CURIOSIDADES PATAGONICAS: Indagaciones primitivas de Vignati en el Nahuel Huapi

» Un olvidado indagador. Milcíades Alejo Vignati fue un importante etnólogo e historiador dedicado al más primitivo pasado argentino. Fue muy eficaz en prontuariar vestigios de los asentamientos de siglos atrás en la región de Nahuel Huapi. Hurgó, fotografió y estudió a principios de la década del '30 en lugares como Cerro Leones, valle del Limay, Traful y en el lago Nahuel Huapi (en Puerto Tigre, Península Huemul e isla Victoria), entre otros. Apasionado de la Patagonia y distinguido docente, su colección de 8000 volúmenes (algunos ejemplares de mitad del siglo XVIII, están en la biblioteca Agustín Álvarez de Trelew.

» Machon y la «paccha» de la isla. La llegada del etnólogo Vignati al Nahuel Huapi y que narró el propio científico en publicaciones del Instituto del Museo de la Universidad de La Plata, entre otros, se debió a un dato curioso: el hallazgo que hizo el Dr. François Machon, de Lausana, Suiza, en la isla Victoria. Machon había conocido la Patagonia a fines del siglo XIX. Años después y con edad avanzada, volvió a la Patagonia en 1932 como viaje previo a participar del XXV Congreso Internacional de Americanistas reunido en La Plata. Fue en ese encuentro ecuménico que el suizo le mostró fotos recientes de un hallazgo antiguo en la isla Victoria. Se trataba de una paccha aborigen típica del Perú (pequeño recipiente y larguísimo mango, todo en madera, y ese caso de canelo, que al parecer se usaba para beber al goteo) y la aparición de esa pieza en latitud tan austral sorprendió a Vignati, quien al año siguiente tendría oportunidad de visitar la región del hallazgo.

» Encuentro de Gross con Vignati. El científico del Museo de la Plata Milcíades A. Vignati llego al Nahuel Huapi en marzo de 1933. «Por ese tiempo -recordó años después- el señor Carlos Ortiz Basualdo había formulado al Museo la invitación para estudiar un cementerio que había descubierto a pocas cuadras del casco de su estancia Huemul sobre el lago Nahuel Huapi y, como el entonces director doctor Luis María Torres me había confiado la misión…», aprovecharía para ver la pieza original. Su entusiasmo por dar con la paccha era tal que al «día siguiente de mi llegada a la estancia Huemul pude realizar el viaje a la isla Victoria». El administrador del lugar Pablo Gross mostró la paccha y el visitante la pidió en préstamo a nombre del Museo de La Plata. Meses después el señor Gross terminó donándola por gestión intermediaria de Ortiz Basualdo.

» La caverna del hallazgo. El descubrimiento de la paccha de la isla Victoria la hizo un hijo del administrador Gross en una cueva junto a una pequeña laguna al norte de la isla, protegida por altos paredones y tupida selva valdiviana, y también había otras piezas arqueológicas que ya no fueron reportadas al tiempo de la visita de Vignati. Más tarde Vignati encontró pinturas rupestres en la misma isla (en la foto de esta columna). La paccha de isla Victoria -de un largo de un metro y 16 centímetros, quedó en el Museo de La Plata. El hallazgo, que aportó una data del costumbrismo de los primitivos habitantes de las islas del Nahuel Huapi, también demostró el alcance, por lo menos cultural, del imperio incaico. Para corroborar esa dominación e influencia del imperio, Vignati recordó los extensión incaica sobre el territorio chileno que en tiempos de «Tupac Yupanqui tuvo como límite austral de su conquista el río Maule, no debe olvidarse que su hijo Huaina Capac llevó sus fronteras al Biobio».

» El plan para desenterrar el pasado. Según el diario La Nación del 26 de marzo de 1933, Milcíades Alejo Vignati comenzó los trabajos para desenterrar lo que seguramente eran restos de la antigua misión jesuítica de Nahuel Huapi, » pocas cuadras del casco» de la estancia Huemul y a instancias de Carlos Ortiz Basualdo. También encontró pinturas rupestres en el Abra Grande de la misma estancia y a poca distancia del lugar donde se faenaba los animales. Otras pinturas las estudió al SO del casco en el Potrero de la Bahía.

 

FRANCISCO N. JUÁREZ

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