje en el tiempo de poco menos de veinte segundos que nos deja en los sintéticos ochenta, un sonido acaso más familiar a lo más reciente de la banda surgida del conurbano norte.
Silvestre y La Naranja regresa a Neuquén para presentar Alter Ego, este jueves, a las en Casino Magic (Planas 4005). Las entradas se consiguen por sistema a través de tuentrada.com y en físico en Flipper (Av. Argentina 179), Croma (Perito Moreno 151, Neuquén) y Nikkel (San Martín 526, Cipolletti).
En un extenso diálogo telefónico con Diario RÍO NEGRO, Justo Fernández Madero, voz principal y guitarra de la banda que completan, Francisco J. Nicholson, guitarra y coros; Lucas Grasso, bajo, sintetizadores y coros; y Fernando Laprida, batería y sintetizadores; habló de los orígines de Alter Ego, de su particular sonido y de las búsquedas estéticas que dieron forma a sus canciones.
P: ¿De qué va el show con el que están girando y que los traerá?
R: Está enfocado en el nuevo disco, que es Alter Ego, que sacamos en mayo. Obviamente hay un poco de todo, pero sí, el esqueleto del show está más centrado en el último disco.
¿Cuál es un poco la historia del disco de Alter Ego?
R: Fue apareciendo un poco durante la última gira de presentación del disco anterior. Durante los shows veníamos probando algunos elementos más de la electrónica. Veníamos jugando con elementos de la electrónica durante los shows en vivo, en algunas pequeñas partes, digamos. Y nos empezó a copar un poco ese camino de más presencia de sintetizadores, de arpegiadores y demás.
Y nos empezaron a dar ganas de empezar a incorporar eso en las canciones nuevas. Entonces volvimos, cuando terminó toda esa gira larga, en abril del año pasado, volvimos y saco la idea de sentarnos a hacer un nuevo disco. Y bueno, siempre el primer paso a hacer un nuevo disco es como empezar a ver las ideas que uno va reconectando durante el último tiempo, ¿no? Cuando ya sacaste un disco, a partir de ahí, de alguna forma, estás empezando a componer el siguiente.
No de una forma oficial, pero empezás a juntar ideas. En el caso nuestro, es mucha nota de voz de celular que vas almacenando con el tiempo. Y bueno, cuando volvimos de esta gira, empezamos a ver esas ideas.
Algunas eran simples notas de voz, otras eran algunas maquetas ya en computadora, como empezadas. Y en algunas de esas canciones ya estaba un poco implantado este germen de este sonido más combinado con electrónica. O sea, la canción rock pop que veníamos haciendo combinada con elementos de la música quizás más electrónica, de la música electrónica, ¿no? Son elementos quizás de un synth-pop medio ochentoso también, con muchos elementos vintage. Pero bueno, te diría que fue producto de la gira, de ir experimentando en el vivo, que nos empezó a gustar este sonido más electrónico. Y cuando aparecen canciones como Puerta del Sol o Oye, que son dos canciones del último disco, que ya tenían como esta impronta más electrónica, dijimos, bueno, vayamos por ahí y como que llevamos un poco todas las canciones del disco para ese lado.
P: ¿Y cómo fue fluyendo esa idea de poner sintetizadores, poner un poco más de cuestiones electrónicas, como venís diciendo, en lo que venía haciendo la banda? ¿Qué tan disruptivo fue para lo que venían trabajando y lo que venía haciendo Silvestri Naranja como música?
R: La verdad que fluyó muy natural y orgánicamente. Después, cuando escuchás el disco, ese sonido de elementos electrónicos lo terminan teniendo de forma palpable por lo menos tres canciones. El resto, a mi modo de ver, siguen siendo canciones bastante «silvestrianas», en sus comillas.
Una canción como, por ejemplo, Prisionero Perfecto, que fue el primer adelanto, es una canción que, si te acuerdas con la guitarra, es una canción clásica, digamos, clásica en el sentido de que se puede parecer más a canciones de otros discos, pero desde la producción, que ahí es donde juega la importancia de la producción de las canciones, es como le pones el vestido, por así decirlo, de esta nueva estética, de este nuevo color, y en vez de que sea una batería grabada orgánicamente normal, es una batería que tiene samples y que le da un toque más electrónico. O, en vez de ponerle una guitarra acústica que suene así más orgánico, una guitarra acústica más un tema de Calamaro, le pones más sintes, y le pusimos un pasaje instrumental que hay un vocoder y elementos un poco más modernos, y de repente empezas a colorear la canción y la vas acercando al sonido que vos querés.

