Tres libros para pensar Sierra Grande

Nuevamente en el “candelero” la ciudad de Sierra Grande y su caprichoso destino, curtido por la esperanza y sueños de sus pioneros, de largas historias de luchas, reclamos, huelgas y protestas. Momentos críticos en la vida del país de la que ninguna provincia ni localidad resultare ajena, y allí resaltan siempre figuras que, más allá de cualquier valoración sobre sus vidas y procederes, contribuyeron a cimentar la historia lugareña.

Tres libros se relacionan y entrelazan entre si, nombres y momentos pues la historia y la política es eso; hombres y nombres:#“Pionero de la Patagonia” (Ediciones de la Estación), de Manuel Novillo; “El Príncipe. Una biografía política de Miguel Ángel Pichetto” (Planeta), de Pablo de León; y “Mi encuentro con Perón en Puerta de Hierro”, de Enrique Minetti (Ediciones de los Cuatro Vientos)

“Pionero de la Patagonia”

El sueño de Manuel Novillo, un sueño de hierro, sólo podían relatarlo sus hijas. Este puntano de La Toma, radicado en 1920 en Colonia Sarmiento, Chubut alentando la idea de desentrañar riquezas y propiedades del suelo. En 1928 funda junto a Andrés Marinori y otros el periódico “Patagonia” primero en la zona de Comodoro Rivadavia, Río Mayo etc.

En 1936 se dedica plenamente a la vocación minera que lo catapultará a la categoría de pionero y visionario.

Sabía de mica, wolframio, manganeso, ónix, etc. Novillo dirá si hay mica y manganeso, en Colonia Chilavert hay hierro… Advertía “el color del caballo tordillo de la familia Calvo, recubierto de barro colorado, es ácido ferroso impregnando el pelaje del animal”.

En 1941/42 descubre fluorita, baritina, plomo, pizarra, hierro y llama al lugar: Mina Santa Rita. Se certifican resultados positivos en las muestras que entrega.

Agota su capital, abre canteras en los Lotes 4 y 20 de la actual Sierra Grande. En 1944 descubre el preciado mineral y denomina al yacimiento “El Triunfo”, al año siguiente se instala con su familia en Sierra Grande. Se dice que nunca conoció Sierra Grande en su esplendor. Muchos recuerdan su remanida frase: “Este es mi granito de arena para la Patria “.

“Mi Encuentro con Perón en Puerta de Hierro”

Declarado de Interés Histórico, Social, Cultural y Educativo por la Legislatura de Río Negro el año pasado, es un libro que atesora relatos y experiencias vividas y contadas en primera persona.

Su título refleja una época trascendente del país, Río Negro y su emblemática mina de hierro de Sierra Grande en particular. Delata la intensidad por la que transitó una generación a la que el Dr. Minetti no resultó ajeno, al punto tal de interesarse junto a un grupo de jóvenes en un viaje de fin de estudios y siguiendo el “hit” del momento, conocer a Perón en su exilio pero, presto a volver al país, reconociendo luego con humildad supina, haber estado frente a un verdadero estadista criollo

Un Sierra Grande incipiente, recibió a un joven con su título bajo el brazo y un todo por hacer en un horizonte desconocido y poblado de sorpresas. Ese desborde, convertido en enclave ecléctico prometedor traía en sus entrañas, el sino mismo del comienzo y el fin.

Minetti tuvo el designio trágico de estar detenido junto a sus propios defendidos (los obreros de la mina de hierro) tras la huelga que quizás haya sido el capítulo final de Hipasam.

Del presidio en Sierra Grande, Rawson y el Chaco solo debe quedar en Minetti la certeza de que todo es posible en esta vida, donde a veces tragedia y comedia parecieran darse la mano, aún en la adversidad saber siempre, que los amigos son tales. Volverá a esta misma tierra rionegrina a cumplir con su destino, a superar el infortunio para reconstruir su vida y sentimientos

“El Príncipe”

El periodista Pablo de León muestra el derrotero y camino ascendente en la carrera política de quien fuera, concejal e intendente de Sierra Grande, diputado provincial y diputado nacional por Río Negro, presidente del Partido Justicialista en la provincia para luego llegar, al Senado de la Nación a presidir el bloque mayoritario por más de un periodo.

Citando a Nicolás Maquiavelo al inicio de cada capítulo, el autor esboza una biografía política de Miguel Pichetto, quien si bien no logró alcanzar la Gobernación Provincial, si desde el Senado y representando a Río Negro , supo gestionar infinidad de acciones a favor de la Provincia y obras públicas como la Ruta Nacional 23, la creación de la UNRN y la asistencia a municipios rionegrinos de distinto signo político.

Justo a él le tocó ver como el Gobierno de Carlos Menem, puso fin a la mina de Sierra Grande, justo él que acompañó a su amigo de muchos años, Carlos Soria – hasta llegar a la Gobernación de Río Negro- tuvo que asumir la muerte que esfumó la esperanza de miles de rionegrinos.

Dar el paso justo en el momento oportuno, hacer uso del derecho a equivocarse o no, sostener duros y extensos debates no sólo allá, acá también en el terruño junto a amigos o aliados. El senador Costanzo, el abogado y constituyente Rodolfo Ponce de León, Carlos “Soria, Larreguy o su socio amigo de todos los tiempos Víctor Sodero Nievas y muchos dirigente gremiales y partidarios que más allá de cualquier resultado electoral, supieron y saben de su impronta, capacidad intelectual y superación permanente.

Ese caminar esquivando el barro, ese sostener la convicción y firmeza en la discusión, ese enervarse cuando el río se desborda, a pesar de afirmar “que las emociones no forman parte de su temperamento”.

A todos los hombres, las críticas son a la medida de los halagos y los errores a la medida de los aciertos. Este libro pinta un hombre que unió a su profesión de abogado el evangelio de la política con todas sus implicancias. “Quizás porque para comprender la índole del pueblo, es necesario ser príncipe y para conocer la de los príncipes conviene ser del pueblo“. (NMPág.7)

(*) Diplomada en Preservación del Patrimonio NyC (UBP)