DE CIENCIA FICCIÓN

florencia Lazzaletta

Diego Rómulo Eggle, Delfina Buenanueva y Danilo Hernández tienen claro que quieren filmar cueste lo que cueste. “Impresiona –asume el propio Diego– porque el deseo, la pasión y el amor que uno pone después el universo conspira para que todo suceda”. Los tres fundaron la productora Alucynando Cine y con la colaboración de la Cooperativa La Coosa (de la que forman parte) y Ciclope Producciones realizaron el largometraje “En el umbral… (Aleph)”, la primera parte de una trilogía de ciencia ficción que tiene a Eggle como protagonista y a Hernández en el guión y la dirección. Además, cuenta con la participación especial de Edgardo Nieva, protagonista de “Gatica, El Mono”. El filme se presentará en un preestreno el miércoles próximo y debutará en el Cine Español los días 27, 28, 29 y 30 de este mes. Si bien en el rodaje participaron alrededor de cien personas, ésta es una idea especial de Eggle, Buenanueva y Hernández. “Arrancamos en el 2010, esto es lo mágico, porque estábamos buscando una idea que nos lleve a un proyecto”, dice Diego. Y así pusieron manos a la obra. “Danilo tenía en mente trabajar con el concepto del camino del héroe y yo la vaga idea de hacerlo con los códigos y los números. Sumamos todo, le pusimos un poco de Jorge Luis Borges (los cuentos fantásticos del libro “El Aleph” funcionaron como disparadores) y el resultado es esta megahistoria que es ‘El umbral…’”. La película relata la historia de Jorge Segrob (interpretado por Eggle), que se despierta en un manicomio después de estar cuatro años en estado de catalepsia, de ausencia permanente. Su cuerpo, todo tatuado con símbolos hebreos, guarda un secreto que puede explicar absolutamente todo sobre la existencia de la humanidad. El Aleph tatuado en una de sus manos es el punto de partida para su búsqueda, pero debe apresurarse ya que muchas personas quieren evitar su propósito. Diego comenta que esta primera parte de la trilogía aborda el camino del héroe, el despertar del personaje que con el espectador recorre el camino de búsqueda. “Es el despertar del personaje, porque a lo largo de la historia se va dilucidando cómo llega él hasta ahí; eso se va develando a medida que transita la película”. El largometraje demandó a los realizadores 15 días intensos de rodaje en distintas locaciones de Neuquén y Cipolletti. Según comenta Eggle, en esta producción hicieron un salto cualitativo y cuantitativo en relación con el filme de la cooperativa La Coosa “Pequeñas grandes cosas”, estrenado en el 2009 . “El formato de grabación es full HD –explica–; eso nos permitió obtener una imagen de altísima resolución con una textura y una estética similares a las del cine del celuloide”. Con toda la pasión que los realizadores de Alucynando Cine sienten por filmar, Diego dice que la película significó para él un desafío personal: incluso debió bajar diez kilos para su personaje. También puso énfasis en el género: “Hacer un largometraje ya es fuera de serie, pero además hacer uno de ciencia ficción tiene que ver con esto de ir mutando, ir creciendo y ampliando los horizontes cada vez más”.