P: ¿Cómo se instrumentaron para encontrar el sonido que, algunas cosas ya acabas de nombrar, pero digo, ¿en qué máquinas pensaron?
R: Creo que los sintetizadores fueron la clave y la parte más distinta, digamos, porque quizás en los discos anteriores no le habían puesto tanto foco a los sintes, digamos, y a todo el mundo de los teclados. Para este disco agarramos de base unos sintetizadores clásicos, pero espectaculares como el Juno, Roland o el Prophet, o un Moog. El gran diferencial fue ese, de repente… Te pongo otro ejemplo, hay una canción que se llama Invencibles, que también es una canción que podría haber estado mucho más liderada por la guitarra acústica, o ser un tema más guitarrero, si querés, y con la guitarra acá es un tema re fogonero, por así decirlo. Pero desde la producción dijimos, bueno, esperá, que las guitarras estén un poco más escondidas, y empezamos a investigar más, o a darle más tiempo a la búsqueda de qué sintes meter ahí. Estaba todo en la producción, digamos.
P: ¿Qué referencias tomaron de sonidos como para ir alimentándose, nutriéndose de algo que los guiara?
R: Desde rock, pop, ochentoso argentino, Soda Stereo, los discos solistas de Charly de los ochenta, hasta Daft Punk, por ejemplo, y The Weeknd también, ¿viste? Como para poner referencias más actuales de afuera. Billie Eilish también, de la actual. Pero sí, de repente estábamos clics modernos o Doble Vida de soda stereo y de repente pasábamos a eso, Daft Punk y Billie Eilish, el último disco.
P: El comienzo del disco lo pensaron así porque el disco abre potente y de bastante inusual para esta época. Arranca como lo hacían las bandas progresivas y sinfónicas hace 30 o 40 años.
R: Sí, fue totalmente intencionado. Nuestro último disco, Sonido Cítrico, empieza con la antítesis de eso, con un tema cortito, que es una balada de piano súper suave, súper íntima. Queríamos también contrastar con eso y que el primer tema ya tenga como una intro en la canción misma.
Eso es lo que no se suele hacer ahora. Tiene una intro de casi 40 segundos, imponente, como que te pega ya de una. Es una intro que sería casi más del show en vivo que la versión de disco. Pero bueno, queríamos que sea así bien como un statement, que sea un mensaje claro desde la intro, y que esté ese color entre guitarras distorsionadas picantes y que esté también este color de los sintetizadores fuertes y que se genere también esa combinación de sonido medio retrofuturista, por así decirlo, que como bien decías vos, es bastante vintage, en el sentido de que parece algo así medio un rock ochentoso entre algo medio progresivo y entre algo medio electrónico ochentero, pero con algunas cosas también actuales. Desde el sonido, porque es un sonido, si lo hagas en el sonido de la batería, por ejemplo, los sonidos son como un sonido tirando hi-fi. Con esto me refiero a que intentamos que sea un disco que suene picante también de audio.
La batería suena más una batería más del 2025 que una batería de los ochenta. Pero los sintes son todos de los ochentas, entonces ahí es donde se genera el cruce.
P: Suena a la época del Génesis de principios de los ochenta, esa época en la que no sabías si era un tema de Phil Collins o de Génesis, pero que ambos eran super exitosos.
R: Bueno, nosotros somos muy fans de todo el rock progresivo, y de todas las épocas de Génesis, pero de esa época ochentosa, sin dudas, como también muy fans de la época de Peter Gabriel, en la época setentosa, y hemos escuchado mucho rock progre, desde Génesis hasta Yes y Emerson, Lake & Palmer, toda esa escuela la hemos mamado, y si podemos meterle, aunque sea un 2% de esa locura, nos gusta meterla. Muchas veces la dejamos para el vivo porque nos gusta meter partes extras, partes instrumentales más largas, que quizás para el disco de estudio no encaja tanto. Pero para este disco quisimos meter un poco más de eso en el estudio disco, y sí, hacer eso, que le des play y se da una patada en la cara, que digas qué carajos es esto.
P: ¿Puede ser que de alguna manera este último disco conecte con los primeros discos de la banda? Porque en los dos primeros discos hay como una psicodelia experimental, medio Pink Floyd antes de que arranquen los 70, que no tiene mucho que ver con el rumbo que después tomaron ustedes?
