Dardo Sánchez recibió el Premio Ariel Bufano

NEUQUEN (AN).-En pleno desarrollo del encuentro patagónico de teatro, el actor, titiritero y director Dardo Sánchez recibió el anuncio de que se le había otorgado el Premio Internacional Ariel Bufano. El martes pasado, se le hizo entrega del galardón, consistente en un aporte económico y el reconocimiento a su trayectoria y profesionalidad. Fue otorgado por la asociación internacional Sima (Solidaridad internacional con los marionetistas), Unima Suecia y el Marionetteatre de Estocolmo.

Con la condición de saber sobre los orígenes de este beneficio, y sobre todo de la amplitud y riqueza de la trayectoria de Dardo Sánchez, un titiritero completo y largamente reconocido en su oficio como teatrante y músico, a la par de sus puestas en escena, tanto con teatro de muñecos como teatro para adultos, «Río Negro» se encontró con el actor.

Lo hallamos en un momento de descanso, entre ensayos de la nueva puesta que está co-dirigiendo con Javier Swedsky y en los preparativos del viaje a Salta, donde participa con el ganador espectáculo «¿Podés silbar?».

El premio estímulo se entrega a «jóvenes titiriteros y artistas de la profesión» y nace de una estrecha amistad entre el director del Marionetteatre y Ariel Bufano. En la década de los «80, cuando el sueco es invitado al Teatro San Martín para dirigir el elenco de Bufano, se encuentra con un conjunto de actores titiriteros y manipuladores muy versátiles y completos.

En 1992, cuando el argentino fallece, se decide otorgar un galardón internacional en su homenaje, por el enorme trabajo realizado en ese teatro argentino, sobre todo -como explicó Dardo- porque «eleva a una categoría de espectáculo que nunca antes había tenido el teatro de títere. De este modo hizo que se acercara un público no habitual y creó una escuela de formación en la especialidad de la que surgieron profesionales de la talla de Daniel Veronese hoy al frente de Periférico de Objetos o el grupo Libertablas y Ana Albarado».

El galardón sueco con anterioridad fue entregado a Jorge Ono-fri, Javier Swedsky, Rafael Cur-chi y Emilio García Whebi, entre otros. En cuanto a la trayectoria de Dardo, nace al calor de la Escuela Provincial de Títeres, adonde ingresa de la mano de la maestra Alicia Murphy, cuando era muy jovencito. Ya por entonces hacía teatro vocacional y desde siempre, ejecutaba instrumentos formando bandas locales.

Junto a Alicia y más tarde a Kique Sánchez Vera, el marionetista de Centenario aprendió todas las artes del teatro de muñecos. La especialización la realizó, en parte, al estudiar arte dramático en la Escuela de Bellas Artes y junto a Cecilia Andrés.

«Todo lo que sé es a través de un trabajo constante en la escuela, desde 1979 a la fecha en la que participé en todas las pues-tas», salvo en dos obras que lo contó como director o asistente.

En este aspecto, su formación es global, porque nunca se discriminaron los trabajos, desde pues-ta, escenografía, construcción, manipulación.

Junto al elenco estable, Dardo trascurrió las etapas creativas junto a los cambios políticos. En el elenco hubo etapas muy marcadas, las del «70, con el auge de figuras como Di Mauro, Roberto Espina, Cebreiro y el mismo Javier Villafañe. Con Sánchez Vera se cambia el sentido plástico, se incorpora la marioneta y se le otorga vuelo poético. Mas luego, con la llegada de Daniel Vitulich a la EPT, se incorpora el lenguaje teatral de actores y con el regreso de Jorge Onofri desde Estocol-mo, se contemplan nuevas técnicas y las ideas y experiencias europeas.

«Desde el mate forrado con papel maché, ahora estamos trabajando -destaca Dardo- con muñecos altamente complejos de manipular y construir y con espectáculos más ambiciosos».

Todos desafíos que van haciendo crecer al titiritero: un capital que cosecha felizmente su reconocimiento fronteras afuera del país.