R: No conscientemente, pero sí es verdad que, en esos discos, sobre todo en el segundo de esa época, que es la una, es un disco que sin duda tiene mucha presencia de síntesis, en particular del Juno Roland, que es un clásico sintetizador de los ochenta, y sí, en ese momento también además estábamos escuchando Genesis a full, así que sí.
La verdad que somos muy fans de toda esa era, así que, sí, para este disco sí fue buscado eso de intentar generar un vínculo, un puente, digamos, entre un sonido que parezca moderno, por un lado, que suene hi-fi, sobre todo desde el lado de la batería, y que suene punchy, que suene también dance, que puedes bailar, pero mezclado con toda una sonoridad sintetosa más de los ochentas, y que por debajo de todo eso esté también la canción, esa parte cancionera nuestra.
P: ¿Cómo lo llevaron al vivo, qué le agregaron, qué le sacaron, qué reforzaron?
R: Bueno, es un disco que lo pensamos justamente muy para el vivo. Desde esa intro hasta otras partes del disco, que son partes que quizás en otro momento nuestro, o quizás si hablabas con otro productor, te decía, che, esto dejémoslo para el vivo. Tenemos una frase que jodemos internamente, que es cuando alguien quiere traer una parte más loca, o un poco más divagada, o más instrumental, a veces la ponemos en la versión de estudio, y a veces decimos, mejor dejémoslo para el vivo. Como diciendo, esto ya es demasiado para la versión de estudio.
Y en este disco, a mí justamente, volviendo a lo que decía al principio, como que es fruto de un disco que lo hicimos después de una gira larga y de estar mucho en escenarios, que de pronto el escenario te empieza a influenciar también en la producción y en la composición y ya estás pensando en un tema, y empezás a imaginártelo en vivo, cómo sonaría acá esta parte, pum, que despegue, porque va a quedar perfecto para el vivo, y acá bajamos un poco y ya nos imaginamos haciendo las palmas en ese momento que baja, para que después explote de vuelta, y acá podemos generar una parte instrumental que puede estar buenísima para el vivo… estar tocando tanto, de repente, te empieza a influenciar y afectar mucho la forma en la que compones, y este disco, sin dudas, tuvo mucho de eso.
Hay muchos temas que están arreglados para el vivo y hay pasajes instrumentales que los alargamos bastante. Cuando estábamos haciendo Océano, por ejemplo, que fue uno de los adelantos, que en el medio tiene un pasaje instrumental que es muy del vivo, que la verdad que se podría haber prescindido para la versión de estudio, pero dijimos, metámosla igual, y que sea un poco más loca, y en la versión en vivo, alargamos todo eso dos minutos más, son dos pasajes instrumentales.

P: ¿Por qué se llamó Alter Ego?
P: El nombre Alter Ego empezó como una especie de juego interno que tuvimos durante esta última gira larga. Y surgió un poco como un juego de adaptación al nuevo ritmo que veníamos teniendo. Este ritmo más intenso de gira empezó con Sueños Cítricos y de pronto estábamos con esta rutina de estar girando casi todos los fines de semana. Y si no estábamos girando, estábamos en el estudio o estábamos haciendo notas, y de repente la agenda estaba tomada por completo. Estábamos adaptándonos a ese ritmo y de la mano de esa adaptación empezamos a joder un poco con las versiones de nosotros mismos, nos divertía jugar con esos personajes que van un poco de la mano de la exposición de lo que hacemos, de la exposición en escenarios, en redes sociales, que obviamente es parte del día a día de todos, pero en el caso nuestro, que trabajamos con las redes, es parte del día a día. Hay mucho de estar exponiéndose de alguna forma y empezamos a joder con las versiones de nosotros mismos y cómo uno intenta mostrarse siempre lo más auténtico posible, pero bueno, hay veces en el escenario salís y un poco de personaje me parece que sos vos o tu alter ego.
P: Y la tapa imagino que va un poco de la mano de esa idea, son las fisonomías de uestedes pero sin rostros. Salir sin rostros tiene que ver un poco con eso también, como que en algún momento dejan de estar o están sin estar.
R: Como una representación más de los alter egos, como diciendo, bueno, ese alter ego soy yo, pero al mismo tiempo no soy yo. Y es jugar con eso. Es mi silueta y es mi cara, pero no está mi rostro. Soy yo, pero también es un personaje.
Ningún disco abre como lo hace Alter Ego. Ninguna banda se elevó tanto montada a la épica de los sintetizadores como Silvestre y la Naranja en “Puerta del sol”, el tema que abre Alter Ego, su último disco.
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